Publicado: octubre 13, 2025, 1:05 pm
David Camacho es un niño de 13 años super dotado, su ecoeficiente intelectual es de 162 puntos, superior al de Albert Einstein, que era de 160. Sabe cuatro idiomas y le encanta la ciencia. Aunque su talento lo hizo destacar, también lo llevó a sufrir bullying, pero en lugar de quedarse callado y aguantar los insultos, decidió emprender y crear una aplicación para combatir las agresiones estudiantiles
Sufrí de bullying durante muchos años, hasta que dije ¡basta!, esto no puede seguir así, no debería estar pasando”, destaca David Da Vinci, como le gusta le que llamen.
Esa experiencia fue la chispa que lo impulsó a emprender y crear Macayos, una aplicación que busca combatir las agresiones escolares a través de la inteligencia emocional y el juego.
El proyecto, asegura, tiene un impacto social y económico: “previene problemas de salud mental que cuestan vidas y oportunidades. Económico porque cada peso invertido genera un retorno de productividad, innovación y talento”.
“Macayos no solo busca ser un negocio rentable, sino un motor para México, con jóvenes más preparados y con propósito, y crear generaciones socialmente responsables”.
App de niños para niños
Macayos se incubó en Startup México y hoy cuenta con el respaldo del Tec de Monterrey, la Universidad Anáhuac, la Universidad Autónoma de Coahuila y próximamente la Universidad Pedagógica Nacional.
El modelo de negocio es B2B (negocio a negocio), a través de licencias que las escuelas privadas adquieren por ciclo escolar y niño, porque los temas cambian de acuerdo al grado; y B2C (empresa a consumidor), porque si una persona lo quiere compara para su familia, lo puede hacer.
La aplicación es muy interactiva y existen tres tipos de usuario: macayito, que es el que usan los niños, padre de familia o maestros.
Cuando ingresan los niños ven una ruleta de las emociones para identificar cómo se sienten: “triste”, “triste-llorón”, “triste-enojón” o “triste-deprimido”. A partir de ahí, recorren escenarios gamificados en 3D, ya sea la escuela, la cancha o el hogar, que funcionan como juegos interactivos.
Los niños van obteniendo recompensas conforme avanzan, similar a lo que hace Duolingo con los usuarios.
Los padres y maestros pueden seguir el avance de los niños y conocer su estado emocional; sin embargo, no se trata de sustituir a un psicólogo, aclara David, sino de brindar herramientas de autoconocimiento y resiliencia: “Es a través de juegos que el niño va a ir aprendiendo cómo identificar sus emociones”.
La app tiene como personaje principal a David Da Vinci, quien ayuda a los niños a entender conceptos como el equilibrio emocional. “Creado por un niño para otro niño, qué mejor que un niño que sabe cuáles son los problemas que se sufren en una escuela, que mejor que un niño que ya vivió esto lo transmita a otro niño”, destaca.
David se llevó a los «tiburones» en Mentes en Acción
El talento de David lo llevó a participar en Mentes en Acción: Hecho en México, un evento de la Secretaría de Economía, estilo Shark Tank, que busca impulsar el talento mexicano, y consiguió apoyo de inversionistas como Rodrigo Herrera, Arturo Elías Ayub, Ana Victoria García y Mauricio Schwartzman.
“Rodrigo Herrera está muy interesado en apoyarme a mí y mi futuro profesional, me están brindando su coaching”, cuenta emocionado.
Rodrigo Herrera está muy interesado en apoyarme a mí y mi futuro profesional, me están brindando su coaching”, cuenta emocionado.
Su próximo reto será representar a México en Heilbronn Slush’D 2025, en Alemania, uno de los eventos más importantes para emprendedores jóvenes que conecta talento con universidades e inversionistas que se realizará el próximo 23 de octubre. Aunque todavía reúne recursos para el viaje, ya se prepara para competir en un pitch y recibir apoyo económico.
Voy a competir en alemán, porque hablo alemán, francés, inglés, español y acabo de empezar con ruso, portugués e italiano”, dice entre risas.
Entre clases y emprendimiento
David estudia en línea en International School, lo que le permite viajar y dedicar tiempo a su pasión: innovar. Se levanta a las seis de la mañana y combina sus estudios con el desarrollo de su empresa. “La disciplina es el motor de todo y la pasión lo impulsa”, afirma.
Es mi pasión, es mi Disneylan. De hecho, yo estoy en International School, que es una escuela en línea, y es por eso que ando de un lugar para otro. Porque si estuviera en una escuela normal yo creo que no me daría tiempo de hacer lo que me gusta”, afirma. Incluso bromea con que los domingos también hace tamales.
El apoyo de su familia ha sido fundamental. “El apoyo de mis papás es incondicional, lleno de disciplina y pasión. Hay veces que vamos de gira y regresa (su mamá) a la habitación del hotel que no puede, pero lo hace con mucho amor y no se rinde”, comenta.
Su madre, Claudia Flores, agrega: “David llegó a nuestra vida a los 4 años, inyectando esperanza y amor. Cuando le hacían bullying en la escuela —los padres, maestros, alumnos— y no entendían que hacia las cosas diferentes a una edad muy temprana, siempre encontró esa chispa que lo hace levantarse todos los días”.
Finalmente, David lanza un mensaje a los empresarios e inversionistas:
“Le quiero decir a los inversionistas que inviertan en la niñez, no hay mejor inversión que apoyar a la educación, a las nuevas generaciones, porque ahí está el futuro del talento, la innovación y la economía del país. Estoy seguro de que México puede ser líder en educación si le apostamos a la educación emocional y tecnológica, pero necesitamos que los empresarios crean en nosotros. Los niños no somos el futuro, somos el presente y creamos nuestro México”.