Publicado: junio 8, 2025, 6:23 pm
A medida que vamos cumpliendo años, se va produciendo también un deterioro físico ‘natural’ y la pérdida de agudeza cognitiva progresiva. Aunque es un proceso natural e irreversible, no es menos cierto que podemos hacer mucho por ralentizar su avance, y mantenernos activos y en forma el máximo tiempo posible.
En este punto, los expertos están de acuerdo en que caminar, por ejemplo, o practicar un ejercicio físico habitual adaptado a las condiciones físicas de cada quien es una excelente idea, aunque cada vez son más las voces que apuestan por una actividad concreta que se puede realizar tranquilamente en casa, que fomenta la creatividad, refuerza la salud cognitiva, mejora el ánimo y también la autoestima en las personas mayores de 65 años: hablamos de cocinar.
Caminar está bien, pero no es suficiente
Aunque en muchos casos las personas que ya han superado los 65 años, y que se encuentran en la etapa de la jubilación, suelen pasar mucho de su tiempo de ocio con los nietos, los expertos descartan esta actividad como algo especialmente saludable y completo para la mejora cognitiva.
Por otra parte, otra actividad típica de la jubilación es dar largos paseos, actividad que mantiene a raya el sistema cardiovascular, mejora el riego sanguíneo, disminuye la posibilidad de trombosis, ayuda a mantener un peso saludable, a combatir el sedentarismo y a fortalecer la musculatura de las piernas. Sin embargo, no es suficiente para fortalecer la autoestima, ni trabajar la creatividad y el desafío.
Es habitual que, una vez estas personas han roto con la rutina de ir a trabajar cada día, sientan cierto aislamiento social, depresión, falta de energía y de alicientes… por lo que la cocina puede convertirse en su gran aliada al permitirles experimentar con los sentidos y doblar las dosis de imaginación, algo que favorece la capacidad natural del cerebro de solucionar dificultades, y trabajar la memoria y los recursos.
Los beneficios de cocinar para el cerebro
Ni caminar ni cuidar a los nietos, aun siendo actividades beneficiosas y gratificantes en muchos casos, resultan suficientes para los adultos mayores de 65 años. Sin embargo, la cocina, no como el concepto de obligación de poner siempre un plato en la mesa y hacer todas las semanas lo mismo sino como ejercicio de creación absoluta, puede convertirse en el hobby más completo según los expertos.
A la capacidad física de atender y poner los cinco sentidos en lo que estamos haciendo, se suma el reto de buscar nuevas experiencias combinando sabores, trabajando la creatividad y frenando el avance del deterioro cognitivo.
Definitivamente, cocinar es una experiencia multisensorial que pone en juego la imaginación, la exploración, las técnicas, la capacidad de aprendizaje y superación constante, los desafíos y la inspiración constante. Si se practica desde la calma, puede convertirse en una actividad aliada del bienestar, relajante, que mejore la autoestima y ayude a los protagonistas a recordar recetas, situaciones y emociones en torno a la comida que vivieron en el pasado lejano.