Publicado: septiembre 22, 2025, 2:53 pm
Natalia Palacios y Carlos García, más conocido como Carliyo ‘El Nervio’, ya están oficialmente casados. Más de un año después de anunciar su compromiso, la pareja de influencer volvió a sellar su historia de amor con un «sí pa’ siempre» el pasado viernes, día 19 de septiembre, en una espectacular boda celebrada en su tierra natal, Málaga.
El escenario escogido para la ceremonia fue el Castillo de Santa Catalina, un rincón emblemático de la Costa del Sol que, al caer la tarde, se bañó en un resplandor dorado. Rodeada de hortensias blancas y acompañada por su abuelo, Palacios emprendió su marcha nupcial hacia el altar mientras sonaba Por fin veo la luz de la película Disney Enredados, el tema que «cada vez que lo escucha le hace llorar», según confesó a ¡Hola!.
El diseño del vestido corrió a cargo de la firma de Vicky Martín Berrocal, Victoria Colección. La pieza nupcial, confeccionada en mikado de seda, presentaba un corte de princesa, con un cuerpo ajustado palabra de honor y una falda de gran volumen. Más tarde, la influencer sorprendió en la fiesta con un segundo vestido de encaje italiano rebrodè, con mangas desmontables y menos pomposo que el anterior.
En cuanto a su ramo de flores, Natalia tampoco dejó nada al azar y cuidó al milímetro cada detalle: a pesar de su sencillez, lo cargó de simbolismo al elegir hortensias blancas y nardos como homenaje a su abuela Rosa. Carliyo, por su parte, lució un traje en tono oscuro con chaleco entallado y una corbata de seda, un tres piezas de pura sastrería que elaboró de forma artesanal el taller Heredia Tailored Málaga.
En las fotografías, que ambos protagonistas han compartido a lo largo del fin de semana en sus perfiles de Instagram, se observa la desbordante emoción que se vivió durante la ceremonia civil, la cual contó con la presencia de amigos y familiares, entre los que destacaron algunos compañeros de gremio como Elena Gortari, Marina Barrial, Juan Pérez, Alejandro Villamizar y Manu Regato, entre muchos otros.
Sorteos, toros mecánicos y pequeñas misiones
Una vez que la pareja leyó sus respectivos votos y se dio el ‘sí, quiero’, los invitados se trasladaron al Cortijo Curiel, donde les aguardaba en el patio un cóctel de bienvenida repleto de guiños a su tierra natal, Málaga, desde cartuchos de pescaíto frito hasta ostras y cerveza Victoria bien fresquita. La pareja llegó poco después al recinto a bordo de un automóvil clásico descapotable de color blanco.
Ya en el banquete, los asistentes se sentaron a lo largo de las dos largas hileras de mesas redondas en las que se distribuía el espacio y se deleitaron con los platos del menú de inspiración gourmet que se escogió para la ocasión, encabezados por una enorme tarta de queso de pistacho y chocolate blanco que encandiló a todos los presentes.
Otra de las grandes sorpresas fueron las «revistas del ‘sí, quiero’ que los novios incluyeron en las mesas de sus invitados, en las que se podían leer anécdotas y curiosidades de la pareja, pero también pequeñas y divertidas misiones para los invitados, quienes, además, podían optar a un sorteo con viajes por Europa para parejas.
«El mejor día de nuestras vidas», expresó el recién estrenado matrimonio en un vídeo recopilatorio de la celebración, que culminó con una fiesta a lo grande con pista de baile, sesión de DJ y toros mecánicos, que alargaron el «gran día» hasta la madrugada. Una boda que quedará para siempre en el recuerdo de los novios, cuyo romance se fraguó como un flechazo en un revelador viaje a Nueva York poco tiempo después de conocerse.