Publicado: mayo 25, 2025, 11:02 pm
Quién no ha sentido miedo alguna vez. A las alturas, a la oscuridad, a lo desconocido o a hablar en público. Miedos que a veces se superan con el tiempo y otras veces hace falta ayuda de los profesionales para poder afrontarlos. Es la misma sensación de miedo que sienten los emprendedores que deciden dejarlo todo y montar una empresa , según refleja el último estudio de la consultora RSM en la que analiza el impacto del miedo, con foco en los empresarios. Un proyecto en el que se combina análisis cuantitativo, neurociencia y tecnología inmersiva para investigar cómo se vive el miedo desde la perspectiva de quienes lideran. Tal y como resalta Irene Blasco, directora de Comunicación y Marketing de RSM, «el miedo es una emoción que está tomando relevancia y debemos aprender a gestionarla». El informe revela datos interesantes como el hecho de que el 50% de los empresarios admite que el miedo les ha bloqueado al tomar decisiones o que «7 de cada 10 sienten miedo ante la incertidumbre económica y el 64% temen al volumen de trabajo». En la segunda parte del estudio han profundizado en los miedos de tres emprendedores bajo la supervisión de la neurocientífica Ana Ibáñez, a través de una experiencia de realidad virtual diseñada para activar respuestas emocionales ante situaciones de riesgo físico. Gracias al análisis neurofisiológico y su posterior reflexión, «se constató que las emociones experimentadas en esos escenarios extremos eran comparables a las vividas en momentos clave de su vida profesional: emprender, asumir decisiones estratégicas o gestionar crisis», explica la consultora. Javier Quintana, cofundador y co CEO de Smileat, era consciente al emprender que experimentaría todo este tipo de sentimientos, pero asegura que «realmente el mayor miedo se produce antes de emprender, antes de saber a lo que te vas a enfrentar… el salto al vacío ». Una vez superado ese punto de no retorno, «es cuando empiezas a disfrutar del camino, porque significa que has dejado atrás el pasado que era el que te paralizaba y no te permitía realizarte». Asegura que tanto él como su socio Alberto han experimentado todo tipo de emociones y tiene claro que el miedo «es la herramienta del cerebro que nos limita para no salirnos de nuestra zona de confort. El tener un buen compañero de viaje hace que los miedos se diluyan o desaparezcan, porque sabes que tienes el apoyo para hacerte superar lo que te vayas a encontrar». El co CEO de Smileat cree que te tienes que mostrar fuerte mentalmente para poder superar todos los obstáculos, «que los hay y muchos, para seguir caminando paso a paso. Se presentan siempre momentos más delicados en la empresa que por lo general suelen afectarte en tu vida personal, y viceversa». Montserrat Figueras, propietaria y CEO de Sita Murt, recuerda que una vez que tomó la decisión de emprender sintió miedo «no en un sentido negativo sino miedo porque no quería defraudar a los que me rodean, a la familia que me dio su apoyo y ayuda desde el minuto 1 de mi decisión, a mis compañeros de trabajo, a todas las personas con las que tienes relación a diario en tu vida profesional». Un miedo que sí esperaba, aunque le ha sorprendido la intensidad de las emociones. «En mi caso particular, las razones por las que sufro más son el miedo al fracaso, ansiedad por la incertidumbre y estrés por una carga de trabajo que a veces no soy capaz de regular como debería», puntualiza. A lo largo de los años ha pasado por diversas fases emocionales que se han ido repitiendo según la etapa en que se encontraba en la empresa. Al inicio sintió miedo y a la vez entusiasmo. La responsabilidad que asumió también la ha generado ansiedad y reconoce que ha sentido, asimismo, la sensación de soledad. Con la experiencia realizada con RSM ha podido entender que tener miedo «no es un signo de debilidad del que avergonzarse sino que es algo positivo que nos permite afrontar el día a día de la empresa y de la vida». Siente que la salud mental está empezando a ocupar un papel cada vez más importante en el entorno laboral, aunque «el grado de atención que se le da depende mucho de la cultura de la organización, del liderazgo y de la etapa del proyecto». Carlos Mateo Enseñat, presidente de la Asociación Española de Startups, asegura que es muy habitual que los emprendedores sufran algún trastorno de salud mental , «más de lo que nos gustaría reconocer». Recuerda que el ecosistema emprendedor «está lleno de pasión, creatividad y propósito, pero también de mucha presión, incertidumbre y exigencia personal». El estrés, la ansiedad o incluso cuadros de depresión son realidades que muchos emprendedores atraviesan en algún momento de su camino. «A menudo se enfrentan a jornadas interminables, a la responsabilidad de liderar equipos, tomar decisiones difíciles, asumir riesgos financieros y, además, a la soledad que muchas veces conlleva emprender», recuerda Carlos Mateo. Entre los trastornos más habituales está el estrés crónico, la ansiedad generalizada, el síndrome del impostor, el agotamiento mental ( ‘burnout’ en inglés ) y, en algunos casos, depresión. «Las causas suelen estar ligadas a la presión constante por crecer, la falta de descanso, la incertidumbre económica, el miedo al fracaso o incluso la falta de separación entre la vida profesional y personal», subraya el presidente de la asociación. A todo esto se suma que, en muchas ocasiones, «los emprendedores no se permiten mostrar vulnerabilidad o entienden que aguantar estoicamente estos problemas forma parte de su responsabilidad, lo que dificulta aún más la prevención o el abordaje temprano de estos problemas». Si bien ha notado un aumento de la conciencia sobre la importancia de la salud mental en el mundo del emprendimiento , cree que queda mucho camino por recorrer. «Cuidar la salud mental no debe verse como un lujo, sino como una necesidad estratégica para la sostenibilidad de los proyectos y desde luego es un campo donde muchas startups tienen ahora la oportunidad de innovar», matiza. Cree que uno de los grandes retos del ecosistema es impulsar, desde lo público y lo privado, «programas de acompañamiento psicológico, redes de apoyo emocional, formación en gestión del estrés y herramientas de autocuidado adaptadas a la realidad del emprendedor y soluciones innovadoras que resuelvan esta importante necesidad». Tal y como recuerda Miguel Casas Hilary, director general de BH Bienestar, los emprendedores comparten un estilo de vida caracterizado por la falta de recursos y unos objetivos muy ambiciosos, difíciles de alcanzar. «En general, dedican mucho tiempo y recursos propios para conseguir sus objetivos. A todo ello se le suma un entorno que cambia a gran velocidad, especialmente en el entorno digital», resalta. Indica además que, por lo general, se trata de personas muy ambiciosas y que resisten bien la incertidumbre. Y recuerda que como emprendedor una de las competencias más importantes es la resiliencia . La capacidad para tolerar la frustración y mantenerse con energía para continuar, aunque los resultados no acompañen. «En este punto hay una problemática común: una respuesta de estrés del organismo ligada a la fatiga y el agotamiento de recursos psicológicos para poder seguir haciendo frente a las demandas de un proyecto cuando aún no hay resultados», puntualiza. Los problemas que surgen están agrupados en el llamado trastorno adaptativo como consecuencia del estrés asociado al emprendimiento , aunque los síntomas son muy variados. «Destacan en las etapas iniciales el insomnio, la inquietud, la irritabilidad, el pensamiento circular, la falta de concentración y cambios en el apetito», resalta. Síntomas que si se mantienen en el tiempo, pueden traer una sintomatología depresiva: tristeza, falta de apetito, desmotivación y pérdida de energía. Aconseja que para minimizar los efectos en la salud mental es importante no entregar toda la energía para conseguir el proyecto sin una planificación previa. «Emprender es una carrera de fondo que requerirá grandes esfuerzos de manera continuada , durante mucho tiempo», matiza. Por eso, afirma que es necesario planificar la dedicación al proyecto teniendo en cuenta momentos de descanso, seguir una alimentación y ritmos de sueño-vigilia equilibrados, disponer de espacios sociales fuera del entorno ligado al proyecto y momentos de evasión a través de ejercicios de relajación o ‘mindfulness’ . «Se trata de mantener un organismo sano y equilibrado desde el punto de vista psíquico y físico para que éste pueda resistir la contienda», añade. En su opinión, existen pocos programas enfocados específicamente a emprendedores. Y puede deberse a que, en general, «pensamos que es un objetivo buscado y que el emprendedor ya habrá sabido medir su capacidad para hacer frente a todo lo que se le venga encima». Algo que, afirma, no es cierto, ya que «el emprendimiento conlleva una de las características ambientales más retadoras y estresantes que existe: la incertidumbre mantenida en el tiempo».