Publicado: mayo 1, 2025, 7:09 pm
El Senado votó a favor de que funcionarios de SAT, PEMEX y CFE porten armas de fuego. Peor aún, la iniciativa se aprobó por unanimidad. La lógica de la propuesta es que en un país tan violento como el nuestro, los empleados de los sectores estratégicos necesitan seguridad. Lo que subyace esa idea y la ley reconoce, es que el Estado, quien debiera garantizar la seguridad no puede y, peor aún, claudica. El camino tendría que ser el inverso: mientras menos armas de fuego tenga la población, menos son las posibilidades de un altercado con dichas armas y, claro, en un país sin armas de fuego, es imposible que se utilicen.
Claro que en la sociedad las relaciones entre eventos son complejas, difícilmente dos factores inciden claramente en un resultado sin que otros factores interfieran. Sin embargo, la correlación entre porcentaje de la población con armas y homicidios, suicidios y tiroteos masivos está bien asentada. El American Journal of Public Health publicó el siguiente resultado de un estudio que llevó a cabo en Estados Unidos: “La posesión de armas fue un predictor significativo de las tasas de homicidios con armas de fuego (razón de tasas de incidencia = 1.009; intervalo de confianza del 95% = 1.004, 1.014). Este modelo indicó que por cada punto porcentual de aumento en la posesión de armas, la tasa de homicidios con armas de fuego aumentaba en un 0.9%.”
Otro estudio, según publica TIME, conducido por Adam Lankford, “encontró una fuerte correlación entre la posesión de armas en Estados Unidos y la violencia. Estados Unidos ocupa el primer lugar en posesión de armas en el mundo”.
No se necesita ser profeta para ver las altas probabilidades de que, una vez armados, estos empleados del Estado se vean involucrados en muertes violentas por arma de fuego. Muchas veces, supongamos, será en defensa propia, pero en alguna otra ocasión será porque el funcionario tuvo miedo injustificado, basó su conducta en prejuicios (“ese muchacho tenía pinta de maleante”), estaba borracho. Cuando eso suceda, los muertos serán responsabilidad del Estado.
Da tristeza la velocidad con la que claudica el gobierno ante sus carencias. Si la sociedad mexicana está inundada de armas se debe a que somos incapaces de detenerlas en la frontera. Se culpa a las armerías estadounidenses de la gran cantidad de pistolas y rifles pero lo cierto es que otra buena parte de la culpa la tienen quienes deben impedir que entren armas al país. Y ahora quieren “remediar” el asunto de las armas ilegales, legalizando armas para algunos ciudadanos. Su medida aumenta las probabilidades de morir baleado.
X: @munozoliveira