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Manuel Viso, doctor experto en hematología: "Si en el envase pone fiambre, huye"

Publicado: julio 10, 2025, 4:23 pm

Que el embutido es un alimento poco recomendable en el día a día es algo que a nadie se le escapa: ultraprocesado, con grasas, azúcares añadidos y un sinfín de ingredientes demasiado elaborados que lo convierten en un capricho que sólo debería tomarse de vez en cuando. Más aún, dentro de este universo ultraprocesado, hay un embutido que podría parecer el más inofensivo, pero que no lo es. Hablamos de uno de los más consumidos en España.

El doctor Manuel Viso advierte en sus redes sociales sobre la doble cara que puede tener el jamón cocido: aparentemente inofensivo, light, sin grasa y saludable… este alimento puede ocultar un buen número de efectos nocivos para la salud. Fundamental, mirar la composición y elaboración, puesto que no todos son iguales. Aún así, quizá deberíamos desterrar la creencia de que el jamón York es bueno.

Jamón cocido, ¿un alimento inocente y light?

Como en casi todo lo que tiene que ver con alimentación, hay embutidos y embutidos. En cualquier caso, parece evidenciado que no podemos considerar al jamón York en general un producto saludable. De hecho, el doctor y divulgador Manuel Viso confiesa haberlo eliminado de su dieta de manera radical.

Obviamente, no todo lo que se denomina jamón cocido en el mercado lo es realmente. En palabras del experto, «la salud no solo se cuida en el médico, se cuida en el carrito de la compra. Y en ese gesto aparentemente simple, darle la vuelta a un paquete y leer su contenido, empieza una forma de autocuidado silenciosa, pero poderosa».

Esto es lo que debe poner la etiqueta del jamón cocido ‘de verdad’

En cuanto al etiquetado en nuestro país, el Real Decreto que lo regula divide en tres apartados las posibilidades del fiambre: jamón cocido extra (contiene el 80% de carne magra, no contiene fécula ni proteínas de relleno); el jamón cocido (entre el 70 y el 80% de carne, con almidones y algunos aditivos); y el fiambre de jamón (cantidades inferiores de carne real, mucha agua, fécula, proteínas lácteas o de soja de baja calidad, y polifosfatos E450, E-451).

A partir de esta clasificación, el doctor Viso advierte que, cuando se nos presente un tipo de jamón cocido como ‘fiambre’ huyamos de él como de la peste. «Lo ideal es que el jamón solo tenga dos ingredientes en su formulación: carne del propio cerdo y sal (cuanta menos, mejor, eso sí). Si parece más una receta de química que un jamón, con mil ingredientes, huye de él”.

Según sus ingredientes, este fiambre puede llegar a ser cancerígeno

Cuando hablamos de fiambre, este suele contener los denominados ‘nitritos’, (representados en la etiqueta como E-250) que funcionan como conservantes y que, además, le otorgan un color rosado más apetecible a este tipo de alimentos.

En teoría, la excusa para utilizar nitritos en el embutido es para eliminar determinadas bacterias, aunque a veces pueda resultar peor el remedio que la enfermedad. Según expone el doctor en sus redes sociales, «en exceso, los nitritos pueden transformarse en nitrosaminas, sustancias potencialmente cancerígenas«.

Viso también nos invita a no confiar en términos como ‘extra-jugoso’, y leer en primer lugar la composición: «primero se lee, y luego se come. Aprende a elegir bien, por tu salud». Algunos fiambres llevan gran cantidad de azúcar para realzar el sabor, aunque para nada sea necesario. Las féculas y almidones se utilizan para que retenga más agua y sea más voluminoso, ambos «ingredientes muy sospechosos, que se relacionan con más peso, y peor calidad».

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