Publicado: mayo 3, 2025, 10:34 am
La manicura se ha convertido en el accesorio ‘beauty’ por excelencia. Pero más allá de los colores y diseños que se elijan para esmaltar la uña, es importante la preparación previa, que implica cortar y limar las uñas para darles la forma deseada y tratar también las cutículas, la piel que las rodea. Precisamente el cuidado de estas últimas es una de las diferencias de la manicura rusa respecto a la tradicional, ya que esta técnica se realiza en seco, sin necesidad de remojar las manos previamente, garantizando un acabado más duradero. La manicura rusa, según nos cuenta Sofya Khasanova , cofundadora de Siberia Salón, surgió en Rusia en la década de los 20 del siglo pasado . «Fue desarrollada por Yevgenia Shekhter, una manicurista que trabajaba en un prestigioso salón de belleza en Moscú. Shekhter buscaba una técnica que no solo embelleciera las uñas, sino que también las fortaleciera y les diera un aspecto saludable». La principal diferencia de la manicura rusa respecto a la tradicional es cómo se trata la cutícula , así como la minuciosidad y el tiempo que la manicurista destina al cuidado de cada uña. Como mínimo estarás en el salón de belleza una hora y media, que es aproximadamente el tiempo que la especialista necesita para llevar a cabo esta técnica que deja las uñas con un aspecto más limpio, y gracias a la cual el esmalte dura más tiempo. «Una manicura tradicional se realiza mediante el uso de removedor de cutículas o mediante un remojo en agua. En cambio, l a manicura rusa se realiza en seco, sin necesidad de remojar . Se utilizan fresas de diamante con un torno eléctrico para trabajar los laterales, en lugar de cortarlos con alicate, lo que permite obtener un acabado más pulido. El uso de fresas permite limpiar y levantar la cutícula con mayor precisión , logrando una piel más pulida y un acabado más limpio. Esta técnica facilita la aplicación del esmalte muy cerca de la cutícula, lo que contribuye a que la manicura se mantenga perfecta por más tiempo y que el crecimiento sea menos evidente. Además, al evitar el uso de alicates en los laterales, se considera una opción menos agresiva para la piel», nos cuenta Sofya Khasanova. La manicura rusa empieza con la retirada del esmalte anterior, mediante una fresa específica, y evitando el uso de acetona y otros productos químicos. A continuación, se prepara la cutícula de forma cuidadosa con ayuda del torno , y se corta con tijeras o con una fresa de diamantes. Para nivelar las uñas se aplica primero una base que se va secando en la lámpara LED de forma individual. Tras ello, se esmalta cada uña, procediendo a su secado también de forma individual, comprobando su nivelación. A primera vista la manicura rusa queda más pulcra y estética, por el retirado de la cutícula, además la duración del esmaltado es mayor. Las razones las explica Sofya Khasanova, «con la técnica tradicional, queda un pequeño espacio entre la piel y la uña, no se consigue una limpieza tan profunda. Por eso, el crecimiento de la uña natural se nota más rápidamente y la manicura pierde su apariencia cuidada en menos tiempo. Con la manicura rusa, la eliminación precisa de la cutícula permite un esmaltado más uniforme y una apariencia más pulida. Y al eliminar por completo la cutícula y preparar adecuadamente la uña, se logra que el esmalte se adhiera mejor, prolongando su duración y disimulando el crecimiento de la uña natural por más tiempo». Por otra parte, según la experta, «al utilizar fresas para tratar la cutícula, se disminuye la formación de padrastros, ya que la piel queda pulida y se favorece la salud general de la uña». Sin embargo, la retirada de la cutícula no está exenta de polémica , de hecho los dermatólogos no recomiendan su eliminación, porque actúan como una barrera de protección frente a hongos y bacterias. Por eso a la hora de optar por la manicura rusa, es fundamental ponerse en manos de una manicurista formada. «Si se realiza correctamente y con las medidas higiénicas adecuadas, la manicura rusa es segura . Es fundamental que el profesional esté bien capacitado y que se utilicen herramientas esterilizadas para minimizar los riesgos», destaca Sofya Khasanova. El precio de la manicura rusa es más elevado que la tradicional debido al trabajo minucioso y la especialización del técnico. En Sibera Salón se sitúa entre 50 y 80 euros .