Publicado: julio 24, 2025, 4:23 pm
Cuando vi por primera vez los iconos transparentes que Apple presentaba para iOS 26, reconozco que me lancé a activarlos en cuanto pude. No porque creyera que fueran a cambiar mi vida, que uno ya ha pasado por muchos cambios como para emocionarse con cada nuevo giro de diseño, sino porque había algo en esa promesa de «limpieza visual» que me llamaba la atención. Y también porque, en el fondo, me gusta meterme en estos jardines para luego contarlo con conocimiento de causa.
A los días, un amigo me preguntó qué tal iba con este experimento tras una década usando los iconos «normales» del iPhone. Y me sorprendí respondiendo con un «depende» que sonaba más a charla de filosofía que a análisis de software. Porque lo cierto es que esta nueva opción de personalización no es ni buena, ni mala, pero sí está claramente pensada para un tipo muy concreto de usuario. Y no, yo no soy ese usuario. Pero vayamos por partes.
Por qué ahora y por qué transparentes
Los iconos ya se podían tintar desde iOS 18
No es la primera vez que Apple coquetea con alterar el color de los iconos del iPhone. Ya en iOS 18, el año pasado, llegaron los iconos tintados. Podías teñirlos todos de azul, violeta, verde o el color que te diera la gana.
Para algunos fue una pequeña revolución visual, pero para otros, casi una herejía. Se habló entonces de que Apple se estaba alejando del espíritu de diseño de Steve Jobs y Jony Ive, ese que buscaba consistencia, claridad y belleza en cada pixel. Hasta preguntamos a expertos en identidad visual sobre el tema.
Yo, sinceramente, nunca lo vi polémico. Me pareció más bien un paso lógico. Si queremos que el iPhone se adapte más al usuario, ¿por qué no darle más opciones? Que Apple las ofrezca no quiere decir que tengas que usarlas. Y en mi caso la opción que elegí fue no usarlas. Mi pantalla siguió igual que siempre.
Ahora, con iOS 26, los iconos transparentes son un nuevo nivel de personalización. Ya no hablamos solo de colores, hablamos de una estética que difumina los límites entre la app y el fondo de pantalla. Y esa propuesta sí que me llamó la atención. No por necesidad, sino por curiosidad.
Estéticamente son un diez
Lo primero que noté al activar los iconos transparentes es que todo se siente… ¿ligero? Reconozco no saber exactamente cómo definirlo, pero es como si la interfaz tuviese más aire. Como que todo está más cohesionado. Los iconos flotaban sobre el fondo y no estaban solos, ya que los widgets también adoptan este estilo, volviéndose casi invisibles salvo por la información que muestran.
Durante estas semanas, he ido probando varios wallpapers para ver cómo encajaban con los iconos. Con colores planos es como mejor queda y el minimalismo ahí brilla con luz propia, como si todo el sistema estuviera hecho a medida para ese fondo. Con gradientes suaves también funciona bien porque aporta una sensación de cohesión elegante. Incluso probé con una foto de mi perro e incluso en esas se nota la magia.
{«videoId»:»x9l3h44″,»autoplay»:true,»title»:»APPLE anuncia la llegada de iOS 26 con IMPORTANTES NOVEDADES 📱#apple #ios #ios26 #liquidglass», «tag»:»webedia-prod», «duration»:»38″}
Eso sí, tengo que decir que los iconos transparentes funcionan mejor cuando el fondo no reclama demasiado protagonismo. Si hay mucho detalle detrás, puedes acabar con una pantalla bonita pero nada práctica. Más cuando estamos aún en una beta que, como ya hemos ido viendo, tiene ciertas inconsistencias que, eso sí, se están arreglando poco a poco.
Pero no son para mí… y puede que tampoco para ti
Tengo varios paneles de apps en mi iPhone. En la principal tengo tres widgets y las apps que más uso y mejor me viene tener a mano. Luego tengo un segundo panel con dos widgets, más apps frecuentes y unas cuantas carpetas en las que organizo las apps por categorías. Y esto es un problema para los iconos transparentes.
Todos los iconos se ven prácticamente igual. También dentro de las carpetas, ya que los iconos pierden personalidad visual. Si no te sabes de memoria dónde está cada cosa, es como buscar una aguja en un pajar. Al final acabas pulsando dos o tres apps equivocadas antes de dar con la que querías. Eso o tardar más de la cuenta entre que lees los nombres o tratas de distinguir el detalle.
Si ves estos iconos, sabes que son de Google, pero te costará de primeras identificar a qué app corresponde cada uno
Esto me recordó un poco las apps de Google, las cuales priorizan tanto parecerse entre sí y dejar claro que son de Google que se olvidan de diferenciarse. Todo blanco, todo limpio… pero al final acabas abriendo Google Sheets pensando que es Google Docs. Aquí pasa un poco lo mismo. Y en un sistema tan visual como iOS, eso se nota.
Que puede que suene a drama y tampoco lo es. Son problemas del primer mundo, está claro. Pero no me resulta útil tardar cinco segundos en localizar una app cuando con el modo normal tardo uno.
Sí, puedes usar Spotlight y buscar la app por su nombre, pero para mí no es una solución real. Me gusta abrir apps con un par de toques, no tener que escribir su nombre cada vez. Será cosa de costumbres, pero me sigue pareciendo más ágil navegar visualmente.
Y es que, aunque me encanta cómo queda todo y preferiría llevar el iPhone así, tengo que admitir que si pongo en una balanza diseño frente a funcionalidad, me sigo quedando con la segunda. Quizá no sea tan cool, pero al menos no acabo abriendo la calculadora cuando quería mirar el tiempo.
En Applesfera | Cómo cambiar el tamaño y orden del Centro de Control del iPhone y añadir nuevos widgets con iOS 18
En Applesfera | iPhone 17 Air: toda la información que sabemos sobre el nuevo iPhone más delgado de Apple
(function() {
window._JS_MODULES = window._JS_MODULES || {};
var headElement = document.getElementsByTagName(‘head’)[0];
if (_JS_MODULES.instagram) {
var instagramScript = document.createElement(‘script’);
instagramScript.src = ‘https://platform.instagram.com/en_US/embeds.js’;
instagramScript.async = true;
instagramScript.defer = true;
headElement.appendChild(instagramScript);
}
})();
–
La noticia
Los iconos transparentes de iOS 26 me han generado un dilema: hasta qué punto puedo sacrificar funcionalidad por estética
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Álvaro García M.
.