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Los cambios en cuatro áreas clave de nuestra vida protegen nuestro cerebro, según un estudio

Publicado: agosto 1, 2025, 2:23 am

Aunque muchas veces pensamos en el deterioro cognitivo e (incluso en condiciones como la demencia o el alzhéimer) como si fueran una parte ineludible del envejecimiento, en realidad no tendría por qué ser así.

Es cierto que se trata de condiciones complejas en las que interviene una gran variedad de factores, incluyendo algunos que no son modificables (por ejemplo, nuestra genética). Sin embargo, en una proporción importante de los casos el control de algunos de los factores que sí que dependen de nosotros puede ayudar a prevenir o, como mínimo, retrasar de manera importante la progresión del trastorno.

Un ensayo clínico con resultados prometedores

En este sentido, un reciente estudio publicado en la revista académica JAMA ha encontrado que un programa de bajo coste con intervención sobre cuatro áreas clave de la vida de las personas (ejercicio físico, dieta, desafíos cognitivos frecuentes y monitoreo de la salud) puede mejorar la salud cognitiva de adultos mayores en riesgo.

Esta conclusión, además, es resultado de un ensayo clínico (U.S. POINTER) llevado a cabo sobre 2.111 personas mayores a lo largo de dos años. Los efectos de este programa se contrastaron con los de uno similar, pero autoconducido y de menor intensidad.

El ensayo era una continuación de otro previo, el llevado a cabo en el año 2015 bajo el título Finnish Geriatric Intervention Study to Prevent Cognitive Impairment & Disability (FINGER). Este ya había encontrado beneficios cognitivos significativos en una intervención multi-dominio en adultos mayores con riesgo elevado de alzhéimer y demencias relacionadas.

Cuatro aspectos clave

En esta ocasión, se organizaron 38 reuniones en grupo a lo largo de dos años con los participantes, en las que se proporcionó educación, se marcaron metas y se hizo seguimiento de la adherencia de los voluntarios a la intervención. Contrariamente, al brazo autoconducido se le organizaron seis reuniones en equipo a lo largo de los dos años, en los que se les proveyó de material educativo, herramientas para medir su propia adherencia a los planes de salud y en general apoyo para fomentar la actividad física, la dieta saludable y la estimulación cognitiva y social.

Los beneficios del programa estructurado eran mesurables al margen del sexo, la etnia, el riesgo genético (estatus de APOE4) y la salud cardiometabólica (tensión sanguínea, niveles de colesterol y de glucosa en sangre…) de los participantes.

Específicamente, las intervenciones del programa intensivo se centraban en cuatro áreas clave de la vida de las personas:

  • Ejercicio físico: incluyendo entrenamiento aeróbico, de resistencia, estiramientos y ejercicios de equilibrio, primariamente llevados a cabo en instalaciones comunitarias.
  • Nutrición: Ayuda con una dieta MIND, apoyo con reuniones de equipo y contactos telefónicos con el intervencionista.
  • Estimulación cognitiva e interacciones sociales: a través de entrenamiento cognitivo en el hogar y participación habitual en actividades intelectual y socialmente exigentes dentro del grupo de pares.
  • Asesoramiento en recomendaciones de salud: incluyendo citas con un consejero médico cada seis meses, para revisar la tensión sanguínea mensualmente y los resultados de análisis de laboratorio, así como para el marcaje de metas realistas.

Un enfoque holístico contra el alzhéimer

Los autores del ensayo apuntan que este programa de intervención está especialmente diseñado para funcionar en los hogares de los pacientes con los cuidadores, aunque también podría adaptarse a los residentes de centros sanitarios especializados.

En cualquier caso, los resultados subrayan los beneficios de un enfoque holístico en el abordaje y la prevención del alzhéimer, una opinión cada vez más sostenida en el núcleo de la comunidad científica, con intervenciones que se orienten simultáneamente a varios de los diferentes factores de riesgo documentados en el alzhéimer.

Este tipo de estrategias no desplazan los tratamientos farmacológicos, un campo en el que se están logrando grandes avances en los últimos años, sino que funcionan como un complemento, sobre todo en determinados pacientes y en los estadios tempranos de la enfermedad. Sea como sea, dan cuenta del margen de oportunidad que existe con intervenciones sencillas y de bajo coste, tanto para los sistemas sanitarios como para los propios pacientes.

Referencias

Laura D. Baker, Mark A. Espeland, Rachel A Whitmer et al. Structured vs Self-Guided Multidomain Lifestyle Interventions for Global Cognitive Function-The US POINTER Randomized Clinical Trial. JAMA (2025). DOI: 10.1001/jama.2025.12923

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