Publicado: septiembre 22, 2025, 5:24 pm
La Inteligencia Artificial (IA) sigue pareciendo una cuestión de ciencia ficción; sin embargo, su uso está empezando a copar espacios importantes como la medicina. En el último año, se ha podido observar cómo los modelos inteligentes se empiezan a implementar en hospitales y ambulatorios, bien para acelerar listas de espera o bien como método de estudio para detectar tipos raros de cánceres. Ahora, investigadores alemanes han dado un paso más y han creado un sistema con IA capaz de anticipar qué enfermedades puede sufrir una persona con hasta una década de margen.
Cómo funciona Delphi-2M
Este nuevo sistema de IA desarrollado por un grupo de investigadores del Instituto Europeo de Bioinformática, el DKFZ (Centro Alemán de Investigación para el Cáncer) aplica las tecnologías de lenguaje similares a las de Gemini o ChatGPT y recibe el nombre de Delphi-2M.
Su función es bastante simple a ojos del usuario, pero de un algoritmo complejo en el que se combina el historial médico, los hábitos del paciente y otros datos de salud en un base con más de 1.200 enfermedades. En ningún momento ofrecerá un diagnóstico definitivo, pero sí creará un mapa de probabilidades de las enfermedades que el organismo puede desarrollar en una década. Es por ello que esta herramienta ha nacido no para diagnosticar, sino para prevenir.
¿Una IA capaz de prevenir enfermedades?
La gran ventaja de esta herramienta es su capacidad de prevenir enfermedades acordes al expediente médico, a la vez que le ofrece un abanico más amplio de hipótesis a los médicos. Sin embargo, un modelo de IA no es un óptimo sin una fiabilidad de sus datos. Para ello, los investigadores han utilizado UK Biobank, una base de datos que contiene información de 400.000 personas y lo validaron con historiales médicos de 2 millones de ciudadanos daneses, según detalla el medio científico Nature.
El resultado ha sido una herramienta capaz de acertar en un 76% la siguiente enfermedad de un paciente en el corto plazo y en un 70% en si hablamos de afecciones producidas en los diez años. La situación se sitúa ya en un nivel más bajo si se traslada al horizonte de las dos décadas.
Pero ojo, los expertos ya ponen en juicio esta nueva herramienta que, pese a arrojar buenos resultados, puede caer en el lado oscuro de la historia. Por una parte, el riesgo de diagnóstico equivocado o comorbilidad, además de una afectación en el plano psicológico por el anticipo de la enfermedad. Por otro lado, el riesgo fuera de lo meramente sanitario, como el abuso de tasas en los seguros médicos por un perfil lleno de enfermedades probabilísticas, así como la utilización de datos protegidos que podrían violar la privacidad biomédica del paciente.