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Las empresas españolas no conectan con la revolución de la IA

Publicado: julio 20, 2025, 3:46 am

Hay acuerdo en que la inteligencia artificial es una de las revoluciones más trascendentales de los últimos tiempos debido a su capacidad de automatizar tareas repetitivas, mejorar la atención al cliente o analizar datos con una precisión asombrosa, pero la adopción masiva por parte de las empresas españolas continúa como un reto pendiente. En una economía donde las pymes suponen el 99,78%, su implementación se enfrenta a un panorama complejo porque estas compañías disponen de recursos financieros y humanos limitados, una realidad que contrasta con la de las grandes corporaciones, que al contar con suficiente músculo, sí han logrado subirse al tren en marcha de los algoritmos y aprovechar al máximo su potencial. El resultado es un tejido empresarial que avanza a dos velocidades, generando una brecha que no solo merma la competitividad individual de los rezagados, sino que amenaza con lastrar el crecimiento general del país. El informe ‘Indicadores de uso de inteligencia artificial en España 2024’, de Ontsi y Red.es, pone cifras a la desigualdad y muestra que incluso en algunos casos ha habido un retroceso en la acogida de la IA. Así ocurre con las organizaciones de 10 a 49 trabajadores: en 2022, el 9,4% recurría a esta tecnología, pero en 2024 solo lo hacía el 8,6% . En el segmento de 50 a 249 empleados, el repunte en este periodo ha sido anecdótico, al pasar del 20% al 20,6%. Es en las empresas de más de 249 asalariados donde la inteligencia artificial ha encontrado su nicho más fértil: la penetración alcanzó el 44% en 2024 frente al 41,2% de dos años atrás. Al compararnos con Europa, la conclusión es que son otros los que han cogido el timón. En el ranking de empresas con diez o más empleados que utilizan al menos una tecnología de IA, nuestro país cae al decimocuarto lugar (11,3%), por debajo de la media de los Veintisiete (13,5%). El documento explica que crecer en menor medida que la UE en su conjunto (2,1 puntos frente a 5,5) nos ha situado en esta posición. Es mucho lo que hay en juego porque la inteligencia artificial se ha convertido en un pilar fundamental para el progreso . Si las compañías se quedan descolgadas en su adopción, el impacto negativo se sentirá en múltiples frentes, con una inevitable pérdida de competitividad nacional y un debilitamiento del país en el tablero global. «La inteligencia artificial ofrece oportunidades tangibles para impulsar la productividad, ya sea optimizando procesos internos, personalizando la relación con los clientes o anticipando la demanda», resume Julio Linares, presidente de la Comisión de Sociedad Digital de CEOE. Así se recoge en el documento ‘Casos de uso IA generativa’, elaborado por el Grupo de Trabajo de Datos e Inteligencia Artificial de la patronal. Estas ventajas ya están siendo aprovechadas por las grandes compañías, pero no en la misma medida por las de menor dimensión, tal y como demuestra el informe ‘The impact of AI on the economy’, de BBVA Research, que revela que en España el 40% utiliza soluciones de IA frente al 8% de las pymes. «La adopción más activa por parte de las empresas de mayor tamaño puede y debe servir de inspiración para el ecosistema pyme . Sin un enfoque inclusivo, corremos el riesgo de que se amplíen las brechas digitales entre unas y otras», dice. Para revertir el desfase, Linares defiende que es clave reforzar los mecanismos de apoyo a la digitalización de las pymes, tanto en financiación como en formación: «Desde CEOE venimos insistiendo en la necesidad de ampliar y mejorar programas como Kit Digital, así como de impulsar la colaboración público-privada para facilitar el acceso a soluciones de IA adaptadas, comprensibles y útiles para las pequeñas empresas». Es un momento decisivo que no admite pasos en falso. «No subirse a este tren –advierte– implica no solo una pérdida de competitividad, sino también una limitación en eficiencia operativa y capacidad de adaptación a un mercado cada vez más digital». Sancho Lerena, CEO de Pandora FMS y experto en gestión IT y seguridad, recuerda que nuestro país se mantiene lejos del objetivo del plan España Digital 2025, que fijaba como meta que al menos el 25% de las empresas usaran inteligencia artificial y big data este año. Incide en que donde más urge actuar es en las pymes: «Viven asfixiadas, centradas en apagar sus fuegos, y les resulta complicado aplicar tecnologías disruptivas que exigen que determinadas personas de la plantilla dediquen tiempo a investigar, probar e implantar». Lerena tiene claro, eso sí, que dar la espalda a la inteligencia artificial se convertirá en una sentencia de muerte: «Los negocios que no la incorporen dejarán de ser competitivos y desaparecerán». Los expertos coinciden en que para que la inteligencia artificial cale en todo el tejido empresarial, incluidas las pymes, estas han de comprender los resultados tangibles que puede tener en su actividad. Jacobo Garnacho, director de negocio de IA y Datos en IBM, recalca, en este sentido, que no se trata de implementar la tecnología por seguir una tendencia, sino de identificar los casos de uso en los que va a aportar valor, algo que hoy en día resulta más sencillo por dos motivos. El primero es que «desde hace varios años han ganado terreno los modelos de lenguaje pequeños (SLM), que requieren menos recursos, están pensados para tareas específicas y son fáciles de adaptar a entornos concretos», cuenta. El segundo es que «un número creciente de actores, entre los que se incluye IBM, buscan poner en el mercado soluciones que puedan desplegarse de forma ágil e integrarse con los sistemas que ya tiene la empresa, lo que abre la puerta a los pequeños negocios sin necesidad de montar una gran infraestructura». Comenta Garnacho que tecnológicas como IBM apuestan por soluciones más accesibles, ‘listas para usar’ y, además, trabajan con una red de partners que les ayuda a adaptarlas lo máximo posible a la casuística de cada cliente. Un reciente estudio de IBM señala que el 89% de los CEO españoles prevé cosechar un retorno positivo de la IA en eficiencia antes de 2027, aunque solo el 23% de las iniciativas han obtenido el ROI esperado en los últimos años. «La IA está al alcance de todos y el reto real es saber convertir la ‘experimentación’ en impacto sostenido », desliza como causa. IBM ha desarrollado una plataforma, watsonx, que en palabras de Garnacho permite que cualquiera, con independencia de la fase en la que se encuentre, pueda sacar partido a la inteligencia artificial. De momento, determinadas industrias llevan la avanzadilla. Alberto García Arrieta, responsable de Data & IA en Accenture, asegura que la inteligencia artificial está teniendo un mayor impacto en sectores que manejan grandes volúmenes de datos y compiten en innovación: tecnología, comunicaciones, finanzas, energía y utilities, retail, turismo e industria avanzada. «Ya contaban con una base sólida en gestión de datos, lo que les ha permitido adoptar la IA más rápidamente», apunta. Además, recuerda que están yendo más allá de la automatización de tareas aisladas, pues «están rediseñando procesos completos con agentes inteligentes para ganar eficiencia, mejorar productos y servicios, y reforzar su ventaja competitiva». García Arrieta distingue entre aquellas soluciones que simplemente automatizan tareas y las que transforman de manera relevante los procesos de negocio. Los datos que maneja el experto dibujan una asignatura pendiente: «Según nuestro último estudio ‘Europe’s AI Reckoning’, el 55% de las compañías españolas no realizan inversiones significativas en IA. En muchas organizaciones, la IA generativa todavía se encuentra en fase piloto y no está integrada plenamente en los procesos, lo que indica que aún queda camino por recorrer». Según el informe de Ontsi y Red.es, existen distintos motivos detrás de la reticencia de las empresas a explorar las tecnologías de IA. El más habitual es el desconocimiento , expresado por el 78,9%, seguido de la falta de claridad sobre las consecuencias legales de su utilización (49,2%) y las dificultades en la disponibilidad o calidad de los datos (48,3%) García Arrieta, de Accenture, habla de «la falta de capacitación, la escasez de talento especializado y la dificultad para identificar casos de uso con impacto real». El gran reto ahora, como también indicaban desde IBM, «es precisamente pasar de la fase de experimentación a una adopción masiva que permita capturar todo el valor que la IA puede aportar». A pesar de las innegables ventajas y el potencial transformador de la IA, persisten recelos. Un reciente estudio de Capgemini revela que casi la mitad de las compañías a nivel mundial que están escalando el uso de los agentes de IA afirma confiar plenamente en sus capacidades, mientras que en nuestro país, el nivel de confianza baja al 33% . Francisco Monzonis, Chief AI Officer de Capgemini, lo atribuye a una combinación de circunstancias. «Existen dudas en cuanto a la privacidad de los datos, los posibles sesgos y la propia opacidad de la IA, que opera muchas veces como una ‘caja negra’», comienza por señalar. Un aspecto crítico para las compañías, que sobre todo desde el año pasado, están reforzando sus estructuras internas mediante la contratación de profesionales especializados en regulación para garantizar el cumplimiento normativo. Otro desafío que, a su juicio, condiciona la actitud hacia esta tecnología es el gobierno de los datos, tanto los internos como los ajenos a la empresa. Cabe recordar que la calidad de la información es fundamental para la correcta ejecución de los programas , por lo que si contiene errores, es probable que los resultados sean inexactos. La capacitación del personal para interactuar con herramientas de IA es, asimismo, un frente a vigilar. «Se trata de asegurar que las personas tengan las habilidades, capacidades y conocimiento de cómo la IA les puede ayudar en su día a día y en los diferentes procesos de negocio. Se debe abordar a nivel horizontal porque afecta a todos los departamentos, no solo al de IT». El informe de la consultora revela también que solo una minoría de organizaciones españolas tiene una visión clara sobre su aplicación. Apenas el 27% distingue entre IA, IA generativa y agentes de IA, y solo el 21% sabe cómo incorporar la tecnología de forma eficaz. «El hecho de no conocerla bien puede provocar implementaciones ineficaces, influir en las expectativas y generar resistencia al cambio. Entre los efectos negativos se incluye el no identificar correctamente el caso de uso y, por ende, no conseguir las eficiencias y el valor de negocio que la IA puede dar», advierte Francisco Monzonis. En este contexto, el acompañamiento se postula como una pieza crucial para guiar a las empresas, sobre todo a las pymes, a la hora de decidir cuáles son las soluciones que se ajustan a sus necesidades específicas. Carlos López-Blanco, presidente de la Comisión de Digitalización de Cámara de España, cree que, ante el ‘bombardeo permanente’ que reciben, el primer paso es ayudarlas a entender el mundo de la inteligencia artificial , es decir, qué herramientas basadas en esta tecnología son útiles para su negocio y cuáles no. «Las Cámaras de Comercio, Red.es y otros organismos llevan a cabo una labor de asesoramiento esencial para que tomen conciencia de que el uso de la tecnología es muy importante y para que sepan qué servicios basados en IA de los disponibles en el mercado pueden aportarles valor», ahonda. Aunque la IA acapara titulares a diario, López-Blanco recuerda que las organizaciones no están ante un fenómeno nuevo, pues el uso de la tecnología siempre ha actuado como factor de competitividad para las pymes. «La IA es un salto evolutivo porque permite soluciones mucho más sofisticadas y pegadas al terreno», matiza. Sus beneficios comprenden desde la mejora de la eficiencia hasta el conocimiento profundo de los clientes, del mercado, la competencia… «El gran desafío de la estructura industrial de España es que las pymes vayan cogiendo tamaño. Solo pueden crecer usando tecnología, y hoy la inteligencia artificial es un elemento esencial en el proceso», zanja. Las empresas españolas avanzan con pies de plomo en la fiebre de los algoritmos, un camino sin retorno que redefinirá el rumbo de los negocios.

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