Publicado: agosto 6, 2025, 10:14 am
Ghatta Rosso, más conocida en sus redes como Ghatta, ha denunciado públicamente la situación de acoso sexual que sufre desde hace tiempo a manos de un repartidor a domicilio. La influencer ha compartido, a través de su perfil de TikTok, el ‘infierno’ que, aun a día de hoy, vive con este hombre anónimo, que, sin su autorización, se guardó su número de teléfono para mantener una conversación íntima con ella y «tirarle la caña».
Siguiendo la recomendación de sus seguidores, la creadora de contenido decidió plantar cara a su acosador, advirtiéndole del carácter ilegal de esta práctica, que vulnera el derecho a la protección de datos del cliente. Sin embargo, este llamado de atención tan solo agravó aún más la situación. «Estoy muy agobiada», comienza diciendo la streamer en su vídeo de TikTok, alertando a su comunidad de que, a pesar de que le bloqueara y le pidiese que la «dejara en paz», ha vuelto a sufrir un episodio de acoso por parte de este individuo.
«Adivinad quién ha venido a mi casa hoy a tocar el timbre sin ningún paquete», relata la joven de 27 años, visiblemente alterada al explicar que, en aquel momento, se encontraba sola en su domicilio, ya que su pareja había salido a la calle para hacer unas compras. «Obviamente no he salido, lo he visto por la cámara y me he cagado», agrega Ghatta. «Encima no ha venido con la furgoneta de la empresa, es que estoy flipando».
Ante este terrorífico panorama, la influencer admite que desconoce cuál sería el siguiente paso que debería tomar y que, por este motivo, prefiere documentar su experiencia en redes sociales «por si las moscas». «La gente tiene una jeta que no veas. Tío, te he dejado las cosas claras, te he bloqueado y tienes el valor de presentarse en mi casa, ¿a qué?», señala.
En un vídeo posterior, Ghatta da la última hora a sus más de 300.000 seguidores de TikTok después de ponerse en contacto con la compañía en la que trabaja el repartidor. «He llamado a la empresa, he hablado con ellos y me han dicho que ellos se lavan las manos y que, si quiero hacer algo, que vaya a la Policía a denunciar los hechos», explica la streamer, indignada, asegurando que la compañía por «políticas de privacidad» no le puede facilitar el nombre del repartidor en cuestión.
«Me he puesto a llorar por teléfono, pidiéndoles ‘por favor’ porque me daba miedo, pero les ha dado igual», apunta. En este contexto, la creadora de contenido se muestra reticente a denunciar lo sucedido en comisaría ante la posibilidad de que «se laven las manos también» con su caso y no atajen de raíz el problema. «Parece que hacer estas cosas es lo más normal del mundo y me tengo que aguantar. Así va este país», concluye Ghatta, antes de volver a pedir consejo a sus seguidores.