Publicado: octubre 10, 2025, 7:42 am
A cinco años de su entrada en vigor, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) entra en una etapa decisiva: su revisión prevista para 2026. Este proceso no implica renegociar el tratado, sino evaluar su funcionamiento, identificar sus efectos en los sectores productivos y definir cómo fortalecer la posición de México dentro de América del Norte. Es una oportunidad para mejorar la implementación del acuerdo, aprovechar sus beneficios y atender los desafíos que han surgido desde su entrada en vigor.
Con ese objetivo, el Gobierno de México ha puesto en marcha un proceso amplio de consultas sectoriales y estatales. Se trata de 30 consultas con sectores productivos y 32 en las entidades federativas, diseñadas para recoger la voz de empresas, cámaras, asociaciones, gobiernos locales, universidades y otros actores económicos. El propósito es construir una posición nacional sólida, incluyente y representativa, que refleje la diversidad productiva y territorial del país.
Cada consulta parte de un cuestionario estandarizado, que permite conocer cómo ha impactado el T-MEC en cada sector: cuáles han sido los beneficios más claros, qué obstáculos persisten y qué áreas requieren actualización o fortalecimiento. Además, se explora la capacidad de cada rama productiva para incrementar el contenido nacional en sus exportaciones, reducir dependencias externas y consolidar cadenas de valor más robustas dentro de la región.
Las mesas de trabajo complementan este ejercicio. En ellas, los participantes dialogan sobre fortalezas, áreas de oportunidad y condiciones para un desarrollo más equilibrado. Las sesiones —estructuradas en bloques temáticos de dos horas— buscan generar propuestas concretas que alimenten la postura de México ante el proceso de revisión. Así, cada voz cuenta, desde las industrias manufactureras y agroalimentarias hasta los sectores de innovación, servicios y energía.
El valor de este proceso radica en su representatividad. No se trata de una consulta simbólica, sino de una construcción colectiva de conocimiento que permitirá al país llegar a la revisión del T-MEC con una visión informada, plural y realista. Escuchar directamente a los actores económicos es la mejor manera de garantizar que la política comercial refleje lo que México es hoy: un país con capacidades productivas diversas, talento especializado y una integración creciente con América del Norte.
El T-MEC ha sido una pieza clave del crecimiento de México en los últimos años, pero su éxito futuro dependerá de nuestra capacidad para actualizarlo a partir de evidencia y diálogo. Por eso, estas consultas no son un requisito administrativo, sino el punto de partida para fortalecer la posición mexicana en un entorno internacional en transformación.
La revisión del T-MEC será una oportunidad para reafirmar que la integración regional puede seguir siendo fuente de prosperidad compartida, siempre que se construya desde el conocimiento, la participación y el consenso. Ese es el espíritu que guía este ejercicio nacional: escuchar a todos para que México hable con una sola voz.