Publicado: mayo 10, 2025, 10:00 am
En 1964, tuvo lugar uno de los eventos más controvertidos que se recuerdan en la Casa de Orange. El 29 de abril de ese año, la princesa Irene de los PaÃses Bajos, hija de la reina Juliana de Holanda y el prÃncipe Bernardo de Lippe-Biestefeld, y Carlos Hugo de Borbón-Parma se dieron el ‘sÃ, quiero’ en la capilla Borghese de la BasÃlica de Santa MarÃa la Mayor de Roma, donde ha sido enterrado recientemente el papa Francisco.
A la boda, oficiada por el cardenal Paolo Giobbe, asistieron numerosos invitados, pero llamó la atención la ausencia de la familia de la novia, que nunca habÃa aprobado esta relación por motivos polÃticos y religiosos, y aún menos el matrimonio teniendo en cuenta la ‘traición’ que su hija habÃa cometido para casarse con Carlos.
Una relación marcada por la polÃtica y la religión
Pero para entender este escándalo, nos tenemos que remontar al año 1961, cuando la princesa Irene vuelve a coincidir con Carlos Hugo en Madrid, mientras cursaba los estudios de intérprete de español. La pareja ya se habÃa conocido anteriormente en la boda de Don Juan Carlos y Doña SofÃa y el destino quiso volver a juntarlos en la capital de España, por desgracia para sus padres, que nunca vieron con buenos ojos su relación.
Y es que Carlos Hugo de Borbón-Parma era pretendiente carlista al trono de España y católico, algo que no encajaba en absoluto con la familia de Irene, que era protestante. Por este motivo, la pareja decidió mantener en secreto su relación, hasta que salió a la luz cuando ya no podÃan hacer nada más para ocultar su amor.
Pero lo que aún no sabÃan sus padres es que, en 1964, su hija se convertirÃa al catolicismo para casarse con su prometido, algo que terminó de romper los lazos familiares y tuvo otras consecuencias como la pérdida de sus derechos dinásticos.
Un polémico enlace abocado al fracaso
Finalmente, el dÃa 29 de abril, se celebró la polémica boda, a la que no asistió ningún miembro de la familia real holandesa. Tras la ceremonia, Irene y Carlos Hugo fueron recibidos por el papa Pablo VI, en audiencia privada, quien les dio su bendición, que poco les servirÃa.
En 1981, se divorciaron oficialmente y, años después, se descubrió que, durante su matrimonio, la princesa tuvo un romance con Ronnie Wolf, que trabajó como jardinero para sus padres, los reyes de Holanda, en los años 70.
Carlos Hugo de Borbón-Parma falleció en 2010 en Barcelona y fue enterrado en el panteón familiar de los duques de Parma, en la abadÃa de Notre-Dame de Fontgombault, en Francia. Por su parte, en la actualidad, Irene de Orange-Nassau vive alejada de la vida pública y ha fundado la organización NatuurCollege, dedicada a fomentar el respeto por la naturaleza y la conciencia ecológica.