Publicado: abril 30, 2025, 6:23 am
El 8 de febrero de 2022 Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, anunció que el Viejo Continente quiere ser un actor fundamental en la industria de los semiconductores, y el primer paso para lograrlo requiere fabricar el 20% de los chips del planeta en 2030. La Directiva Chips Act moviliza hasta 43.000 millones de euros entre inversión pública y privada para hacerlo posible, y las aún poco tangibles plantas de circuitos integrados que Intel y TSMC han programado en suelo alemán son dos piezas clave en este itinerario.
A pesar de sus similitudes, el plan de EEUU pinta mejor que el de Europa. El país liderado por Donald Trump tiene una infraestructura de fabricación de circuitos integrados más sólida que la del Viejo Continente. Además, Intel, TSMC, Samsung, Texas Instruments y GlobalFoundries son algunas de las empresas que ya están poniendo a punto nuevas plantas de vanguardia en suelo estadounidense. Y el Gobierno de EEUU parece estar decidido a invertir todo el dinero que haga falta para alcanzar la posición de liderazgo a la que aspira.
El informe del Tribunal de Cuentas da a Europa un baño de realidad
Europa necesita ser ambiciosa si quiere incrementar su relevancia en la industria de los semiconductores. Tener a ASML e instalaciones de Intel, GlobalFoundries, y presumiblemente en el futuro también de TSMC, dentro de sus fronteras juega a su favor. Sin embargo, el discurso de los líderes europeos, entre los que se encuentran Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, y Thierry Breton, el comisario europeo de mercado interior y servicios, parece estar centrado en la cantidad, y no basta. La calidad entendida como la capacidad que tiene un chip de entregar valor añadido también es fundamental.
La industria de la automoción y la de los electrodomésticos son dos de las que se nutren esencialmente de circuitos integrados relativamente sencillos, y es importante que Europa los produzca. Sin embargo, también es fundamental que en suelo europeo se fabriquen chips de vanguardia como los que requieren, por ejemplo, los centros de datos y de investigación especializados en inteligencia artificial (IA). De lo contrario Europa seguirá dependiendo de las plantas ubicadas en el extranjero para ser competitiva en este ecosistema estratégico.
«Actualmente estamos lejos del ritmo necesario para cumplir nuestras ambiciones. El objetivo del 20% era básicamente una aspiración»
Como os hemos anticipado en el titular de este artículo, el Tribunal de Cuentas Europeo, que no es otra cosa que «el guardián financiero» de la Unión Europea, ha publicado un informe bastante minucioso en el que sostiene que el objetivo de alcanzar una cuota del 20% en el mercado mundial de los circuitos integrados en 2030 parece inalcanzable. Y esto significa que «es muy improbable que la Unión Europea logre su objetivo». En la coyuntura actual, como hemos comprobado en los primeros párrafos de este artículo, esta conclusión es perfectamente creíble.
El Tribunal de Cuentas apunta algunas ideas interesantes en las que merece la pena que nos detengamos brevemente. Annemie Turtelboom, la responsable de esta auditoría, sostiene que «la Unión Europea necesita cuanto antes una dosis de realidad en su estrategia para el sector de los microchips […] Este es un campo que cambia con rapidez, se caracteriza por su intensa competencia geopolítica, y actualmente estamos lejos del ritmo necesario para cumplir nuestras ambiciones. El objetivo del 20% era básicamente una aspiración. Para conseguirlo, nuestra capacidad de producción tendría que ser cuatro veces mayor en 2030 y estamos muy lejos de lograr esas cifras a la velocidad actual».
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No obstante, la capacidad de producción que tienen actualmente y tendrán a medio plazo los fabricantes de chips establecidos en Europa no es el único problema. El Tribunal de Cuentas apunta algo que es importante que no pasemos por alto: el acceso a las materias primas que son necesarias para producir semiconductores, como las tierras raras; el coste de la energía y las tensiones geopolíticas dificultan aún más el plan de la Unión Europea. Y, como es lógico, la industria de los chips de China, Taiwán, Japón, Corea del Sur y EEUU no va a detener su crecimiento, por lo que estos países no cederán cuota de mercado fácilmente. Veremos qué sucede durante los próximos cinco años, pero objetivamente el panorama no pinta bien para Europa.
Imagen | TSMC
Más información | Tribunal de Cuentas Europeo
En Xataka | Ya sabemos cómo serán los chips que llegarán hasta 2039. La máquina que permitirá fabricarlos está cerca
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La noticia
La Ley Europea de Chips fracasará. El Tribunal de Cuentas Europeo cree que es muy improbable que tenga éxito
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
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