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La historia de Iván Illarramendi y Maya Villalobo, los dos españoles asesinados por Hamás en los atentados del 7-O

Publicado: octubre 4, 2025, 12:23 pm

Dos años han pasado del ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel que causó más de 1.200 muertos en las residencias israelíes cercanas a la Franja y en el festival Nova que se celebraba en esa fecha. La posterior ofensiva israelí contra la Franja de Gaza ha causado la muerte de más de 66.000 palestinos y cerca de 167.000 heridos, según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, en medio de todo tipo de críticas internacionales sobre las acciones del Ejército israelí en el enclave, especialmente por la lentitud en la entrega de ayuda humanitaria.

Entre todas las víctimas de este conflicto se encuentran dos españoles: Maya Villalobo e Iván Illarramendi. Ambos perdieron su vida en el ataque del grupo Hamás.

Quién era Maya Villalobo

Maya Villalobo Sinvany era una joven de 19 años, de padre sevillano y madre israelí que estaba haciendo el servicio militar obligatorio. Se encontraba en la base militar de Nahal Oz, a muy pocos kilómetros de la Franja, cuando fue asesinada por un ataque de Hamás. Su labor principal, junto a otro grupo de jóvenes, era mirar las cámaras de vigilancia del puesto.

Hamás entró al recinto con seis vehículos blindados y desde esa incursión se dejó de tener noticias suyas. Fue el domingo cuando Eduardo Villalobo, padre de Maya y profesor de la Universidad de Sevilla, pidió ayuda al Ministerio de Exteriores y a la Embajada israelí en Madrid después de intentar ponerse en contacto con ella en varias ocasiones.

La joven vivía en Israel, pero solía pasar largas temporada en Sevilla, especialmente en verano. De hecho, tal y como se reveló tras su fallecimiento, tenía pensado viajar a España para disfrutar de la Feria de Abril en 2024.

La familia de Maya quiso agradecer las muestras de apoyo y solidaridad en un comunicado en el que aseguraban que su padre viajaría a Israel para unirse a la madre y su familia en el funeral que tuvo lugar en este país. «Queremos agradecer las muestras de cariño que estamos recibiendo de todas las personas que conocían a Maya, y de las amistades de la familia. Más adelante compartiremos un encuentro privado en honor a Maya», se precisaba en el comunicado.

«No encontramos palabras para describir todo lo que nos ha dado. A unirnos a ella con gratitud vamos a dedicar intensamente los próximos días, porque Maya va siempre a estar viviendo en los corazones de sus padres, en los de todos nosotros», escribieron los familiares de la joven.

La desaparición de Iván Illarramendi

Iván Illarramendi tenía 46 años y era de Zarautz. Vivía en Israel con su pareja, Dafna, chilena con raíces israelíes. La pareja residía en el kibutz Kissufim, a unos dos kilómetros de Gaza, donde compartían espacio con otras 300 personas que se dedican a la actividad agrícola. Allí estaba cuando se produjo el ataque de Hamás el 7 de octubre.

«Han tirado una granada a la puerta y me ha hecho una herida en el brazo y me ha caído metralla en el pecho. La puerta de casa tiene unos cuantos balazos», relató Illaramendi a sus allegados el día del ataque. El vasco cruzó varios mensajes de WhatsApp con su entorno, que recibió el último de ellos a las 10.39 horas, tras lo que no volvió a tener más noticias suyas.

«Mañana peligrosa estamos teniendo. Estamos bien, pero me han disparado. Han entrado en mi casa», les comunicó a sus seres queridos través de esta aplicación de mensajería. Le respondieron con preocupación y le pidieron que abandonase el país. Illarramendi aseguró que estaba con su esposa en «la habitación de seguridad» y les dijo que no le llamaran porque no quería hacer ruido para no ser descubierto.

«Llámame tú cuando puedas. ¿Puedo hacer algo? Aguantad. Y cómo han entrado?», le enviaron desde España y el vasco respondió: «No puedes hacer nada. Parece que se han ido».

Sus allegados le mandaron una información de prensa en la que se informaba que Israel había declarado el estado de alerta de guerra. «No, si ya me he enterado. Lo de esta mañana ha sido la hostia», respondió él.

Media hora más tarde, a las 10.30 horas su entorno insistió por el estado de salud de ambos: «¿Pero estáis bien?, ¿o te ha dado un balazo? ¿Físicamente estás bien?». Illarramendi respondió que estaba herido pero no estaba grave: «Sí, estamos bien, un balazo no, de milagro, pero han tirado una granada a la puerta y me ha hecho una herida en el brazo y me ha caído metralla en el pecho. La puerta de casa tiene unos cuantos balazos, sé que se ha roto el espejo y no sé qué más», les dijo.

Desde España preguntaron por los padres de su esposa e Iván dijo que estaba bien. Entonces sus allegados le dijeron que le dejaban en paz y que les llamase en cuanto pudiera. Este contestó con un «hecho». Lo que pocos sabían es que sería el último mensajes que el vasco mandaría porque después sus allegados intentaron contactar con él sin éxito.

Tras el ataque, el Ejército israelí fue a la casa, pero la encontraron vacía, sin ningún signo de violencia. Esto hizo pensar que había sido secuestrados. Sin embargo, unos días más tarde se confirmó la muerte de la pareja. Los restos fueron identificados en el Instituto de Medicina Forense de Abu Kabir, en Tel Aviv, uno de los dos centros forenses en los que se analizaban los restos de personas asesinadas durante el ataque y cuyos cuerpos quedaron irreconocibles.

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