Publicado: junio 20, 2025, 12:23 pm
Hace siete días una guerra directa entre las dos grandes potencias de Oriente Medio, Israel e Irán, entraba dentro de lo posible pero improbable. Hoy, una semana después, los misiles y drones vuelan de un lado a otro de la región cayendo sobre el territorio de ambos países a todas las horas del día. El conflicto, que empezó con un ataque aéreo israelí bajo la explicación de acabar con el programa nuclear iraní, empeora a cada día que pasa y amenaza con tomar una dimensión todavía mayor. Y lo hace no solo por el incremento de ataques cruzados y víctimas de los bombardeos —232 fallecidos en Irán y al menos 24 en Israel—, sino por la posibilidad, cada vez más cercana, de que el Gobierno estadounidense de Donald Trump decida unirse al Estado hebreo en su guerra contra la República Islámica de los ayatolás.
Después de varios días de especulaciones tras el abandono repentino del G7 por parte de Trump para abordar con sus asesores la crisis en Oriente Medio, este jueves varios medios de Estados Unidos, entre ellos CBS News y The Wall Street Journal, ya confirman que el presidente estadounidense habría aprobado los supuestos planes para atacar a Irán pero que aún no habría tomado una decisión final. De acuerdo con CBS, que cita a una fuente de inteligencia de alto nivel y a un funcionario del Departamento de Defensa, Trump ha dado el visto bueno a unirse formalmente a la campaña aérea de Israel. Ante estas informaciones, la Casa Blanca ha salido al paso afirmando que Trump tomará una decisión sobre «si ir o no a Irán en las próximas dos semanas» basándose en «el hecho de que hay posibilidades de que se celebren negociaciones con Irán en un futuro próximo».
A última hora del martes, Trump dijo a altos asesores que estaba aplazando dar la orden final por si Teherán decidía abandonar su programa nuclear, afirmaron tres personas familiarizadas con el asunto a The Wall Street Journal. Un alto funcionario de la Casa Blanca citado por este rotativo indica que aún hay múltiples opciones puestas encima de la mesa, y que Trump sigue observando «cómo operan los israelíes». El miércoles, en declaraciones a los medios, dejó abierta la posibilidad de una intervención militar estadounidense en Irán: «Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Quiero decir, nadie sabe lo que voy a hacer».
El martes había exigido a través de redes sociales la «rendición incondicional» de la República Islámica y amenazó con matar a su líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. Este le respondió advirtiendo a Estados Unidos de que recibiría «un daño irreparable» si decidía entrar en la guerra. Jamenei ha criticado que Israel comenzara su ofensiva «mientras funcionarios del Gobierno estaban negociando de forma indirecta con la parte estadounidense, sin que ningún gesto por parte de Irán indicara que habría movimientos militares», si bien ha matizado que «se sospechaba desde el principio que Estados Unidos estuvo implicado en este acto malicioso del régimen sionista».
Lo cierto es que el Gobierno israelí ha dejado claro que no está dispuesto a negociar y que los ataques a Irán seguirán hasta que consigan los objetivos marcados. Unos propósitos que van desde el desmantelamiento del programa nuclear iraní hasta la caída del régimen de los ayatolás. Así lo ha reiterado este jueves el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, durante su visita al Hospital Soroka de la ciudad israelí de Beersheba, que ha sido bombardeado por las fuerzas iraníes, y ha señalado que se trata de un «crimen de guerra», por lo que ha prometido que la guerra «continuará».
Israel amaneció este jueves por la mañana con el bombardeo al hospital Soroka, en el sur del país, que ha dejado 71 heridos leves. Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, aseguró que el ataque de esta mañana tenía como objetivo un cuartel de inteligencia israelí, que aseguran haber destruido, y no el hospital Soroka, en el sur de Israel. «La onda expansiva causó daños superficiales en una pequeña sección del cercano Hospital Militar Soroka, que fue evacuado en su mayor parte», ha dicho el ministro.
A lo largo del día, y como ocurre desde hace una semana, en Israel han sonado durante varias ocasiones las sirenas antiaéreas. Uno de esos bombardeos alcanzó este jueves edificios residenciales en las localidades de Ramat Gan y Holón. Pese a ello, no se han reportado víctimas mortales. En estos siete días han tenido que ser evacuadas más de 5.000 personas de sus casas por los ataques con misiles de Irán en territorio israelí, donde se han producido 40 impactos de más de 400 de esos proyectiles. Según los datos brindados por la Oficina del Primer Ministro israelí, hay reportes de 1.890 daños a edificios y 1.827 daños a vehículos.
Lo mismo ha ocurrido en Irán, donde miles de iraníes han huido de Teherán ante los bombardeos de Israel. El Ejército de Israel ha bombardeado este jueves el reactor de agua pesada de Arak, en el oeste de Irán. Asimismo, las FDI han confirmado otro ataque contra «una instalación usada para el desarrollo de armas nucleares en Natanz» que, según Israel, «acoge componentes y equipamiento únicos usados para el desarrollo de armamento nuclear». Por otra parte, han asegurado haber llevado a cabo bombardeos contra «instalaciones de producción militar», incluidas «fábricas para la producción de componentes usados para el ensamblado de misiles balísticos«, así como «lugares destinados a la creación de sistemas de defensa aérea y misiles».