Publicado: junio 23, 2025, 4:54 pm
El séptimo partido de las finales de la NBA, en el que los Oklahoma City Thunder se hicieron con el preciado anillo de campeones, estuvo marcado por la gravísima lesión de Tyrese Haliburton, la estrella de los Indiana Pacers, que se rompió el tendón de Aquilles durante el primer cuarto. Curiosamente, se trata de la tercera gran estrella de la liga estadounidense de baloncesto en sufrir esta dolencia durante los playoffs, llevando todos ellos el dorsal ‘0’ en la camiseta.
El primero en caer fue Damian Lillard. El base de los Milwaukee Bucks, fichado para buscar el segundo anillo de Giannis Antetokounmpo, quedó fuera de combate en el cuarto partido de la primera ronda, precisamente contra los Pacers, que acabaron llevándose la serie.
Hay dudas sobre el futuro de ‘Dame Dolla’, ya que una ruptura del tendón de Aquiles puede suponer el principio del fin de una carrera estelar en la NBA, como demuestran Kobe Bryant o Demarcus Cousins. Eso sí, para Lillard, y los otros dos jugadores que han sucumbido a esta aterradora lesión, queda la esperanza de seguir el ejemplo de Kevin Durant o Dominique Wilkins, que sí lograron recuperarse y volver a jugar a un gran nivel.
Jayson Tatum también estará apartado de las canchas durante muchos meses, y su caso es especialmente doloroso para los aficionados de los Boston Celtics. Tras ganar el anillo la pasada temporada, el jugador franquicia para los de Massachusetts se rompió en el cuarto partido de las semifinales de conferencia ante los New York Knicks, lo que condenó a los verdes y ha encendido todas las alarmas del proyecto.
El caso de Tyrese Haliburton es quizá el más triste. Tras eliminar a Bucks, Cavaliers y Knicks, los Pacers se ganaron el corazón de todos los aficionados. No eran favoritos al anillo, pero a base de remontadas épicas y una determinación inigualable, alcanzaron las finales, donde esperaban los Thunder. Tampoco eran favoritos en la ronda definitiva, pero echaron el resto, y llevaron la serie al séptimo y último partido, en Oklahoma.
Los primeros minutos de Haliburton, el nuevo ídolo de Indianápolis, auguraban una actuación memorable. Nueve puntos en siete minutos y un claro dominio en la cancha que se cortó de raíz cuando su tendón de Aquiles se rompió.
El dorsal ‘0’ entendió inmediatamente la gravedad de su lesión, y lloró desconsoladamente en el suelo, no solo por el gran dolor físico, sino por perderse la batalla que podría inmortalizarle a él y a sus compañeros. Sin él, la lucha se perdió. OKC se hizo con el anillo, los Pacers se marcharon entre lágrimas y al bueno de Tyrese le queda un tortuoso camino por delante para volver a ser el jugador que cautivó por sorpresa a la NBA.