Publicado: mayo 25, 2025, 11:23 am
Un grupo de arqueólogos ha descubierto cientos de huesos humanos fragmentados con signos de lesiones en las profundidades de una cueva en Guatemala, bautizada como ‘Cueva de Sangre’.
Tal y como recoge Live Science, los investigadores creen que se trata de víctimas que fueron sacrificadas durante la estación seca para apaciguar al dios maya de la lluvia.
«El patrón emergente que observamos es que hay partes del cuerpo y no cuerpos», explica a Live Science Michele Bleuze, bioarqueóloga de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. «En los rituales mayas, las partes del cuerpo son tan valiosas como el cuerpo entero», añadió.
A principios de la década de 1990, un estudio bajo el yacimiento arqueológico de Dos Pilas en Petén, Guatemala, reveló más de una docena de cuevas utilizadas por los mayas entre el 400 a. C. y el 250 d. C.
Una de ellas, llamada ‘Cueva de Sangre’, albergaba una gran colección de huesos humanos esparcidos por el suelo, muchos de los cuales presentaban evidencia de lesiones traumáticas en el momento de la muerte.
En una presentación en la reunión anual de la Sociedad de Arqueología Americana el 24 de abril, Bleuze detalló el análisis del equipo de los huesos de la Cueva de Sangre y explicó por qué creen que la cueva fue el sitio de un antiguo sacrificio maya hace dos milenios.
«Existen algunas líneas de evidencia que utilizamos para determinar que era más probable que se tratara de un sitio ritual«, dice Ellen Fricano, antropóloga forense de la Universidad Western de Ciencias de la Salud en California, quien examinó las lesiones en los huesos.
Por ejemplo, los huesos estaban en la superficie, en lugar de enterrados, y las lesiones en los huesos sugieren un desmembramiento ritual, en lugar de un entierro inmediato.
Un fragmento del lado izquierdo de la frente, por ejemplo, tenía una marca que sugería que alguien usó una herramienta con un borde biselado, como un hacha, sobre el cráneo, dijo Fricano. El hueso de la cadera de un niño tenía un corte similar. Ambos parecen haber sido hechos cerca del momento de la muerte.
Algunos restos humanos también estaban dispuestos de forma no anatómica, lo que indica un carácter ritualista en su recolección. En el suelo, en una parte de la cueva, los excavadores encontraron una serie de cuatro casquetes craneales apilados.
La combinación de lesiones descubiertas en los huesos; la alta densidad de restos humanos en la cueva; y la presencia de elementos rituales, como ocre rojo y hojas de obsidiana, sugieren fuertemente que Cueva de Sangre fue el sitio de un antiguo sacrificio ritual maya en lugar de una práctica funeraria estándar, dijo Fricano.
«En este momento, nuestra atención se centra en quiénes son estas personas depositadas aquí, porque reciben un trato completamente diferente al de la mayoría de la población», concluye Bleuze.
