Publicado: abril 16, 2025, 12:23 pm
La Comisión Europea (CE) ha dado el visto bueno definitivo para el uso en la Unión Europea de lecanemab, comercializado por Eisai y Biogen como Leqembi , el primer tratamiento que ralentiza el deterioro cognitivo leve característico del alzéimer durante las primeras fases de la enfermedad. El proceso no ha sido fácil. La autorización se ha concedido después de que el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) recomendara el pasado noviembre su comercialización, pero antes de ello, en julio de 2024, la EMA consideraba que su efecto en el retraso del deterioro cognitivo no compensaba con el riesgo de efectos secundarios graves asociados al fármaco . Ha sido un proceso largo hasta que finalmente han dado luz verde al medicamento. Los pacientes que podrán beneficiarse de este fármaco son aquellos que tienen solo una copia del gen ApoE4, una variante genética que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad, o ninguna, y que presentan placas de beta amiloide en el cerebro, según ha informado la CE en un comunicado. «La autorización se basa en la evaluación científica positiva de la Agencia Europea de Medicamentos , que concluyó que los beneficios de este medicamento superan los riesgos en una población específica de pacientes con dicha enfermedad, siempre que se apliquen medidas de minimización de riesgos. Por lo tanto, la decisión de autorización de hoy también establece condiciones estrictas para el uso de Leqembi, así como requisitos claros de mitigación de riesgos», señala la Comisión. El organismo europeo ha establecido unas condiciones que deben implementar los 27 Estados Miembros para los que se ha autorizado el fármaco, junto a Islandia, Liechtenstein y Noruega. En concreto, los países deben garantizar que todos los profesionales sanitarios que se espera que prescriban Leqembi, así como los pacientes que vayan a utilizarlo, tengan acceso a la información sobre el mismo. Además, el inicio de la administración del medicamento en todos los pacientes debe realizarse mediante un sistema de registro centralizado obligatorio, implementado como parte de un programa de acceso controlado (PAC) para contribuir a su uso seguro y eficaz, y evitar su empleo fuera de indicación. «Lecanemab es el primer tratamiento que ha demostrado que la reducción de las placas de beta amiloide en el cerebro se asocia con la ralentización del deterioro cognitivo en pacientes en la etapa inicial de la enfermedad. Este es un avance histórico en un campo donde la innovación ha sido escasa o nula en los últimos 20 años», ha destacado el presidente y director ejecutivo de Biogen, Christopher A. Viehbacher, tras conocer la aprobación de la CE. El principio activo de Leqembi (lecanemab) es un anticuerpo monoclonal (un tipo de proteína) que se adhiere y elimina las protofibrillas tóxicas, además de dirigirse y reducir las placas de beta amiloide que se forman en el cerebro de las personas con Alzheimer. Las protofibrillas son una forma tóxica clave de beta amiloide que se acumula en el cerebro y causa daño neuronal. Después de la concesión de la Comisión Europea, será cada Estado Miembro el que tenga que tomar sus decisiones sobre el precio y el reembolso, teniendo en cuenta el papel y el uso potenciales de este medicamento en el contexto de su sistema sanitario nacional. Al hilo, el director ejecutivo de Eisai, Haruo Naito, ha afirmado que su compañía está colaborando con las autoridades de cada país para facilitar este proceso y dar acceso a los pacientes elegibles «lo antes posible». Esta es la decimotercera aprobación de lecanemab en todo el mundo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés) concedió su autorización en julio de 2023, tras el respaldo unánime de su eficacia clínica por parte de un comité asesor. En EEUU se acordó proporcionar una amplia cobertura para lecanemab, para pacientes elegibles con Alzheimer en fases tempranas. También ha sido aprobado para fase temprana por las autoridades reguladoras de Japón en 2023, y en 2024 por las de China, Corea del Sur, Hong Kong e Israel.