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La búsqueda de personas es una lucha contra el tiempo

Publicado: abril 25, 2025, 7:19 am

La edición número 17 de la Fiesta del Libro y la Rosa, que arranca mañana en el Centro Cultural Universitario de la UNAM como sede matriz, tendrá a la memoria como uno de sus temas eje. Bajo el lema “Exilio, memorias y reencuentros”, este encuentro editorial que año con año convoca a más y más públicos en torno a sus mesas de conversación, presentaciones editoriales y artísticas abordará las distintas caras del poliedro social de la preservación del registro sobre las luchas sociales, de sus protagonistas, de los desplazamientos, de la resistencia de los pueblos originarios a través de sus lenguas, entre muchos otros temas que hacen vértice en esa tan vasta y valiosa palabra: memoria.

Precisamente este viernes 15 de abril, durante la primera jornada del encuentro, la historiadora e investigadora chihuahuense Alicia de los Ríos charlará con la periodista Marcela Turati bajo el tema “Los vuelos de Alicia: búsqueda, lazos e investigación”, uno de esos tan necesarios ejercicios para la ponderación de las personas ausentes.

Alicia de los Ríos Merino, madre de la investigadora referida antes y militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, férrea participante de las luchas sociales, fue desaparecida en enero de 1978. Su hija ha dedicado la vida, con su profesión de por medio, a la búsqueda, a la reunión de pruebas, de avances, de indicios sobre su paradero. Sospecha que su madre fue una de las víctimas de la llamada “guerra sucia” en México que fueron arrojadas al mar en este periodo.

“Empecé como buscadora siendo una niña”

La investigadora Alicia de los Ríos conversa con este diario sobre la lucha que ha librado por décadas para reunir pistas sobre el paradero de su madre y los muros que se ha topado en el camino, pero también sobre la relevancia de seguir buscando, de recordar, de no olvidar a quienes están ausentes y de abogar por el imperio de la justicia sobre ellos.

La búsqueda de personas, de la verdad sobre sus desapariciones, reconoce la activista, “es una batalla sobre todo en contra del mismo tiempo, porque, claro, entre más tiempo avanza, sobre todo en casos de desapariciones, los perpetradores mueren, pero también mueren los testigos y las personas buscadoras”.

“Si bien yo no conocí a mi mamá porque ella fue desaparecida cuando yo tenía 11 meses, sí soy testigo de esas primeras colectividades que buscan a personas desaparecidas en México. Y empecé como buscadora siendo una niña. Fui una pequeña testigo de cómo se libraron esas primeras búsquedas en nuestro país de personas desaparecidas, sobre todo, por cuestiones políticas. A lo largo de los 48 años que tengo de vida, no solamente me ha tocado librar batallas por el derecho a la verdad y del acceso a la justicia, aunque ambos siguen sin ser garantizados para las familias, también he visto cómo se libran batallas por la preservación de la memoria de nuestros familiares”.

A través de la página A dónde van los desaparecidos se difunde la historia de búsqueda de Alicia de los Ríos relatada por la periodista Marcela Turati. En este sitio, con el poder que confiere la literatura y el ejercicio periodístico, con relatos varios de personas buscadoras, se abona a esa voluntad por la preservación de la memoria.

Un punto de hermetismo absoluto

Pero el muro más infranqueable para Alicia y tantas familias que buscan a víctimas de desaparición forzada por razones políticas se yergue cuando las investigaciones efectuadas por décadas, por voluntad de civiles buscando a civiles, requieren esencialmente de la consulta y toma de registro de los archivos del Ejército mexicano.

Con la creación de la llamada Comisión de la verdad, durante el sexenio pasado y que, entre otras características, tenía el Mecanismo de esclarecimiento histórico, Alicia expone: “nosotros pensábamos que habría un avance en los casos de desaparición por motivos políticos del pasado. Fue una oportunidad interesante, pero también decepcionante al ver cómo cuando llegamos al punto donde las investigaciones derivan en el Ejército, ahí se paraban. Se frenaban con una complicidad o con una defensa bastante férrea, hasta patriótica, de esta institución”.

Fue en este punto, comenta, donde la relación con las instancias competentes del gobierno pasado, empezando por la Secretaría de Gobernación, de la que dependía dicha comisión, se diluyó, se volvió áspera, “se hizo mucho más agresiva incluso con las organizaciones que representan algunos de los casos. Entendimos que esto era parte de esa defensa a ultranza de la integridad del Ejército mexicano”.

Pero Alicia no deja de buscar, pese a ese hándicap inexorable que es el tiempo, incluso frente a los infranqueables muros institucionales.

“Estamos haciendo diligencias al interior del Campo Militar número uno y de la Base aérea número siete, porque son los últimos lugares donde vieron viva a mi madre. Nosotros desde que denunciamos ante la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), en junio de 2002, solicitamos la entrada tanto al campo como a la base, que se ubica en Pie de la Cuesta, en Acapulco. La fiscalía nos contestó que era imposible entrar por cuestiones de seguridad nacional. Finalmente, en octubre de 2024, les ganamos un amparo y pudimos entrar en septiembre. Hasta diciembre, tuvimos dos jornadas de trabajo intensivo en ambos sitios. Ahí constatamos que el circuito de la desaparición del pasado no puede llegar al punto de su verdad si no es pasando por los archivos del Ejército mexicano”.

Uno de los efectos de este hermetismo histórico, señala finalmente, es que en cinco décadas los casos de desaparición en México han pasado de un millar a alrededor de 127 mil en la actualidad. “Es una crisis colectiva con una gravedad que requiere también soluciones de gravedad”.

Puedes saber más de la historia de Alicia en:

Los vuelos de Alicia

“Con la desaparición de una persona, la normalidad en una vida se trastoca. Yo no noté ese cambio en mí porque me tocó crecer desde pequeña con esta normalidad, entre comillas, de vivir en una familia con una persona desaparecida”.

Alicia de los Ríos, historiadora y buscadora.

El caso de Alicia se registró en el documental:

  • “No sucumbió la eternidad”
  • Dirección: Daniela Rea
  • Año: 2017

Disponible en Nuestro Cine Mx

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