Publicado: octubre 29, 2025, 7:23 pm
Cada año, más de 90.000 personas sufren un ictus en España, y 23.000 pierden la vida por este motivo. El accidente cerebrovascular sigue siendo, además, la primera causa de dependencia en nuestro país, y su coste para el sistema sanitario es enorme, ya que supone entre un 3 y un 4% del gasto total en atención médica.
Estos datos nos ayudan a hacernos una idea de las dimensiones de un problema de salud pública en el que aún queda mucho por hacer. «Todavía podemos reducir mucho los casos», explica a 20minutos María del Mar Freijo, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), «y tenemos objetivos que alcanzar en cuanto a la vida después del ictus».
«Un estilo de vida saludable reduce la incidencia»
En esencia, un ictus o accidente cerebrovascular se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro, ya sea por un bloqueo en un vaso (ictus isquémico) o por una hemorragia (ictus hemorrágico). Es una enfermedad vascular, aclara Freijo, y por ello muy ligada a factores de riesgo modificables: «Aunque sobre todo está ligado a la edad» dice, «otros factores importantes son la hipertensión, el colesterol alto, el tabaquismo y la fibrilación auricular, un tipo de arritmia cardíaca. En general los factores de riesgo de la enfermedad vascular son los que aumentan la probabilidad de tener un ictus».
«Nuestro objetivo sería que no ocurriese, que consiguiésemos disminuir la incidencia de los ictus. Es una situación ideal, pero por lo menos reducir los casos«, argumenta. «Por eso, es importante un estilo de vida saludable y que haya adherencia a los tratamientos y a las pautas que nos indican en los casos en los que tenemos algún factor de riesgo».
«Esto es lo que llamamos prevención primaria», añade, «pero hay una parte muy importante de concienciar a la población de lo que puede ser un ictus, de cuáles son sus síntomas y de la importancia de avisar rápidamente a emergencias para que se pueda tratar a quien lo sufre de manera inmediata».
«Los síntomas aparecen de forma brusca»
Al respecto, afirma «todavía no somos capaces de pensar, cuando nos está pasando, que tenemos un ictus y que debemos acudir a emergencias«, e indica que los síntomas «aparecen de forma brusca».
«Tu estás bien y, de repente, no puedes mover un brazo, una pierna o ninguno de los dos, o no puedes hablar, o no entiendes lo que te están diciendo, se te tuerce la boca… esos son los signos más habituales«, especifica.
«En estos casos lo mejor es llamar a emergencias, al 112, para que nos trasladen o trasladen al paciente a emergencias. A partir de ese momento, si los profesionales creen que estamos padeciendo un ictus, se activa lo que se llama el ‘código ictus’«, prosigue. «Son una serie de acciones encadenadas por los diferentes profesionales sanitarios con el objetivo de que el paciente llegue lo antes posible al centro en el que va a recibir el tratamiento, un neurólogo confirme la sospecha y se realice un escáner cerebral de manera rápida».
«Después», continúa, «se activan todos los cuidados, se pone el tratamiento y se ingresa en unidad de ictus».
«Es fundamental llegar pronto»
Precisamente, la experta expone que se han producido grandes avances en los últimos años en el abordaje de los ictus, desde estos protocolos a las estrategias para tratarlo. «A día de hoy se administran tratamientos que disminuyen muchísimo la mortalidad, y hay una gran mejora en cuanto a las limitaciones y a las secuelas que provoca en actividades tan básicas como comer, caminar, asearse o hablar», defiende. «Uno de ellos fue poder disponer de unidades de ictus, con personal especializado. Luego están tratamientos como la fibrinolisis, que es una medicación que se administra por vía intravenosa y disuelve el trombo causante del ictus».
«La mortalidad del ictus está bajando y va mejorando el pronóstico de los pacientes», aduce, «pero seguimos limitados por la importancia de llegar pronto».
Freijo también cuenta que «el año pasado se actualizó la Estrategia Nacional del ictus, y se están llevando acabo acciones para mejorar en prevención primaria y en los cuidados a las personas que quedan con secuelas, con enfoques como la neurorrehabilitación».
«Se está coordinando y protocolizando todo, y hay que incidir en que haya una actuación integral coordinada con rehabilitadores, médicos de atención primaria, atención sociosanitaria…», añade.
La experta finaliza recordando que «aunque se ha mejorado mucho en el tratamiento agudo, el ictus provoca muchas dificultades sociofamiliares o incluso laborales que también hay que atender».
«Es importante llegar pronto y llamar a emergencias»
En último término, subraya la importancia de seguir concienciando en hábitos saludables para profundizar en la prevención primaria y reducir el riesgo de padecer un ictus.
También, recuerda que es fundamental «que consigamos que la población reconozca el ictus, y que sepan que tienen que llamar rápidamente a emergencias».
«Es importante llegar pronto» enfatiza. «Cuanto más tarde nos atiendan, el beneficio es menor y hay más riesgo de complicaciones».
