Publicado: mayo 13, 2025, 3:03 pm
Kim Kardashian declaró este martes, ante el tribunal de París que juzga a los presuntos autores del atraco que sufrió en el hotel donde se alojaba el 3 de octubre de 2016, que aquella noche creyó que la iban a violar y a matar. «Estaba segura de que iba a morir, absolutamente», respondió la estrella de las redes sociales al ser preguntada por el presidente del Tribunal de lo Criminal de París si temió por su vida.
Dijo que «estaba segura de que me iban a disparar» cuando uno de los dos miembros del comando la estaba amordazando, mientras otro le apuntaba con una pistola. También precisó que temió que la fueran a violar, especialmente cuando la estaban atando desnuda encima de la cama.
La influencer, que quiso agradecer «a las autoridades francesas» que le hayan permitido contar su «verdad», empezó a llorar al recordar el trauma que sufrió por el ataque: «Cuando vine para la Semana de la Moda, lo cambió todo». Concretamente, indicó que mientras antes se sentía «segura en casa», ahora necesita «tener a cuatro a seis vigilantes» para sentirse «en seguridad por la noche».
Los ladrones que le atracaron a punta de pistola en el hotel de París aquella madrugada se llevaron joyas valoradas en unos 10 millones de dólares, en particular su anillo de bodas. Todo ocurrió mientras su hermana Kourtney había salido de fiesta y con ella había ido su guardaespaldas.
La estrella de las redes sociales contó que escuchó unos pasos, que llamó a su hermana y a los amigos que se habían ido con ella, pero entraron en su habitación dos hombres encapuchados con el conserje del hotel al que habían maniatado, y que iban con uniformes de policía, uno de ellos armado con una pistola. Explicó que la escena le horrorizó y que llegó a pensar que podía estar siendo víctima de un ataque terrorista.
Uno de los dos hombres le quitó el móvil con el que trataba de llamar a su servicio de seguridad, le ataron y empezaron a reclamarle el anillo de bodas. Intentó decirles que se llevaran lo que quisieran pero que no la mataran, que tenía bebés, y todo eso en un estado de gran nerviosismo: «Estaba bastante histérica».
Cuando finalmente se fueron con el botín, consiguió soltarse en el lavabo las bridas que le habían puesto en las manos y, todavía con las piernas atadas bajó a la habitación de Simone Harouche, su estilista, donde consiguió liberarse de las ataduras, pero todavía temiendo que pudieran volver los asaltantes.
En el banquillo de este proceso se sientan diez acusados que se consideran los miembros del grupo que planificó y llevó a cabo el atraco, conocidos como los «abuelos ladrones» porque varios de ellos tienen más de 70 años.
Vestida de negro, con unas gafas de sol y con un collar de diamantes, acompañada de su madre, Kim subió las escaleras del edificio situado en la Isla de la Cité, donde se desarrolla el proceso desde hace varias semanas. También iba con el equipo de rodaje de una plataforma audiovisual que prepara un documental.