Publicado: julio 24, 2025, 7:15 am
La Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) afina instrumentos para ofrecer el próximo fin de semana un concierto monumental, los días 26 y 27 de julio en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.
El cuarto programa de la Temporada de Verano se compone de la pieza «Cielo de invierno», de Kaija Saariaho; la «Sinfonía N° 2» de Robert Schumann y, en el core, el «Concierto para piano N° 2», de Johannes Brahms.
Este programa rendirá homenaje a Kaija Saariaho, destacada compositora finlandesa recientemente fallecida, y tendrá como solista al piano en la ejecución del concierto de Brahms al maestro Jorge Federico Osorio, «que no necesita presentación», precisó el director artístico de la OSM, Carlos Miguel Prieto a El Economista.
Jorge Federico Osorio (Ciudad de México, 1951), “uno de los pianistas más elegantes y consumados del planeta”, de acuerdo con el diario Los Angeles Times, merecedor de la Medalla Bellas Artes, una de las más altas distinciones en México, habló con este medio previo a su presentación.
«Adoro a Brahms, así es que estoy muy contento y emocionado de ir a tocarlo a México de nuevo. Tocar en México me emociona mucho siempre, el público mexicano es fantástico, siempre siento que están allí, que están con uno, realmente escuchando con mucha atención, es de mis públicos preferidos absolutamente», dice el pianista que ha pisado los escenarios más prestigiosos del mundo.
Para Osorio significa mucho tocar con la Sinfónica de Minería y es una «gran responsabilidad», dice. «Toda mi energía, mi enfoque y mis ideas van hacia el momento en que vamos a salir al escenario».
Le emociona tocar el «Concierto N° 2» de Brahms y al mismo tiempo le significa un reto: «Me pasa lo mismo que con otras obras. La conozco desde hace años, la he tocado muchas veces pero siempre está uno encontrando cosas nuevas dentro de la partitura y eso es lo fascinante y lo que la hace especial. Siempre es un reto encontrar cosas nuevas, no es que uno esté inventando, todo está allí en la partitura, sino se trata de profundizar en el estudio de uno para proyectar a la mera hora con energía, con pasión, con amor y ofrecer la mejor versión posible».
De Schumman a Brahms
El maestro Jorge Federico subraya la belleza de este cuarto programa por la presencia de Johannes Brahms y Robert Schumann. «Schumann descubrió e impulsó a Brahms. Cuando Brahms fue a tocar sus primeras sonatas para Schumann, realmente a él le impactó mucho y decía que eran como sinfonías disfrazadas».
Del «Concierto N° 2», Osorio destaca el comienzo «con solo de corno» y el tercer movimiento con «un solo de chelo, que es de las cosas más bellas que ha escrito Brahms, y como él decía con un ligero scherzo entre el primero y el tercer movimiento, que es la parte más apasionada y dramática de este concierto», precisa el maestro.
El consagrado pianista comparte que entre el primer concierto para piano y el segundo del compositor alemán hay un salto de madurez. «Su primer concierto (1859) fue un fiasco, un fracaso, a la gente no le gustó para nada, y ya el segundo concierto (1882), con un Brahms más seguro y más conocido, es una maravilla de concierto que inmediatamente tuvo éxito, creo que hasta a Franz Liszt le gustaba», dice entre risas.
Osorio convoca a los que aún no conocen a Brahms a «que vayan a disfrutar (el Concierto para piano N° 2), que estén abiertos, que se dejen llevar por la música, que escuchen con alegría y con amor», concluye.