Publicado: mayo 12, 2025, 9:24 pm
He estado probando el último altavoz lifestyle de JBL. El nuevo Flip 7 es una oda al buen sonido y al buen gusto —he probado el modelo pink, y a mí que soy team rosa no podría gustarme más—.
Más potencia, más graves y más batería. El nuevo Flip 7 de JBL conserva el diseño compacto que lo ha hecho popular, pero ahora suena con más cuerpo, aguanta hasta 16 horas y no se inmuta si lo mojas en la ducha mientras lo das todo cantando.
Lo he puesto a prueba durante unos días y esto es lo que más (y lo que menos) me ha convencido.
Un altavoz pensado para moverse, sin importar el plan
Además de la potencia y su carácter todoterreno, uno de los motivos por los que me ha conquistado su diseño es que realmente es fiel a su esencia: es un altavoz portátil que se puede portar, porque pesando más o menos medio kilo resulta fácil de transportar en la mochila sin que parezca que cargas con un armatoste. O, como diría mi madre, que llevas un ‘petoste’ encima.
Y no solo es el peso, JBL incluye un pequeño detalle: lleva dos tipos de sistema de sujeción, incluido uno con mosquetón.
Como decía al principio, soy del equipo princesa-chicle-de-fresa, así que me encanta un buen rosa. Pero este altavoz tiene muchas opciones para quienes prefieran otros tonos: azul, rojo, camuflaje, morado, blanco y negro.
Tanto el rosa como el rojo y el morado son colores bastante chillones y cualquiera de ellos me parece interesante y llamativo, que creo que es uno de los objetivos de este altavoz: captar miradas. También seducir oídos, pero eso te lo cuento más tarde.
El Flip 7 sigue apostando por la fórmula ganadora de sus predecesores: diseño cilíndrico, peso contenido (560 gramos) y resistencia total al agua y al polvo (certificación IP68). Además, tiene protección contra sobrecalentamiento (hasta 45 °C), algo útil en días de mucho sol.
Lo bueno es que ahora suma mejoras internas que se notan, sobre todo, cuando subes el volumen.
Un sonido rotundo que conquista
JBL ha integrado un sistema de dos vías con un woofer de 45 x 80 mm y un tweeter de 16 mm, lo que se traduce en un sonido más definido. Los graves suenan más profundos y los agudos, más nítidos.
En exteriores, la potencia no decepciona: 35 W RMS (25 W graves + 10 W agudos) que llenan sin problema una terraza o una salida al aire libre.
En interiores, no hace falta pasar del 60% para disfrutarlo.
Y si quieres más, siempre puedes conectarlo con otros JBL compatibles gracias a la función Auracast.
El Flip 7 suena con fuerza, pero también con equilibrio. Aunque no tiene ecualizador en el propio altavoz, si usas la app JBL Portable puedes ajustar la curva sonora a tu gusto. De serie, los graves vienen bien marcados, pero sin tapar las voces ni saturar.
Otra novedad interesante es el modo Playtime Boost, que reduce ligeramente el volumen y modifica la ecualización para extender la autonomía hasta dos horas extra. Perfecto para viajes largos o días de usarlo en exteriores, donde no puedes cargarlo.
La batería dura y se carga rápido
La batería de 4.800 mAh rinde como promete: en nuestras pruebas, hemos conseguido entre 12 y 14 horas reales a volumen medio-alto. Con el modo de ahorro activo, puedes arañar algo más, aunque el sonido se vuelve más plano.
El tiempo de carga es de unas 2,5 horas con USB-C, lo que está dentro de lo esperado. Una de las principales pegas que saco a este dispositivo podría estar aquí: la caja no incluye ni siquiera el cable de carga —ya no digo nada del adaptador—. Esto no es un gran drama dado que la mayoría de nosotros tenemos doscientos de estos cables en casa. Pero me parece que los fabricantes están llegando a un punto en el que ahorran demasiado en algunos básicos que ya teníamos conquistados.
Bluetooth 5.4: más rápido y más estable
Una mejora menos visible, pero muy útil, es la actualización del Bluetooth a la versión 5.4, que garantiza una conexión más estable, más rápida y con menor latencia. En la práctica, significa menos cortes, mejor sincronización si lo usas para ver vídeos y una conexión inmediata al encenderlo.
Resumen
Como dice JBL, este producto está hecho para gozar del sonido “porque la música no tiene límites y tú tampoco deberías tenerlos”. Y ese es, precisamente, el enfoque del Flip 7: un altavoz compacto que no renuncia ni a la potencia ni a la versatilidad.
Durante el tiempo que lo he usado, ha sido mi compañero para trabajar con música de fondo, para ambientar una comida familiar, para entretener a las criaturas pequeñas y, sobre todo y mi favorita, para cantar en la ducha como si tuviera el vozarrón de Amy Winehouse.
Porque si hay un placer en el mundo, ese es darlo todo cantando en la ducha, y eso es así.
Este altavoz suena fuerte, suena bien y no se complica: no hay que ser un experto en audio para disfrutarlo.
Lo que más destaca es el equilibrio: un sonido con cuerpo, una batería que aguanta sin dramas y un diseño robusto pero ligero, pensado para acompañarte tanto en exteriores como en tu salón. El añadido del modo Playtime Boost para alargar la batería y la nueva conectividad Auracast para conectarlo a otros altavoces lo convierten en una opción más completa y flexible que sus predecesores.
No tener cable en la caja parece una decisión tacaña. También, puestos a pedir, se echa en falta un botón físico para ecualizar. Pero son pegas menores para un dispositivo que cumple —y convence— por un precio más que razonable (149,99 euros).
El Flip 7 no reinventa la rueda, pero sí pule todos los aspectos clave: mejor sonido, más batería, mejor conectividad. Es un altavoz ideal para llevar a cualquier parte, fiable, resistente y con ese sonido JBL que ya es marca de la casa.
Si buscas un altavoz Bluetooth portátil todoterreno, bonito, potente y listo para todo, el JBL Flip 7 es una apuesta segura y será difícil encontrar un rival más completo en su gama. Recomendable 100%.