Publicado: julio 25, 2025, 5:28 am
Aunque nació en Vancouver (Canadá) en 1969, Jason Priestley se hizo famoso al más puro estilo Hollywood cuando, durante los años ’90, interpretó a Brandon Walsh en la icónica Sensación de vivir (Beverly Hills, 90210, en su versión original).
Entre 1990 y 2000, el responsable y moralista hermano gemelo de Brenda (Shannen Doherty) se convirtió en uno de los rostros más conocidos de la televisión interpretando al «chico bueno», perfecta contraposición a Dylan McKay (Luke Perry), que era el «chico malo» de manual y, por supuesto, enamorado de la hermana de Brandon.
Aquellos jóvenes adultos interpretando a adolescentes se convirtieron en un referente a nivel mundial para millones de jóvenes. Sin embargo, agotada la serie tras diez temporadas, ninguno de los protagonistas (salvo tal vez Shannen Doherty) volvió a alcanzar el éxito que les proporcionó Beverly Hills.
Durante el tiempo que la serie se mantuvo en antena, Priestley intentó acercarse a papeles que, a su vez, lo alejasen del estereotipo adolescente, como hizo en sus participaciones en Love and Death on Long Island o Tombstone, e incluso llegó a dirigir algunos episodios de la ficción que lo hizo famoso.
Pero en 2002 tuvo un grave accidente de coche durante una carrera de Indy en Kentucky que le causó múltiples fracturas y lesiones cerebrales. Tal como contaría él años más tarde, aquel accidente supuso un antes y un después en su vida, ya que, aunque se recuperó físicamente, decidió dar un giro a su trayectoria.
Volvió a la industria canadiense, donde mantiene una posición tranquila, estable y popular desde hace años. Ganó un Canadian Screen Award por su papel de vendedor de coches en Call Me Fitz y protagonizó Private Eyes entre 2016 y 2021, comedia que también produjo y dirigió.
También, en 2014 publicó su autobiografía: Jason Priestley: A Memoir, donde ofrece «una mirada honesta a su paso por el estrellato» y sus «luchas personales».
En lo personal, Priestley está casado desde 2005 con Naomi Lowde, con quien ha tenido una hija, Ava, que acaba de graduarse en el instituto y es el orgullo de su padre en sus redes sociales, en las que no deja de promocionar el estudio de pilates de su mujer y su propia y pequeña compañía vinícola, The Oak and Priest Wine Company, de la que es copropietario desde 2005.
