Janira Sánchez, odontóloga: "Enjuagarte con agua después de cepillarte los dientes es como tirar por el desagüe el dentífrico" - Estados Unidos (ES)
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Janira Sánchez, odontóloga: «Enjuagarte con agua después de cepillarte los dientes es como tirar por el desagüe el dentífrico»

Publicado: octubre 13, 2025, 8:23 pm

Las normas básicas de higiene dental tras las comidas tiene sus propios tiempos y dos o tres pasos imprescindibles: al cepillado dental durante 2 minutos (30 segundos por cada cuarto de la dentadura), con mimo, paciencia y sin frotar el esmalte de manera brusca, puede seguirle un enjuague con colutorio adecuado y, como imprescindible, los dentistas recomiendan el uso de la seda dental.

Todos tenemos claro lo importante que es limpiar la boca después de haber comido, con el fin de eliminar restos de comidas que acabarán abriéndole la puerta a bacterias y microorganismos que pueden ocasionar a la larga problemas serios. Por lo tanto, cepillar los dientes es un gesto imprescindible según todos los expertos. Sin embargo, enjuagarse inmediatamente después con abundante agua puede no ser lo más apropiado para protegerlos.

Cepillarse los dientes, un gesto imprescindible pero no inmediato

Recientemente, algunos estudios científicos han desvelado la necesidad de esperar unos 20-30 minutos tras las comidas para cepillarse los dientes. La razón es que, si hemos consumido alimentos ácidos, éstos van a ablandar el esmalte que seria arrastrado en sus capas más superficiales por el cepillado.

Si esperamos un tiempo prudencial y no corremos a lavarnos los dientes nada más comer, estaremos contribuyendo a que la saliva vaya neutralizando los ácidos y el esmalte se remineralice, volviendo a endurecerlo pasados esos minutos de ‘reposo’. Alimentos ácidos son, por ejemplo, la mantequilla, los pistachos, los cacahuetes, anacardos, pan blanco o integral, galletas blancas, salsa de tomate, mayonesa, o vinagre, por citar los más habituales de consumo.

Dos minutos, tres veces al día

Aprender a cepillarse los dientes correctamente es el primer paso para mantener una buena higiene bucodental y unos dientes y encías sanos. Además, ayuda a minimizar el riesgo de caries y problemas de encías, las principales causas depérdida d piezas dentales. El cepillo debe tener cerdas suaves, y la pasta de dientes que elijamos debe contener flúor. El cepillado debe ser tranquilo, dedicándole 30 segundos a cada una de las cuatro partes en las que se divide la boca.

Los expertos de Oral B aconsejan colocar el cepillo de dientes en un ángulo de 45 grados con movimientos cortos de medio diente contra la línea de las encías, asegurándose de llegar a los dientes posteriores. Cuando llegues a las superficies interiores de los dientes delanteros, inclina el cepillo en vertical y realiza suaves movimientos ascendentes y descendentes con la punta del cepillo.

Para finalizar con el ritual, no hay que olvidar cepillar la lengua con un movimiento de barrido de atrás hacia delante para eliminar las partículas de comida y ayudar a eliminar las bacterias causantes del mal olor para refrescar el aliento.

La importancia del flúor en la higiene bucal

Aunque en ocasiones ha podido ser objeto de cierta controversia, lo cierto es que el flúor presente en las pastas dentífricas es un mineral fundamental con la propiedad de fortalecer el esmalte dental, prevenir la formación de caries, y contribuir a la necesaria remineralización de la dentadura. Además cumple una función barrera que protege el esmalte de las agresiones externas durante horas. Sin embargo, existe un gesto diario habitual que podría dar al traste con los beneficios del flúor.

Efectivamente, como advierte la odontóloga Janira Sánchez, la mayoría de la población, tras el cepillado, enjuaga su boca con abundante agua para ‘terminar de limpiar bien’. Error. «¿Después de cepillarte los dientes te los enjuagas? Pues déjame decirte que no lo estás haciendo bien. Seguro que después de hacerte el skin care no te enjuagas la cara. Pues con el cepillado es lo mismo».

Y es que, según explica la experta, al enjuagar la boca con agua estamos eliminando los beneficios del flúor por completo, puesto que este mineral necesita un tiempo para fijarse en los dientes y cumplir su función. «Si te enjuagas con agua estarás eliminando todos los principios activos que no deberían irse por el desagüe». En lugar de enjuagarte con agua, si lo crees necesario para ‘completar’ siempre podrás hacerlo con un colutorio con flúor. Eso sí, no más de un 0.05% de fluoruro de sodio o su equivalente, lo cual es suficiente para fortalecer el esmalte dental sin riesgo de una exposición excesiva que exponga el esmalte..

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