Publicado: octubre 23, 2025, 9:57 pm
Un Pablo Motos bajo de energía (con aspecto de estar pasando un catarro del que esperamos que se recupere pronto) recibe a Isabel Preysler como si fuera una familiar de quien le hubiera separado una guerra. Se sientan a la mesa —y no me he fijado esta vez en la altura de los asientos; lo siento mucho— y Motos sostiene el libro de la Preysler Mi verdadera historia. ¿Por qué tiene unos post-it? Me pregunto.
