Publicado: noviembre 21, 2025, 11:23 am
Cuando en Xataka me ofrecieron probar el Plaud Note Pro, mi reacción fue predecible: «otro gadget de IA que puede ser una app». Llevamos un par de años viendo desfilar chismes tecnológicos que prometen cambiar nuestra vida gracias a la IA, a veces con terrible resultado, y en general siendo soluciones en busca de un problema.
Pero el Note Pro me ha sorprendido. No porque haga magia, sino precisamente porque no intenta hacerla.
Este diseño solo tiene sentido cuando lo tienes en la mano
Las fotos de producto engañan muchísimo con este dispositivo. En pantalla parece un trasto cualquiera, otro rectángulo de aluminio más. Cuando lo sacas de la caja, la reacción es decir «qué fino es esto». Tiene literalmente el tamaño de una tarjeta de crédito y apenas 3 milímetros de grosor. No estamos hablando de «fino para ser un grabador», sino de fino, punto.

Es ridículamente fino. Aquí, junto al estuche de unos AirPods Pro para dimensionarlo mejor. Imagen: Xataka.
Lo primero que haces es intentar doblarlo, porque tu cerebro no procesa que algo tan delgado pueda tener cuatro micrófonos, 64 GB de almacenamiento y batería para 30 horas de grabación continua. El acabado en aluminio cepillado es impecable, con ese tipo de calidad que te hace pensar en Apple. Y lo digo como crítica y como halago: tienen claro a quién están copiando, y lo hacen extraordinariamente bien.

Pues eso, ridículamente fino. Y bien acabado. Imagen: Xataka.
La pantalla AMOLED de menos de una pulgada es un detalle que parece superfluo hasta que la usas. No es para ver vídeos, sino para confirmar de un vistazo que estás grabando, cuánta batería te queda, y si has marcado algún highlight. Nada más, nada menos. Es diseño con propósito, no ornamentación.

La pantalla tiene su aquel más allá de ser un indicador de la batería restante. Imagen: Xataka.
La pregunta incómoda: ¿por qué no usar simplemente una app?
Aquí es donde se pone interesante. Porque sí, tienes opciones como Otter.ai o la grabadora nativa de tu móvil con transcripción automática. Son gratis, o casi. Ya viven en tu bolsillo. ¿Por qué demonios querrías gastarte 179 dólares en un cacharro aparte, más una suscripción que va desde los 20 euros al mes hasta 250 anuales?
La respuesta honesta es que para la mayoría de la gente, no tiene sentido. Si grabas una reunión al mes, usa tu móvil. Si necesitas transcribir de vez en cuando, Otter te sobra. Pero si vives en reuniones, briefings, entrevistas, llamadas con clientes, presentaciones… la ecuación empieza a cambiar.
El Note Pro te libera de la dependencia del móvil, y eso es más valioso de lo que parece a priori. Cuando grabas con el móvil, ese móvil está ocupado. No puedes en muchas ocasiones consultar documentos, tomar notas en paralelo o responder un mensaje urgente. Y sobre todo, no puedes permitir que se quede sin batería justo cuando más lo necesitas. El Note Pro es un dispositivo de función única, y esa especialización es su fortaleza.

Se carga vía conector pogo-pin magnético. Imagen: Xataka.

🔌 Imagen: Xataka.
La calidad de grabación también marca diferencia. Los cuatro micrófonos MEMS captan voces hasta a cinco metros con una claridad notable, y el procesamiento de IA para separar hablantes funciona sorprendentemente bien. En pruebas en salas de reuniones con seis personas, identificó correctamente cada voz sin necesidad de que nadie hablara en turnos ordenados. Otter.ai en mi móvil funciona de maravilla por lo general, pero tiende a mezclar voces si dos personas hablan con volumen similar.
Pero seamos claros: la brecha no es abismal. Las apps modernas también funcionan bien. La ventaja del Note Pro es acumulativa, no puntual: mejor batería, mejor captura de audio, un dispositivo que puedes dejar sobre la mesa sin preocuparte de notificaciones que interrumpan, sin ansiedad por si alguien llama en mitad de la grabación. Y además, si tienes un iPhone con MagSafe, existe una cartera con la que pegar el Plaud a él y poder grabar hasta las llamadas.

El Plaud Note Pro dentro de su cartera MagSafe. Imagen: Xataka.

También aquí. Imagen: Xataka.
El botón de highlight: pequeño detalle, gran diferencia
Hay una función que suena trivial en papel pero que en uso he descubierto que es extraordinariamente útil: el botón de highlight. Durante una grabación, si alguien dice algo importante, pulsas brevemente y el sistema marca ese momento. No solo para localizar el fragmento después, sino para que la IA priorice esa información en los resúmenes. Brillante.
He probado esto en presentaciones largas y la diferencia es brutal. Sin highlights, el resumen te da un popurrí donde lo importante puede quedar diluido entre divagaciones.
Con highlights estratégicos, el resumen va directo a las decisiones, los compromisos, los puntos críticos. Es una forma elegante de guiar a la IA sin tener que escribir prompts después. Kudos a quien tuvo esta idea.
La IA que hay detrás: potente pero cara
El hardware es solo la mitad de la ecuación. La magia ocurre en la app de Plaud, que procesa las grabaciones usando modelos de Google, OpenAI o Anthropic. Puedes elegir qué modelo usar para cada transcripción, lo cual es un nivel de control que no esperaba.

Al iniciar una transcripción podemos escoger entre la transcripción automática y la personalizada. Si escogemos la segunda, podemos elegir incluso el modelo a utilizar. Y ya incorpora el recién estrenado Gemini 3 (aunque en beta). Imagen: Xataka.

Las diferentes vistas de una transcripción: resumen, geolocalización y reconocimiento de quién es la persona clave (si se presentó al inicio), puntos clave, índice temático y transcripción completa. Imagen: Xataka.
La transcripción es excelente. Comparativamente mejor que Google Meet o Zoom en mi experiencia, aunque eso puede depender del acento y el entorno. Lo realmente interesante son las plantillas de resumen: tienes desde actas de reunión hasta formato Q&A para entrevistas, pasando por notas de clase o análisis de llamadas comerciales. Y si ninguna te vale, puedes crear las tuyas propias con prompts personalizados.

Ejemplos de plantillas de transcripción en la app de Plaud. Imagen: Xataka.
Probé esto dictando secciones enteras de un artículo mientras caminaba, y el resultado fue… inquietantemente bueno. La IA no solo transcribió, sino que limpió muletillas, estructuró párrafos y mantuvo mi tono. Necesité retoques mínimos para publicar.
Pero aquí viene el pero: nada de esto es gratis. La versión básica te da 300 minutos al mes. Si necesitas más, hay distintos paquetes de compra única de minutos, o suscripciones mensuales o anuales que no son baratas. Para uso profesional intensivo, es razonable. Para uso ocasional, es un palo considerable que hará retroceder a más de uno.
¿Para quién tiene sentido esto realmente?
Seamos honestos sobre el público objetivo. El Note Pro vive en una intersección muy específica: gente que asiste a muchas reuniones, presentaciones, briefings, entrevistas o llamadas importantes, Y que tiene un poder adquisitivo lo suficientemente holgado como para justificar el desembolso inicial más una suscripción anual.
Consultores, abogados, ejecutivos, periodistas, investigadores académicos. Gente para quien el tiempo es literalmente dinero, y automatizar la toma de notas y resúmenes puede ahorrar muchas horas semanales. Para un abogado que factura 200 euros la hora, el Note Pro se paga solo si le ahorra una hora al mes. Para un estudiante o un profesional liberal con una nómina discreta, seguramente no.
También hay que considerar el factor dependencia. Plaud es una startup joven. ¿Qué pasa si quiebran o deciden cerrar el servicio? Te quedas con un precioso pisapapeles de aluminio. No hay transcripción local, todo pasa por su nube. Es el riesgo inherente a cualquier hardware dependiente de servicios externos, y le deseo toda la suerte del mundo a Plaud, pero en el mundo de las startups de IA, la mortalidad es alta.
¿Lo recomendaría?
Después de tres semanas obligándome a usarlo en distintas circunstancias, mi respuesta es: depende mucho de quién seas.
- Si trabajas en consultoría, derecho, periodismo, ventas B2B, o cualquier campo donde las reuniones y las conversaciones importantes sean tu materia prima, el Note Pro es una herramienta legítimamente útil. No es un capricho tecnológico, es un multiplicador de productividad… si bien es cierto que para presupuestos más limitados una app puede ser suficiente.
- Si tienes reuniones esporádicas o tu trabajo no depende críticamente de capturar y procesar conversaciones, ahórrate el dinero. Tu móvil con Otter.ai o la grabadora nativa te sobra.
Para mí se ha convertido en un estupendo acompañante. No por necesidad absoluta, sino porque reduce la fricción: lo saco, lo coloco en la mesa, pulso el botón, y me olvido. El móvil sigue siendo mi móvil.
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Plaud ha hecho algo que casi ninguna empresa de IA hardware ha conseguido: crear un producto que justifica su existencia física. No intenta ser tu asistente personal, tu traductor universal y tu oráculo de bolsillo todo al mismo tiempo. Es un grabador excelente con IA integrada para procesamiento inteligente. Eso es todo. Y en un mundo lleno de gadgets que prometen el cielo y entregan humo, esa modestia de propósito es balsámica.
El futuro de la IA en hardware probablemente no sean pins mágicos ni conejos parlanchines. Será esto: dispositivos especializados, bien diseñados, que hacen una cosa extraordinariamente bien. El Note Pro no es para todo el mundo, pero para quienes lo necesitan, es exactamente lo que debería ser.
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Este producto ha sido cedido para prueba por parte de Plaud. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
He probado el Plaud Note Pro: por fin un gadget de IA que no me hace preguntarme por qué no es simplemente una aplicación
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
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