Hay una tormenta perfecta con la IA y los centros de datos. Y va a provocar que las memorias DRAM y NAND se conviertan en un lujo

Publicado: octubre 6, 2025, 8:23 am

Se avecina un repunte notable de los precios de las memorias NAND (utilizadas en unidades SSD) y de las DRAM de nuestros PCs y portátiles. Durante dos años los usuarios nos hemos beneficiado de una época de bonanza en estos componentes, pero eso se acabó. Y la culpa la tiene la IA y la fiebre por crear más y más centros de datos.

Cuando las memorias eran baratas. En marzo de 2023 los precios de las memorias NAND y DRAM estaban cayendo a plomo. La pandemia había provocado una demanda extraordinaria, pero una vez el confinamiento acabó, se invirtió la situación. Los fabricantes habían producido demasiado —esperando que la demanda se mantuviera— y se encontraron con un inventario exagerado. La gente ya no quería tantos módulos de memoria ni tantas unidades SSD, y los precios se desplomaron. 

La IA lo cambia todo (y esto, también). Los efectos de aquel desequilibrio se han extendido durante dos años, pero la llegada de ChatGPT provocó una fiebre por la IA que ha acabado provocando otra fiebre: la de los centros de datos. Estas instalaciones utilizan miles de GPUs y estas GPUs hacen uso de enormes cantidades de memoria. Sobre todo, de memorias HBM que desde su creación se orientaron a aplicaciones empresariales: eran mucho más caras, pero también mucho más potentes.

Las subidas de precio irán a más. Unidades SSD como las Samsung 980 Pro de 1 TB son un buen ejemplo de lo que está pasando. En CamelCamelCamel podemos ver esa evolución de precios que marca mínimos a mediados de 2023 para luego ir subiendo. Esas unidades han sido reemplazadas por las 990 Pro de 1 TB con una evolución menos pronunciada en las subidas, cierto (de hecho, ronda los 100 euros, un precio interesante), pero todo apunta a que esa curva pronto seguirá la tendencia de su predecesora. 

Y las memorias DRAM también subirán. La predicción es la misma para el mercado de las memorias DRAM que por ejemplo se usan en los módulos de memoria DDR4 y DDR5 de nuestros PCs y portátiles. Según TrendForce en el tercer trimestre de 2025 —que acaba de comenzar— veremos una subida de más del 40% en módulos de memoria DDR4. En el caso de memorias GDDR5 tendremos un respiro y la subida llegará como mucho al 8%.

PCs y gaming más caro. Este tipo de subidas afecta especialmente a los usuarios finales que compran PCs y portátiles para trabajar, pero también para jugar. Los módulos de memoria para tarjetas gráficas subirán también de precio de forma notable este trimestre según TrendForce. Las memorias GDDR6 lo harán hasta un 33% y las GDDR7 hasta un 10% según sus estimaciones. 

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Memorias HBM al poder. Los centros de datos que ahora todas las grandes tecnológicas se están apresurando a construir necesitan cantidades ingentes de memoria, y eso está condicionando el equilibrio entre oferta y demanda tanto en el mercado empresarial como en el mercado para usuarios finales. De hecho, los fabricantes de memoria cada vez se enfocan más a centrar la producción en memorias HBM —usadas en las aceleradoras de IA— y dejar en segundo plano la de las memorias DRAM y NAND tradicionales. Micron apunta a que su producción de módulos HBM para todo 2026 ya está vendida, y SK Hynix parece estar en una situación similar: la demanda de estos módulos es extraordinaria.

La Raspberry Pi como ejemplo. Ya estamos viendo las consecuencias de este tipo de movimientos. Las Raspberry Pi, que habían hecho acopio de módulos de memoria durante la época de bonanza, se vieron obligadas a subir los precios de los nuevos modelos hace unos días precisamente por la escasez de memoria. Así, las Raspberry Pi Compute Module 4 y 5 en sus variantes de 4 GB subieron cinco dólares de precio, y las de 8 GB subieron 10 dólares. El propio CEO de la empresa, Eben Upton, explicó que «la memoria cuesta cerca del 120% más de lo que costaba hace un año». 

¿Por qué no crear más fábricas de memorias? La solución parece obvia: si se necesitan más memorias, se deberían crear más fábricas. Sin embargo los fabricantes son reacios a ello por varias razones. La primera, el enorme coste de estas plantas, que asciende a decenas de miles de millones de dólares. La segunda, que dichas fábricas tardan años en llegar a producir de forma masiva. Y la tercera, que no quieren caer en errores del pasado: la demanda ahora es aún más espectacular que durante la pandemia, pero la amenaza de que haya una «burbuja de la IA» y esta explote haría que se encontrasen de nuevo con un inventario exagerado y unas fábricas que ya no necesitan. Mal asunto.

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Hay una tormenta perfecta con la IA y los centros de datos. Y va a provocar que las memorias DRAM y NAND se conviertan en un lujo

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por
Javier Pastor

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