Publicado: octubre 12, 2025, 2:13 am
El reguero de mensajes en las redes sociales, alertas informativas y hasta bulos interesados ha sumido a los tres millones de autónomos en un mar de dudas sobre una cuestión clave para sus pequeños negocios: la obligación de emitir todas sus facturas electrónicamente con el nuevo sistema ideado por el Ministerio de Hacienda. A pesar de que el yugo del Fisco tensiona a cualquier profesional, la realidad es que aún no existe la exigencia legal de que los trabajadores por cuenta propia tengan que usar en todas sus facturas este sistema. Y, al menos, no será así hasta dentro de dos años. Como poco. La fecha definitiva para este cambio sustancial en la gestión de los negocios depende del momento en el que el Ministerio de Economía publique el último reglamento necesario con el que se pone en marcha el procedimiento. El departamento dirigido por Carlos Cuerpo solicitará en breve el correspondiente informe al Consejo de Estado para que después llegue al Consejo de Ministros. Las previsiones de la organización de autónomos ATA pasaban por que sería este mes de octubre cuando esa norma se activase, pero aún están a la espera, aclaran en la asociación. Precisamente para evitar mayor confusión, ATA recuerda que «no hay actualmente obligación de facturar electrónicamente» porque «solamente estará en marcha una vez que se desarrolle reglamentariamente la Ley Crea y Crece», explica Celia Ferrero, vicepresidenta de ATA. Desde el momento en que el Ejecutivo apruebe ese reglamento para los autónomos pasarán hasta dos años hasta que tengan que facturar por esta nueva vía electrónica. «Es decir, que si se aprobase este octubre, tendríamos hasta octubre de 2027 para adaptarnos a esa obligación de facturación», indica Ferrero. A partir de ese momento, se abrirá otro nuevo plazo , el de comunicación de los estados de la factura (enviada, recibida, aceptada, rechazada, pagada, etc.), que será en cualquier caso más largo, según ha anticipado la Agencia Tributaria. Además, existe el compromiso de Hacienda de que existirá una plataforma pública y gratuita de facturación, sobre la cual aún no se tienen noticias sobre su aprobación e implantación. Un aspecto distinto, y es el que puede haber generado buena parte de la confusión en el sector, es el de aquellos autónomos que ya están utilizando un ‘software’ para facturar. En este caso sí que tienen la obligación de verificar si ese sistema cumple con los estándares impuestos por Hacienda antes de l 1 de julio de 2026. «Por ejemplo, un documento Excel o un Word no cumplen y lo deberemos tener en cuenta para facturar electrónicamente con esos registros», anticipa ATA. Entre otras exigencias, se pide que se emita un código QR con la factura; que los registros sean inalterables, que no se puedan modificar; y que sean trazables e interoperables con la Agencia Tributaria. La confusión generada entre los autónomos deriva de las obligaciones que la facturación electrónica, con el sistema Verifactu, ha ido teniendo a lo largo de los últimos meses. Aunque el de los proveedores del sistema es un aspecto diferente al cumplimiento de la norma que puedan tener los trabajadores por cuenta propia. De hecho, esta novedad fiscal acumula ya tres años de desarrollo, con dos leyes, dos ministerios implicados (Hacienda y Economía) y cuatro plazos distintos. «Hay mucha desinformación por la complejidad en su puesta en marcha y porque se superponen distintas normas de distintos organismos que obligan a diferentes sujetos de forma diferenciada y en plazos distintos de forma descoordinada», apunta ATA. El reglamento, que se suele identificar con el término Verifactu, obligaba a que los fabricantes de ese ‘software’ tuvieran adaptados sus programas antes del pasado 29 de julio. Desde entonces, ya no pueden comercializar soluciones que no cumplan con la norma. Además, el próximo 1 de enero de 2026, todas las sociedades que usen factura electrónica deben tener adaptados sus sistemas a los estándares de Hacienda. El objetivo fundamental de todos estos cambios tributarios es luchar contra el fraude y mejorar las relaciones comerciales de los autónomos y los negocios para evitar, por ejemplo, que se prolonguen los plazos de pago y aumente la morosidad, dañando a las empresas. Con estos sistemas digitalizados, cada factura quedará trazada de forma correcta con la que se pretenden evitar muchos problemas.