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Guía de cuidados para los pies diabéticos, explicada por una podóloga

Publicado: octubre 17, 2025, 6:23 pm

En España, se estima que hay más de 5 millones de personas diagnosticadas de diabetes, una auténtica epidemia que afecta a distintos órganos y su control va mucho más allá de dejar de tomar azúcar. La elevación de los niveles de glucosa en sangre de forma permanente, a consecuencia de que el organismo no es capaz de producir insulina, tiene graves repercusiones en la salud renal, los vasos sanguíneos, la salud del corazón, accidentes cerebrovasculares, problemas de visión (retinopatía) y complicaciones en los pies, en este caso llamado ‘pie diabético’.

Por lo que respecta a esta última complicación, los daños neurológicos que provoca la diabetes influyen en la sensibilidad de los pies, en su circulación y en el aumento de las probabilidades de desarrollar úlceras que no curan de una manera ‘normal’. Al tratarse de un problema grave, si no se cuidan convenientemente, las infecciones que podrían darse, en algunos casos, precisan de la amputación de la extremidad con el paso del tiempo. Por eso, compartimos los consejos de una podóloga especializada en pie diabético.

¿Qué es la diabetes y por qué afecta (también) a los pies

La diabetes es una enfermedad crónica, que afecta especialmente a la circulación y los nervios. Según la Federación Española de Diabetes (FEDE), cada año se diagnostican 200.000 nuevos casos de pie diabético en España, siendo esta una de las complicaciones más graves de la enfermedad.

A lo largo del tiempo sin el debido cuidado, la diabetes provoca dos complicaciones principales: la neuropatía diabética y la mala circulación sanguínea. En el primer caso se trata de una alteración de los nervios que reduce la sensibilidad. Así pues, el paciente puede que no perciba dolor ante una herida, una rozadura o una quemadura.

Puesto que no llega el flujo sanguíneo necesario a las extremidades, se dificulta la cicatrización de las heridas y la posibilidad de que el organismo se defienda correctamente de las infecciones y las supere. Por eso, los pies, que soportan todo el peso del cuerpo son los grandes perjudicados de la diabetes, son especialmente vulnerables.

Estos son los síntomas del pie diabético

Según datos del Ministerio de Sanidad, una persona con diabetes mellitus tiene un riesgo relativo entre 10 y 20 veces mayor de sufrir la amputación de un miembro inferior que una persona sin la enfermedad. Normalmente, este riesgo aumentado tiene lugar por la presencia de una lesión previa en el pie, asociada a la neuropatía.

En cuanto a los síntomas que nos alertan sobre la presencia del pie diabético, los expertos señalan la falta de sensibilidad, enrojecimiento, el hormigueo, el calor en los pies, y una sequedad extrema. Además, en los casos más avanzados pueden presentarse heridas que tratan ‘demasiado’ tiempo en curarse, y ciertas malformaciones en los pies.

Cuando se presenta cualquiera de estas señales de alarma, los expertos recomiendan consultar lo más pronto posible con un podólogo experto en pie diabético, puesto que una simple herida, por pequeña que sea, puede generar problemas graves en los pies en poco tiempo.

Guía para cuidar el pie diabético

Una persona con diabetes debe extremar los cuidados en muchos aspectos del día a día, y en especial de los pies. Según ha explicado la podóloga Lidia de Sus a eldiario.es, lo primero que hay que tener presente es revisar el estado de los pies a menudo, por si observamos algún cambio en ellos. Caminar descalzos no es una buena idea, ni siquiera en la playa, puesto que podrías hacerte una herida y, algo tener el sentido del dolor atenuado, no darte cuenta.

Aunque lavar y secar correctamente y con calma los pies, entre los dedos y los talones es un gesto obligatorio en todos los casos, en los pacientes de diabetes es aún más necesario. Una vez secos, los pies deben hidratarse, evitando la zona entre los dedos para que no genere más humedad de la deseada. Puesto que muchas lesiones tienen que ver con infecciones en las uñas, éstas deben cortarse en línea recta, sin hacer picos que provoquen los peligrosos ‘uñeros’. ¿Lo mejor? Acudir con asiduidad al podólogo para que los mantenga perfectos, los pies y las uñas.

El calzado debe ser cómodo y ancho, que no oprima los pies, y usar calcetines transpirables. Si se utilizan zapatos que provoquen presión excesiva o rozaduras pueden aparecer ampollas, y estas generar una infección que tarde en curar. Para finalizar, según la experta, es necesaria «la valoración del estado general del pie por un podólogo experto en pie diabético, así como valorar los puntos de hiperpresión específicos de cada pie mediante plataforma de presiones digital. Esto nos indica el riesgo potencial de sufrir úlceras plantares por presión, pudiendo evitarlas con un correcto diseño de plantillas personalizadas».

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