Publicado: agosto 19, 2025, 6:23 am
Un golpe de calor, según lo definen los expertos de Mayo Clinic, es una afección causada por el sobrecalentamiento del cuerpo, que sobreviene por la exposición a altas temperaturas o la actividad física prolongada en altas temperaturas. Se considera que la etapa más grave del golpe de calor sucede a partir de los 40 °C, por eso es más común en verano.
Cuando se produce un golpe de calor y hay cambios de comportamiento, náuseas, respiración acelerada, dolor de cabeza… es imprescindible buscar atención médica de emergencia para evitar complicaciones de salud graves. En el caso de los niños, nuestras primeras maniobras son clave. Hablamos con un pediatra para saber cuáles son los pasos a seguir.
Los golpes de calor, sin una actuación urgente… pueden ser mortales
Para comenzar a ubicarnos en el panorama actual, el doctor Ignacio Manrique, coordinador del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría, expone que el informe del Plan Nacional contra el exceso de temperaturas del Ministerio de Sanidad cifró en 2.020 las muertes el año pasado, atribuibles a las altas temperaturas de verano. De las cifras globales, «un gran número de víctimas por hipertermia (insolación clásica) tienen entre cero y cinco años».
Las muertes por calor en 2025 se han disparado a más de 1.000 fallecidos desde el arranque del verano meteorológico, desde el 1 de junio. Según las estimaciones del sistema de monitorización de la mortalidad diaria MoMo, en España han muerto más de 1.327 personas, datos atribuibles al exceso de temperatura. Unos registros que se han disparado y se han multiplicado por diez con respecto al mismo periodo de 2024.
¿Es diferente un golpe de calor en un niño que en un adulto?
Ante la pregunta de si existen diferencias entre un golpe de calor en los niños y en las personas mayores, el pediatra tiene clara la respuesta: «Sí. Un golpe de calor puede ser diferente en los niños, tanto en su presentación como en su gravedad. Aunque el mecanismo fisiológico es el mismo, una incapacidad del cuerpo para regular su temperatura, hay factores específicos en los niños que los hacen más vulnerables, con síntomas menos evidentes y de evolución más rápida».
En primer lugar, la termorregulación en los niños es menos eficiente, puesto que sudan menos y se ‘recalientan’ más rápido. Además, los menores se deshidratan más fácilmente. Con respecto a los síntomas iniciales, mientras que los adultos sufren mareo, debilidad, dolor de cabeza y náuseas, en los pequeños suele notarse irritabilidad, letargo, somnolencia y vómitos.
Puesto que los niños, dependiendo de su edad, no son capaces de expresar cómo se sienten, la única opción siempre es buscar atención médica urgente. Además, en los niños existe un mayor riesgo de daño cerebral o muerte si no se actúa rápido.
Síntomas que deben alarmarnos, en el caso de los niños y el golpe de calor
El doctor Manrique advierte cuáles son los síntomas en niños a los que deberíamos prestar atención. En primer lugar, que tengan la piel caliente y seca, sin sudor. Se trata de algo típico en los menores, igual que lo es la confusión, somnolencia excesiva o pérdida de conciencia.
Otro de los grandes problemas es una respiración rápida y también la dificultad para respirar, una temperatura corporal (fiebre) superior a 39,5ºC sin una causa infecciosa que lo justifique. Los vómitos persistentes, espasmos musculares dolorosos, molestias abdominales y el color de piel rojo brillante o, en casos graves, muy pálida o azulada también deben ponernos en alerta.
A título informativo, el médico consultado comparte que «la supervivencia de un niño con hipertermia extrema va a depender de la causa (fiebre infecciosa o bien por un golpe de calor), la hidratación y la rapidez del tratamiento. Un niño con 41ºC puede estar así 1-2 días si la causa es infecciosa (fiebre alta en sepsis, meningitis) y se hidrata parcialmente. Si hablamos de 43ºC, hipertermia maligna, el tiempo de supervivencia se acorta a 15-60 minutos si no hay cuidados intensivos inmediatos».
Cuál es ese error que cometemos ante un golpe de calor en un niño y cómo deberíamos actuar
«Si una persona sospecha que su hijo puede estar sufriendo un golpe de calor, es clave actuar con rapidez: es una emergencia médica potencialmente mortal«. En cuanto a los primeros auxilios, el experto recomienda llevar al niño a un lugar fresco inmediatamente; si es posible, desplazarlo a un lugar con aire acondicionado y buena ventilación.
A continuación, «hay que dejarlo en ropa interior para facilitar la pérdida de calor corporal. Para enfriarlo lo más rápido posible, hay que mojarle la piel con agua fresca, pero nunca helada. Un gran error que suele cometerse es aplicarles hielo, que puede provocar vasoconstricción y tiene un efecto contrario a lo que buscamos. Usar paños fríos o compresas en cuello, axilas, ingles y frente. Si está consciente, es buena una ducha tibia, y usar un ventilador enfocado hacia el niño mientras la piel está húmeda (evapora más rápido)».
Pero un error aún más importante que suelen cometer los padres ante el golpe de calor de su hijo es ofrecerle líquidos cuando está desmayado, desorientado o vomitando. «Hay que hidratar sólo si está consciente, ofreciéndole agua fresca o suero oral; nunca administrarle antipiréticos para bajar la fiebre. Si el niño tiene más de 39.5ºC, está confuso y no responde bien a lo que se le pregunta, tiene vómitos persistentes o convulsiones y no mejora a los 10 minutos de enfriamiento es clave llamar a emergencias médicas 112″.