Publicado: junio 20, 2025, 2:23 pm
Fiama Rodríguez se encuentra en una nube de felicidad tras anunciar en sus redes sociales que está esperando la llegada de su primer hijo junto a su marido, Marcelo Falzerano. Sin embargo, el proceso que la influencer ha tenido que atravesar hasta cumplir su sueño de quedarse embarazada no ha sido precisamente un camino de rosas.
Así, al menos, lo ha contado la exparticipante de La isla de las tentaciones en la primera entrega de Ya eras todo, el canal de Mtmad que acaba de estrenar, en el que abordará cada una de las vicisitudes que, en adelante, les tocará afrontar tanto a ella como a su pareja en esta nueva etapa vital que están viviendo y que afrontan con mucha «ilusión».
En su vídeo, la canaria cuenta que convertirse en padres siempre había sido uno de los mayores deseos de la pareja, si bien una vez que el matrimonio decidió pasar por altar, en el año 2023, este gran sueño se convirtió en una de sus principales preocupaciones. «No se nos quitaba de la cabeza, se convirtió en una obsesión», confiesa Fiama.
La influencer, de 32 años, explica que decidió someterse a un proceso de fertilidad para intentar quedarse embarazada, con todo lo que conlleva, entre distintos tratamientos y pruebas médicas. «Empecé a tomar pastillas para mejorar la ovulación, pero tardó mucho en llegar», apunta Fiama, evitando entrar en detalles sobre el método exacto por el que, tras más de dos años, logró su objetivo.
En este sentido, el matrimonio coincide en que aclarar si recurrió (o no) a la fecundación in vitro es un asunto «privado» que únicamente les concierne a ellos. Aun así, tampoco cuestiona que haya otras figuras como Marta Peñate o Fani Carbajo que hablen abiertamente sobre los obstáculos que han tenido en su camino hacia la maternidad.
«Quien lo cuenta es porque cree que pueda ayudar a alguien contando su experiencia, pero, en mi caso, ver las experiencias de otras mujeres no me ayudó en nada, solo me creó más ansiedad», señala la televisiva, quien asegura que se sentía un «bicho raro» al darse cuenta de que sus experiencias personales «no encajaban» con las que observaba en redes.
Asimismo, este duro proceso ha supuesto una auténtica «montaña rusa» de emociones para ella, especialmente cuando recuerda los altibajos que se ha llevado a lo largo de los años. «Cada retraso era una esperanza, me hacía decaerme», confiesa Fiama.
Afortunadamente, su pareja, Marcelona, estuvo acompañándola en todo momento, ayudándola a gestionar sus emociones, pese a que le costara alguna que otra acalorada discusión. «Él me hacía aterrizar un poco, aunque a veces costaba mucho porque yo estaba en mi bucle», explica.
