Publicado: junio 28, 2025, 10:23 am
A día de hoy tenemos claro que las ciudades son espacios hostiles por varias razones, una de ellas el ruido ensordecedor que nos envuelve paseando por la calle: bocinas de coche, obras, semáforos, altavoces… La comunidad médica venía advirtiendo del uso de auriculares, que ya se ha hecho masivo entre gran parte de la población, pero ahora preocupa también el tráfico. La ciencia constata su relación con la sordera.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) ha hecho hincapié en el efecto del tráfico apoyándose en diversos estudios científicos que han revelado niveles estratosféricos de contaminación acústica que pasan totalmente desapercibidos para el común de los mortales. Percibimos los ruidos fuertes pero no somos ni remotamente conscientes de que estamos poniendo en riesgo algo tan importante como es la audición.
El tráfico, la gran fuente de contaminación acústica
Según la SEORL, casi un tercio de los españoles están expuestos a niveles de ruido por tráfico que superan los 65 decibelios, considerados como el umbral aceptable, lo que puede causar pérdida de audición y otros problemas de salud. El tráfico es responsable del 85 por ciento de las emisiones sonoras, con niveles que pueden alcanzar entre 80 y 85 decibelios.
Según un estudio reciente, Barcelona es la tercera ciudad europea más ruidosa y la sexta del mundo. La capital catalana presenta el nivel de contaminación acústica más alto de todas las ciudades europeas analizadas. ¿Y si nos preguntamos por el top 3 mundial en esta clasificación que perjudica a la salud auditiva? El mismo estudio revela que el ranking lo lidera París, con un nivel de polución acústica de 58,62, seguido de Nueva York con un nivel 68,91. En tercera posición, Hong Kong con un nivel de 65,86.
La peligrosa moda de los auriculares
Por la calle, en el transporte público, en los museos, en las terrazas… A día de hoy, rara es la persona que no lleva puestos auriculares inalámbricos. Ya nos hemos acostumbrado a verlos como una especie de apéndice de la oreja humana. El problema es que la moda se ha extendido (y mucho) entre los menores de edad, especialmente entre los adolescentes.
Aquí la SEORL vuelve a llamar la atención: el riesgo de pérdida auditiva y aparición de acúfenos (tinnitus) afecta ya al 50 por ciento de este grupo poblacional. Tanto es así que se ha distinguido el perfil concreto de las personas más afectadas por el llamado ruido recreativo: son adolescentes y adultos jóvenes de sexo masculino que sufren una pérdida auditiva ligada además al consumo de drogas recreativas y con riesgo de daño auditivo permanente.
Referencias
SEORL (2025, abril). El ruido aumenta el riesgo de hipoacusia. https://seorl.net/noticia/el-ruido-aumenta-el-riesgo-de-hipoacusia/