Publicado: septiembre 1, 2025, 9:23 am
El tiroteo en una escuela de Mineápolis, en Estados Unidos, de este miércoles dejó dos niños muertos y 17 heridos. El autor ha sido identificado como Robin Westman, un joven de 23 años. Fue él quien disparó sobre los niños de entre 5 y 14 años que habían ido aquel día a la misa de la escuela católica de La Anunciación. Después se suicidó. El FBI está investigando el tiroteo como «un acto de terrorismo interno y crimen de odio contra los católicos».
«No voy a dignificar las palabras del atacante repitiéndolas; son horribles y viles. Pero, en resumen, el atacante quería ver sufrir a los niños», ha dicho el fiscal general interino de Minesota, Joseph Thompson. Efectivamente, escritos del tirador hallados tras la tragedia revelan sus violentas fantasías sobre matar niños, incluido su deseo de ser el «monstruo aterrador que domina a esos niños indefensos».
Westman, «cansado de ser trans»
Varias informaciones apuntan a que el atacante se identificó como trans en el pasado. La licencia de conducir del atacante, Robin Westman, figura como una mujer que nació el 17 de junio de 2002, según la información a la que tuvo acceso ABC News.
Un tribunal del distrito de Minesota aprobó en 2020 una solicitud de cambio de nombre de Robert a Robin Westman a petición de la madre del autor del crimen, quien declaró que su hijo, entonces menor de edad, «se identifica como mujer», según figura en los documentos judiciales y recoge EFE. Sin embargo, Westman parecía arrepentirse de su cambio, que no está confirmado que incluyera terapias hormonales o de cambio de sexo.
Sé que no soy mujer, pero definitivamente no me siento hombre»
En un diario que compartió en YouTube antes de la masacre, Westman escribió: «Solo conservo (el pelo largo) porque es prácticamente mi último vestigio de ser trans. Estoy cansado de ser trans, ojalá nunca me hubiera lavado el cerebro«. Según The New York Post, el joven contó: «No quiero vestirme de niña todo el tiempo, pero supongo que a veces me gusta mucho. Sé que no soy mujer, pero definitivamente no me siento hombre».
Desinformación para señalar a las personas trans
Pero si en este caso algo ha sido objeto de una masiva desinformación ha sido la identidad de género de Westman y la infundada premisa de que las personas trans son violentas. El asunto ha sido utilizado por algunos miembros de la Administración Trump y por perfiles conservadores en redes sociales.
La teoría conspirativa de los simpatizantes de MAGA sostiene que las personas trans son más violentas que la población general y responsables de la mayoría de los tiroteos masivos en EEUU. El infundio ha cobrado fuerza en los últimos años a medida que la retórica transfóbica ha aumentado en el estado, impulsada por numerosas figuras de derecha con un gran número de seguidores en redes sociales.
El pasado mes de junio, Trump Jr. afirmó que el llamado «movimiento transgénero radical» es «per cápita la amenaza terrorista doméstica más violenta en Estados Unidos, probablemente en todo el mundo». Se pronunció en esos términos después de que Vance Boelter, un cristiano evangélico no trans, fuera arrestado por el presunto asesinato de una política demócrata y su esposo.
El movimiento transgénero radical es la amenaza terrorista doméstica más violenta en EEUU», dijo en junio Trump Jr.
En realidad, no existe una correlación entre los tiroteos masivos y las personas trans, según datos de los tiroteos de los últimos diez años. Aún así, la secretaria de Seguridad Nacional de EEUU, Kristi Noem, se refirió al tirador de Mineápolis como un «monstruo transgénero y trastornado».
El secretario de Salud y Servicios Humanos del país, Robert F. Kennedy Jr., anunció una investigación para saber si ciertos fármacos psiquiátricos, como los antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina, contribuyen a la violencia, incluyendo los tiroteos masivos. Y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, insistió este jueves en que se están investigando «todos los elementos» relacionados con el tiroteo, incluyendo la identidad de género de Westman.
EEUU: más de 280 tiroteos en lo que va de año
En cambio, el alcalde de Mineápolis, Jacob Frey, ha denunciado estos intentos de usar la tragedia para «satanizar a la comunidad trans» e insistió en que el foco debe permanecer en las víctimas y en la necesidad de abordar las raíces de la violencia. Efectivamente, la incidencia de este tipo de personas como autores de tiroteos es mínima en las estadísticas y está por debajo de su peso en el resto de la población.
La realidad es que EEUU tiene el mayor índice de tenencia de armas per cápita del mundo y regulaciones laxas en la mayoría de los estados, que facilitan la compra de armas con revisiones muy sencillas de antecedentes criminales y psicológicos. Esos dos factores han sido señalados desde hace años por los expertos como las principales causas de los tiroteos masivos que se dan en el país, más de 280 solo en lo que va de año.
El 97% de los tiradores son hombres cisgénero
El Departamento de Policía de Mineápolis, la ciudad más poblada del estado de Minnesota, ha confirmado que las tres armas empleadas por Westman, que carecía de antecedentes, en su asalto a la escuela habían sido adquiridas de manera legal. Se trata de un revólver, una escopeta y un rifle.
Se pueden contar con menos de una mano cuántos de estos tiroteos masivos fueron perpetrados por una persona transgénero»
Existe en EEUU una investigación de los tiroteos masivos llamada The Violence Project, cuya base datos incluye más de 190 tiroteos masivos reportados desde 1966. Su análisis muestra que los hombres cisgénero representan el 97% de los autores de tiroteos masivos en lugares públicos. Cisgénero se refiere a una persona cuya identidad de género y sexo asignado al nacer son coincidentes. Se entiende como antónimo de transgénero.
No, los estadounidenses que se identifican como transgénero no atacan ni matan a personas con una frecuencia desproporcionada. Según varios expertos en extremismo y tiroteos masivos consultados por USA Today, no hay evidencia de que la identidad de género influyera en la decisión de Robin Westman de disparar a niños en una escuela católica.
Según éstos, las pruebas que dejó el atacante indican más bien un profundo interés en los tiroteos masivos. Eso, recoge el periódico estadounidense, sugiere la participación de Westman en una subcultura de internet obsesionada con estos ataques y que se ha dado a conocer como «extremismo violento nihilista».
Es más bien de una persona que busca notoriedad y reconocimiento en una comunidad específica»
«No conozco ninguna evidencia que respalde la afirmación de que las personas transgénero son desproporcionadamente responsables de los eventos de violencia masiva en Estados Unidos, incluyendo tiroteos en escuelas. Los datos sugieren todo lo contrario«, asegura Michael Jensen, director de investigación del Consorcio Nacional para el Estudio del Terrorismo y las Respuestas al Terrorismo.
«Se pueden contar con menos de una mano cuántos de estos tiroteos masivos fueron perpetrados por una persona transgénero», afirma. En su opinión, «se trata más bien de una persona que busca notoriedad y reconocimiento en una comunidad específica», afirma. Se trata esencialmente de matar por matar. Según Jensen, la búsqueda de fama e infamia dentro de un grupo en internet es lo que ha caracterizado varios tiroteos escolares mortales recientes.
«Deben ser encerrados y estudiados»
Y sin embargo, en el país de Trump se escuchan cosas como que «no hay excusa para que una persona transgénero se encuentre entre la población general después de los numerosos casos de violencia no provocada contra menores». La frase es de un inspirador de los movimientos ultraconservadores estadounidenses llamado Joey Mannarino.
Estados Unidos «no necesita control de armas. Necesitamos control transgénero», asegura. «Deben ser encerrados y estudiados», escribió en X esta persona que se presenta como un «estratega político y comentarista que trabaja con movimientos/candidatos conservadores en los EEUU y la UE».
Estados Unidos no necesita control de armas. Necesitamos control transgénero»
Tras el tiroteo de Mineápolis, opinó que las personas trans deberían ser detenidas como «una cuestión de seguridad nacional». Mannarino pide a los legisladores «que clasifiquen inmediatamente el transgenerismo como una enfermedad mental que debe tratarse en un centro de salud mental para pacientes hospitalizados».