Publicado: diciembre 14, 2025, 3:23 pm
El tiroteo ocurrido este domingo en una celebración judía en la playa de Bondi, en Sídney, en el que han muerto al menos doce personas y una treintena han resultado heridas, ha puesto el broche de horror a un goteo de ataques antisemitas registrados en Australia desde el comienzo de la guerra de Israel en Gaza en octubre de 2023. Son una veintena, en su mayoría actos vandálicos, contra sinagogas, automóviles y comercios regentados por judíos, ninguno con víctimas. Los más graves, la quema de una guardería infantil en Sídney, el 21 de enero, y de varias sinagogas por el país. El incendio de una de ellas, la de Adass Israel, en el sur de Melbourne, fue considerado por la policía australiana un ataque terrorista y atribuido por su primer ministro, Anthony Albanese, al gobierno iraní. El 25 de mayo de 2024, la escuela judía más grande de Australia aparecía pintada en Melbourne. Fue el pistoletazo de salida. En octubre, otro grafiti antisemita en una panadería judía en Sídney iba acompañado de una nota dejada para el propietario: «Tenga cuidado». Días después, la violencia dio un paso más: dos locales de Bondi, una cervecería y un restaurante de delicatessen kosher, fueron incendiados. El exmiembro de una pandilla de motociclistas fue acusado de ordenar a dos hombres que incendiaran los establecimientos para distraer a la policía. Negó los cargos y fue puesto en libertad bajo fianza. El primer ministro Anthony Albanese dijo más tarde que la información de la agencia de inteligencia nacional mostró que el gobierno iraní estaba detrás del ataque al restaurante. En noviembre se sucedieron los coches y edificios vandalizados, pero el 6 de diciembre el objetivo fue la sinagoga Adass Israel, incendiada en el sur de Melbourne. La policía lo consideró un presunto ataque terrorista. En agosto de 2025, el grupo de trabajo antiterrorista del estado de Victoria acusó a dos hombres de perpetrar el incendio. Días después, Albanese anunció que el incidente también fue dirigido por el gobierno iraní. Tras lo ocurrido en Adass Israel, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que los ataques antisemitas en Australia estaban vinculados a la posición del gobierno en las Naciones Unidas sobre Palestina. En diciembre siguieron los automóviles incendiados y edificios vandalizados en Sídney y, ya en enero de este año, un hombre fue acusado de amenazar a los fieles cerca de la sinagoga Chabad North Shore en el norte de la ciudad. Poco después, otra sinagoga, la de Allawah, apareció llena de grafitis con esvásticas. También intentaron quemar la de Newtown, al oeste de Sídney. Los actos vandálicos siguieron, hasta el punto de que Minnesota anunció leyes para fortalecer las protecciones contra el discurso de odio y prohibir las protestas frente a los lugares de culto. El 21 de enero, una guardería infantil fue incendiada y pintada en el este de Sídney. Días después, la policía estatal de Nueva Gales del Sur afirmó haber encontrado una caravana llena de explosivos en el noroeste de Sídney. Las autoridades afirmarían posteriormente que se trataba de un plan falso de una red de crimen organizado para atacar una sinagoga de Sídney, una maniobra destinada a desviar recursos policiales. Y en febrero, dos enfermeras de un hospital de Sídney fueron suspendidas de su trabajo por amenazar con matar a pacientes judíos y negarse a tratarlos en un vídeo en TikTok, lo que desencadena una investigación por parte de la policía. El 4 de julio, veinte fieles que asistían a una cena sabática en la sinagoga de East Melbourne huyen de un incendio que la policía describe como provocado. Un hombre fue arrestado y acusado de diversos delitos, mientras las autoridades investigaban si el incidente estuvo relacionado con un disturbio ocurrido esa misma noche en un restaurante israelí de la ciudad. Fue el último incidente hasta el mortal ataque de este domingo durante el festival de Janucá.
