Publicado: noviembre 8, 2025, 12:23 am
Cuando pensamos en erupciones solares solemos imaginarlas en escenarios de ciencia-ficción. Pero lo cierto es que el Sol puede ‘despertar’ con bastante energía y claro efecto sobre nuestra tecnología.
El Sol se ha desatado. En menos de doce horas, nuestra estrella ha lanzado dos potentes llamaradas de clase X, la categoría más alta en la escala de intensidad solar. La primera alcanzó un nivel X1.8 y provocó apagones de radio de nivel R3 —es decir, fuertes— sobre buena parte del hemisferio diurno de la Tierra, especialmente en América y el Pacífico.
El NOAA Space Weather Prediction Center (SWPC) confirmó el evento en un comunicado oficial:
“Hoy, 4 de noviembre, aproximadamente a las 12:34 EST, se registró un evento R3 en la Región 4274. La última vez que alcanzamos un nivel R3 fue el 19 de junio de este año. Aún estamos a la espera de determinar si una eyección de masa coronal (CME) estuvo asociada a este evento”.
Horas después, una segunda erupción X1.1 surgió desde el borde sureste del Sol, una zona todavía parcialmente oculta para los telescopios terrestres.
Ambas explosiones liberaron cantidades colosales de energía y radiación que viajaron a la velocidad de la luz, alcanzando la atmósfera terrestre en cuestión de minutos. Es una demostración de que el astro está en plena fase de máxima actividad.
Qué es exactamente una llamarada solar
Una llamarada solar (o fulguración) es una explosión de radiación electromagnética causada por una liberación súbita de energía magnética en la atmósfera del Sol. Es como si su superficie, tensada por campos magnéticos, liberara de golpe una enorme cantidad de energía.
Estas explosiones pueden durar desde unos minutos hasta varias horas y se clasifican en categorías —A, B, C, M y X— según su intensidad. Las de clase X son las más potentes y pueden provocar tormentas de radiación y apagones de radio, sobre todo en las comunicaciones de alta frecuencia (HF) que utilizan aviones, barcos o servicios de emergencia.
En este caso, el NOAA reportó que los usuarios de radio HF “experimentaron pérdida de señal o interrupciones de varios minutos a un par de horas” en las zonas iluminadas por el Sol.
Apagones de radio y alertas espaciales
Como decimos, las dos llamaradas provocaron apagones de radio de categoría R3 sobre las zonas iluminadas de la Tierra.
Durante la primera erupción, las interferencias afectaron a América del Norte y del Sur; durante la segunda, el apagón se extendió al Pacífico, Nueva Zelanda y el este de Australia. En algunos casos, los pilotos y operadores de radio experimentaron interrupciones momentáneas en las comunicaciones de alta frecuencia (HF), especialmente en vuelos transoceánicos.
Cómo puede afectarnos en la Tierra
Aunque la atmósfera nos protege de la radiación directa, las llamaradas solares afectan las capas altas de la ionosfera, por donde rebotan las ondas de radio de largo alcance. De ahí los apagones o interferencias en las comunicaciones.
Si además de la llamarada se produce una eyección de masa coronal (CME) —una nube de plasma cargado que viaja a millones de kilómetros por hora—, el impacto puede ser mayor: se producen tormentas geomagnéticas que alteran el campo magnético terrestre, pueden afectar satélites, GPS, redes eléctricas e incluso generar auroras visibles a latitudes más bajas de lo habitual.
En este caso, los expertos aún analizan si el evento de noviembre vino acompañado de una CME dirigida hacia la Tierra. Si así fuera, podríamos experimentar una tormenta geomagnética de nivel G3 (fuerte) en los próximos días.
Aunque estas erupciones puedan sonar preocupantes, también traen fenómenos espectaculares: si se confirma una tormenta geomagnética moderada, las auroras boreales podrían verse más al sur de lo habitual, incluso desde el norte de Europa o Canadá.
Un Sol cada vez más activo
Este doble estallido no es una casualidad. El Sol atraviesa ahora una etapa conocida como máximo solar, el punto más intenso de su ciclo natural de 11 años. Durante esta fase, su superficie se cubre de manchas y regiones activas —como la 4274, origen de las llamaradas recientes— que aumentan las posibilidades de explosiones.
Según las previsiones del NOAA, hay un 15 % de probabilidad de nuevas fulguraciones de clase X y un 65 % de clase M en los próximos días. En otras palabras: el espectáculo solar acaba de empezar.
