Publicado: julio 2, 2025, 7:03 pm
La alianza en el poder ha decidido que el parlamento es un trámite engorroso que hay que realizar de la manera más expedita posible. Para ellos, el parlamento no es el lugar donde las distintas voces escuchan los argumentos de los demás para tratar de construir una verdad deliberativa. El argumento es que tienen la mayoría de los votos y que por ello, lo que piensen las minorías es dispensable. Por ejemplo, hay personas que estiman fundamentales tanto la libertad de expresión como el derecho a la privacidad. Así, debería atenderse el temor que les genera que las llamadas leyes espía los limiten o anulen. Pero lo que hace la alianza en el poder es simplemente decir que es un temor infundado y aplasta con sus votos a la oposición, sin debate. Hasta que no se vote de nuevo por el congreso, las minorías no tendrán voz.
Alarma que en una circunstancia como la actual se pretenda reformar la ley electoral, si la alianza en el poder llega a eliminar los plurinominales, solo se podrá llegar al congreso ganando distritos, lo que garantizará una mayoría aplastante de quienes gobiernan y dejará, aún más excluidos a quienes se oponen al régimen. Así era el congreso a principios de los años setenta. Están convencidos de que la verdad es suya y que por ello, no hace falta escuchar a los otros. Si ya saben a dónde hay que llegar, para qué detenerse a preguntar por el mejor camino.
Incluso si se reconocen algunos avances sociales bajo estos gobiernos, esto no puede justificar la erosión del debate público ni la cancelación de los mecanismos de evaluación institucional, por ejemplo, los derechos alcanzados por la comunidad gay (que no toda la diversidad) bajo los gobiernos Perredistas/Morenistas de la CDMX son un logro claro. Pero, será que eso basta para, al mismo tiempo sacrificar la movilidad social. Dar becas y ayudas a las personas es importante para que los beneficiarios salven escollos a corto plazo, pero es insuficiente para brindar mejores oportunidades de tener buena educación o buen acceso a la salud. Si sobrara el dinero para mejorar el sistema educativo y dar becas, por ejemplo, no habría debate, pero cuando se tiene que escoger entre una cosa y la otra, tendrían que revisarse seriamente los resultados de las políticas públicas. En parte, para eso sirven las comparecencias de los secretarios de Estado en el parlamento, para eso servía el CONEVAL, que desaparecieron y para eso sirve la academia, pero va más despacio.
La democracia como se planificó en la transición, que se basaba en órganos autónomos que vigilaran el ejercicio del poder, y darle acceso a la cámara a la mayor diversidad posible ha quedado atrás. Caminamos a un modelo sin contrapesos, donde el ejecutivo tiene vía libre. El único control serán las elecciones presidenciales de cada seis años. ¿Es un sistema más democrático que el que se pretendía construir? No. ¿Es más democrático que aquel donde no se vota? Si las elecciones fueran libres, sí. Pero con el modelo que se está construyendo es difícil pensar que lo serán. Si el poder controla las reglas del juego, los comicios seguirán celebrándose, pero el resultado dejará de ser una decisión libre y competitiva. Habrá urnas, pero no habrá democracia.
X: @munozoliveira