Publicado: octubre 14, 2025, 1:16 am
En Valladolid, como antes en Elche o en cualquier otra ciudad española, los partidos que juega la selección son una fiesta del aficionado que no envuelve su pasión en la tradicional disputa Real Madrid-Barcelona, sino en el deleite de vestir una camiseta roja, llenar un estadio y animar al equipo nacional. Es lo que suele detectarse en las sedes a las que acude el equipo campeón de Europa: fervor popular, apoyo total y poca crítica. A diferencia de lo que sucedió en Madrid con el Santiago Bernabéu y la bronca a Morata contra Brasil que tanto disgustó a Luis de la Fuente. Detrás de ese entusiasmo de público, hay un negocio que fusiona el interés de los territorios, las cuentas… Ver Más