Publicado: junio 22, 2025, 2:23 pm
Si viviste la explosión de las privadas a finales del siglo XX, viviste el éxito de ‘Magia sin secretos’, un programa de Antena 3 en el que un mago enmascarado ejecutaba sobre el escenario números clásicos de ilusionismo y luego desvelaba meticulosamente cómo los había hecho. Un tabú roto frente a las cámaras que le ganó a su responsable, Val Valentino, enemigos mortales dentro del mundo del espectáculo.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el Mago Enmascarado ha encontrado discípulos inesperados: en internet, decenas de magos desvelan sin parar los grandes secretos de la magia. Si el ilusionismo siempre ha interesado, no ha dejado de interesar tampoco que nos cuenten «cómo se hace». Y el Mago Enmascarado fue el primero en hacerlo con una audiencia masiva pegada al televisor.
Magia revelada
En los años noventa la magia de escenario era… una cosa. Los magos de escenario estaban en el cénit de su éxito, con especiales televisivos que, desde los ochenta, mostraban desafios a las leyes de la lógica que fascinaban a las audiencias. Eran los tiempos en los que David Copperfield volaba o hacía desaparecer la estatua de la libertad, en los que Siegfried & Roy -antes de un trágico accidente con un tigre blanco que los retiraría de los escenarios en 2003- firmaban contratos millonarios en Las Vegas y en los que hasta gente como David Blaine, a finales de década, estaba a punto de llevar la magia en una dirección enteramente nueva con su ‘Street Magic’.
En ese contexto llegó ‘Magia sin secretos’, una serie de cuatro especiales de 1997 que en España emitió Antena 3 y que hacía lo impensable: explicar cómo se llevaban a cabo los aparentemente imposibles trucos clásicos del ilusionismo. En ellos, un mago enmascarado acompañado de las inevitables ayudantes femeninas revisaban todo el repertorio de los magos. Como la tele era lo que era por aquellos tiempos, se prestaba especial atención a los números aparentemente más peligrosos: el mago era aserrado en dos, atravesado con espadas, tragaba fuego, era disparado y enterrado vivo. Todo tenía truco, claro, y se explicaba.
Dobles fondos, cajas trucadas, balas de fogueo, sables de coña… el programa no dejaba triquiñuela sin desvelar, pero el espectador tenía la sensación de que estaba accediendo a saberes prohibidos por una sencilla razón: el mago ocultaba sus rasgos con una máscara que recordaba a las de la lucha libre. El programa se encargaba de recordarnos el código de los magos a los que hacía referencia el título original de los especiales: ‘Breaking the Magician’s Code: Magic’s Biggest Secrets Finally Revealed’. Cualquier mago que lo rompiera entraría inmediatamente en una lista negra del gremio, y no volvería a trabajar.
Listas negras
Este detalle no es necesariamente cierto: magos mucho más prestigiosos que este enmascarado, como los magníficos Penn & Teller, que en esa década también eran figuras mediáticas sobradamente desconocidas, basaban parte de sus números en desvelar trucos clásicos… para llevar el enigma mucho más allá. También habían sido polémicos en el gremio por hacer el juego de las tres bolas y los vasos con recipientes de plástico, permitiendo que el secreto se viera, 0 desvelando los siete principios de la magia, y habían desatado una polémica que aún hoy se trata entre aficionados y profesionales acerca de si desvelar los trucos potencia o fulmina la magia.
Pero aunque clasicos totales como Paul Daniels habían desvelado previamente trucos como parte de sus espectáculos, nadie tuvo la repercusión mediática del Mago Enmascarado. Detrás del programa estaba Nash Entertainment, una productora de docu-realities con títulos como ‘The World’s Deadliest Volcanoes’, ‘World’s Most Daring Rescues’, ‘World’s Scariest Police Shootouts’, ‘When Good Pets Go Bad’ o ‘Prisoners Out of Control’. ‘Magia sin secretos’ se convirtió en uno de sus mayores éxitos: en 1997, el primer programa fue el especial más visto de la historia de Fox.
Pero… ¿quién era el Mago Enmascarado? Su identidad se desveló en el cuarto y último especial y como era de esperar, no era un mago de primera categoría sino más bien todo lo contrario. Su historia parece el origen secreto de lo que acabó siendo: un supervillano de cómic entre magos. Val Valentino había sido aficionado a la magia desde niño y ya cuando era adolescente hizo un número en un programa de intercambio con escuelas de todo el mundo que le dio una audiencia considerable entre los chavales de su edad. Ya allí jugó a revelar los trucos como una forma de sorprender y potenciar los efectos. Y descubrió que ningún juego de magia podía competir con desvelar el secreto.
En los ochenta y noventa tuvo una carrera moderadamente exitosa como mago, apareciendo en especiales televisivos y actuando, cómo no, en Las Vegas. Cuando surgió la oportunidad de rodar los especiales para Nash recordó el impacto que habían tenido sus revelaciones infantiles y decidió usarlo en su favor: el éxito fue considerable, y aunque buena parte de la polémica que despertaron los programas fue prefabricada por Fox (no existió ninguna «amenaza de muerte por grupos secretos de magos»), sí que hubo alguna que otra demanda de magos de escenario como Andre Kole o Kevin Spencer. Aseguraban que el Mago Enmascarado les había hecho perder cientos de miles de dólares con sus revelaciones.
Los tribunales dieron la razón a Valentino, ya que los secretos de los trucos no están protegidos por las leyes de la propiedad intelectual, mucho menos los que llevaban siendo décadas parte del dominio público mágico. Aunque ya entrado el nuevo siglo el show intentó ser relanzado con nuevos secretos y nuevos magos, no llegó a gozar de la popularidad de los cuatro especiales originales. Y de hecho, la magia, gracias a internet, goza de mejor salud que nunca. Así que no, Val Valentino no mató la magia.
De hecho, en redes sociales comoo TikTok hay cuentas que se dedican a revelar sin descanso pequeños juegos de magia, lo que les ha dado un alcance sin precedentes. Tal y como vaticinaba Valentino (y ya sabían Penn & Teller), saber los secretos no arruina nada, porque lo que cuenta es la ejecución y el ingenio. El supervillano al final fue un héroe, hasta en eso parecía un personaje de tebeo.
Cabecera | Nash Productions
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La noticia
El mago más legendario de la historia no fue el más habilidoso, sino un temerario enmascarado que revelaba los secretos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
John Tones
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