Publicado: diciembre 20, 2025, 12:24 am
Los juguetes con inteligencia artificial llegaron al mercado con la intención de ofrecer una experiencia más personalizada para responder a los estímulos de los niños y aprender patrones de uso, sin embargo, tras darse a conocer el episodio del oso de peluche que tenía conversaciones sexuales explícitas, las organizaciones enfocadas a la protección de los mejores encendieron las alertas por los riesgos que pueden ocasionar al bienestar de los pequeños.
Desafortunadamente, parece que el trabajo de las organizaciones ha quedado en vano, puesto a que los fabricantes siguen apostando por este tipo de juguetes, teniendo en cuenta que, recientemente, los senadores estadounidenses Marsha Blackburn y Richard Blumenthal han enviado una carta a las empresas para expresar sus preocupaciones, en el que se incluye una lista de preguntas y una fecha límite para que respondan antes del 6 de enero 2026 —coincidiendo con el día en el que se celebra la llegada de los Reyes Magos—.
Al igual que las organizaciones, los senadores tienen la misma intención para frenar la producción de juguetes con IA, puesto a que consideran que «no ofrecen juego interactivo» porque «exponen a los niños a contenido inapropiado, riesgos para la privacidad y tácticas de manipulación»: «Estos no son los peores escenarios teóricos, son fallos documentados y descubiertos mediante pruebas en el mundo real, y deben abordarse. Estos chatbots han animado a los niños a autolesionarse y suicidarse«.
Los juguetes con IA hablan sobre temas sexuales y te dicen dónde puedes encontrar objetos peligros
Los juguetes infantiles con IA siguen en el punto de mira desde que, el mes pasado, la compañía FoloToy suspendiera temporalmente las ventas de su osito de peluche con inteligencia artificial, ya que los investigadores del Fondo Educativo Pirg de Estados Unidos descubrieron que proporcionaba consejos sobre posturas sexuales. Además, para ‘echar leña al fuego’, hace poco descubrieron que el conejito con IA de Alilo abordaba temas sexualmente explícitos, mientras que el cohete de peluche Grok de Curio y el robot Miko 3 de Miko saben «dónde encontrar objetos potencialmente peligrosos en casa, como bolsas de plástico, cerillas y cuchillos».
Pero más allá de estas preocupaciones, los senadores estadounidenses indican en la carta que estos juguetes «dependen de la recopilación de datos sobre los niños, ya sea proporcionados por los padres al registrar el juguete o recopilados mediante la cámara integrada y las funciones de reconocimiento facial o grabaciones», y que los niños a menudo «comparten grandes cantidades de información personal» sin darse cuenta. Por lo tanto, esto supone que aumenten las preocupaciones de los padres porque algunas empresas almacenan y comparten los datos que recopilan con desarrolladores de juegos externos, socios comerciales, proveedores de servicios, afiliados y socios publicitarios.
Esto es lo que piden para frenar el mal uso de los juguetes con IA
Ante esta situación, los senadores Marsha Blackburn y Richard Blumenthal piden detalles sobre las medidas de seguridad específicas que las empresas han implementado para evitar que los juguetes con IA generen respuestas inapropiadas: «Los fabricantes de juguetes tienen una influencia única y profunda en la infancia, y esa influencia conlleva responsabilidad. Su empresa no debe priorizar las ganancias sobre la seguridad de los niños, una decisión tomada por las grandes tecnológicas que ha devastado a los niños de nuestro país».
