Publicado: julio 30, 2025, 12:23 am
Durante su estancia en Escocia, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender la polémica al referirse al alcalde de Londres, Sadiq Khan, como una «persona desagradable que ha hecho un trabajo pésimo». Las declaraciones fueron pronunciadas este lunes en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro británico, Keir Starmer. El comentario desató un visible momento de incomodidad entre los presentes, especialmente para Starmer, quien respondió con serenidad: «De hecho, es amigo mío».
El incidente ocurrió en el club de golf Trump Turnberry, en Ayrshire, Escocia, donde ambos mandatarios se reunieron para tratar temas clave como la situación en Gaza, Irán, la guerra en Ucrania y las relaciones comerciales bilaterales. Sin embargo, fue una pregunta sobre una posible visita de Trump a Londres la que desvió la conversación hacia uno de los antagonismos personales más notorios en la política transatlántica reciente.
«Ciertamente visitaría Londres», dijo Trump. «Pero no me entusiasma su alcalde. Es una persona desagradable que ha hecho un trabajo terrible». Poco después, un portavoz de la administración londinense que dirige Khan respondió al líder republicano con ironía: «Sadiq está encantado de que el presidente Trump quiera venir a la ciudad más grande del mundo. Vería cómo nuestra diversidad nos hace más fuertes, no más débiles; más ricos, no más pobres. Quizás estas sean las razones por las que un número récord de estadounidenses ha solicitado la ciudadanía británica bajo su presidencia».
Una tensión que no es nueva
La tensión entre Trump y Khan no es nueva. Su rivalidad comenzó en 2015 y se intensificó tras los atentados terroristas de Londres en 2017, cuando el entonces presidente criticó duramente la gestión del alcalde. Desde entonces, ambos han intercambiado reproches con frecuencia. En 2019, Trump lo calificó de «stone cold loser» (perdedor sin remedio), y en 2024, Khan fue uno de los pocos líderes internacionales que se negó a felicitarlo por su reelección.
A pesar del incómodo momento, Trump elogió a Starmer en varios puntos de la rueda de prensa, destacando su apoyo a iniciativas comerciales y su papel en la reactivación económica del Reino Unido. Incluso elogió a su esposa, Victoria Starmer, diciendo que «es perfecta»y bromeó: «Lo respeto más ahora que la conocí».
La visita de Trump al Reino Unido, aunque descrita por la Casa Blanca como un viaje privado a sus campos de golf en Aberdeen y Turnberry, ha adquirido un carácter político innegable. En su paso por Escocia, el mandatario también volvió a arremeter contra la inmigración en Europa, a la que describió como una «horrible invasión».
El presidente estadounidense tiene previsto regresar al Reino Unido en septiembre para una segunda visita de Estado, donde se reunirá con el rey Carlos III y la reina Camila en el castillo de Windsor. Aunque aún no está claro si incluirá una escala en Londres, sus comentarios sobre el alcalde podrían complicar la logística y la diplomacia de ese posible paso por la capital.