Publicado: diciembre 22, 2025, 5:18 pm
Jonathan Andic, hijo de Isak Andic, fallecido hace un año al caer por un precipicio en una ruta de senderismo, reconoció ante los Mossos que inspeccionó la zona un par de días antes del paseo con su padre, según publica El Español.
Él fue el único acompañante de su padre, al que le gustaba a caminar por la montaña. Andic pidió ese día a su guardaespaldas que no fuera con ellos, por lo que padre e hijo salieron de excursión solos por Montserrat.
Los Mossos analizan dentro de la investigación que permanece abierta desde hace un año si fue una previsión sin más o un elemento en un caso marcado por ciertas dudas, de hecho, Andic está imputado en el caso. El hijo del empresario y sus hermanas han manifestado siempre sus deseo de colaborar con la justicia.
Según fuentes del cuerpo policial este elemento nuevo añade otra perspectiva al caso: Jonathan Andic estuvo en Montserrat dos días antes de la excursión con su padre, «viendo el sendero» y «preparando la ruta». Él mismo lo reconoció ante los investigadores cuando fue preguntado por su conocimiento preciso del terreno, del aparcamiento y del recorrido.
«Ese dato no prueba nada por sí solo. Pero en un caso construido sobre dudas, ningún detalle es neutro», afirma una investigadora del cuerpo policial autonómico al periódico. La defensa legal del primogénito de Andic sostiene que este hecho sólo demuestra la preocupación del hijo para que el padre pudiera tener un camino accesible.
Algunas fuentes señalan que el itinerario recorrido por los Andic es extraordinariamente sencillo. Un guarda forestal ha reconocido ante varios medios que en 60 años no ha habido accidentes en el punto donde lo hizo mortalmente Andic.
El propio Jonathan explicó en su declaración: «Lo organicé yo y también elegí yo la ruta». De hecho, llegó solo en su coche a verificar el terreno el 12 de diciembre..
El 14 de diciembre, padre e hijo caminaron por Les Feixades. La reconstrucción del suceso se sostiene sobre el testimonio del hijo, los datos técnicos del rescate y los informes forenses, apunta El Español.
El terreno estaba «moderadamente húmedo», según el informe técnico de los bomberos. La visibilidad era buena. El viento, leve. No se encontraron signos de forcejeo ni indicios de la presencia de terceros en el punto de caída. Pero la ausencia de pruebas no resolvió todas las dudas.
De ahí que la jueza no lo diera por cerrado. Jonathan Andic declaró en dos ocasiones. La primera, el mismo día del suceso, fue breve y marcada por el impacto emocional. La segunda se produjo semanas después, ya con abogado, y se prolongó durante más de tres horas.
Fue en esa segunda declaración cuando, según fuentes de los Mossos, aparecieron incoherencias: la ubicación exacta de Jonathan en el momento de la caída, la posición exacta de su padre, la ubicación del coche en el aparcamiento.
Hubo un punto que llamó la atención de los investigadores: las fotografías. En su primera declaración, Jonathan aseguró no haber tomado ninguna imagen durante la caminata. El análisis posterior de su teléfono mostró que sí había hecho fotos. Con ellas aparecían los metadatos: hora, localización aproximada, altitud.
En un caso sin testigos ni cámaras, esos datos se convierten en una herramienta fundamental. No explican lo ocurrido, pero ayudan a reconstruir dónde estaba un dispositivo en determinados momentos. Las incongruencias, subrayan fuentes policiales, no equivalen a culpabilidad. Pueden explicarse por nervios, lapsus o confusión. Pero obligan a seguir investigando. Y eso es lo que ha sucedido.
Para los investigadores, el reto es evitar dos errores opuestos: ver intencionalidad donde solo hay planificación o pasar por alto un elemento que podría ser relevante.
