Publicado: septiembre 17, 2025, 12:23 pm
Utilizar un baño público suele ser un inconveniente para muchas personas en España. Lo hacen por necesidad, pero no terminan de estar convencidos. Y es que su mayor miedo son las bacterias o la posible transmisión de enfermedades. No es una locura encontrar a personas que optan por ponerse de cuclillas en el inodoro, limpiar toda la superficie antes de utilizarlo o bien cubrir el asiento con trozos de papel.
Lo cierto es que los expertos en la materia aseguran que lo ideal es sentarse con normalidad y poder apoyar los pies en el suelo. Esto es importante especialmente en las mujeres, para no alterar la salud del suelo pélvico. Un estudio publicado en la revista PLOS ONE realizado por la Universidad de Colorado hizo un análisis sobre diferentes aseos y pudo comprobar como los asientos y las cisternas poseían bacterias intestinales, mientras que en los suelo había una gran diversidad microbiana. El problema estaba en las superficies que se tocan con las manos porque los pomos, grifos o dispensadores están llenos de bacterias de la piel humana.
Esta mezcla hace que los baños público sean focos de transmisión de patógenos. Para ellos, la medida más importante para reducir todo tipo de riesgos es lavarse muy bien las manos después de utilizar uno de estos baños.
El error al usar los baños públicos
El asiento de un inodoro no es la principal fuente de contagios. Eso se debe a que la piel suele actuar como una barrera protectora frente a los microorganismos. Esto quiere decir que sentarse no conlleva un riesgo de infección salgo que exista alguna herida abierta. Esto es lo que explican diversos dermatólogos y microbiólogos a La Vanguardia. Como hemos dicho anteriormente, el riesgo está en las manos.
Si no existe una higiene posterior a tocar manivelas, pomos o grifos, nosotros mismos haremos que los gérmenes entren en contacto con zonas más sensibles como, por ejemplo, la boca o los ojos.
Por otro lado, la fisioterapeuta Cristina Jurado ha querido terminar con el mito de que es mejor ponerse de cuclillas para usar los baños públicos. Como experta sostiene que se trata de un postura contraproducente. Es incómoda y su gran problema es que impide que el suelo pélvico se relaja completamente, por lo que no favorece la evacuación total de la vejiga y puede ocasionar infecciones urinarias.
«Evita ponerte en cuclillas, especialmente si se trata de usar un inodoro, es recomendable para proteger el suelo pélvico, dicha postura puede aumentar la presión en la zona pélvica y dificultar la evacuación intestinal, lo que podría contribuir a problemas como hemorroides, prolapsos y debilidad muscular«, se puede leer en la publicación.
Una de las recomendaciones que lanza Jurado es que no flotes en el inodoro, «siéntate en él con los pies apoyados en el suelo para que tu musculatura del suelo pélvico pueda relajarse facilitando la evacuación y disminuyendo la presión». Para ello, la experta dice que se pueden utilizar «cubre asientos biodegradables y desechables».