Publicado: junio 19, 2025, 4:59 pm
La economía europea se mantiene resiliente, pero afronta desafíos derivados de las tensiones comerciales y geopolíticas, así como por el envejecimiento de la población y el débil crecimiento a medio plazo, cuyas soluciones más eficaces «requieren acciones decisivas» de la UE, siendo la profundización del mercado único «la herramienta clave» para impulsar la inversión, la innovación y la productividad, según señala el Fondo Monetario Internacional (FMI). En las conclusiones preliminares de la misión del FMI para la elaboración del informe anual ‘Artículo IV’, los técnicos de la institución internacional advierten de que los riesgos para el crecimiento de la zona euro «son a la baja» como consecuencia de la incertidumbre sobre la política comercial o las tensiones geopolíticas, que podrían lastrar la demanda y el crecimiento más de lo previsto, contrarrestando los posibles impactos positivos de una mayor flexibilización fiscal si más países aumentaran el gasto en defensa. «Se necesita una estrategia política integral para tomar medidas decisivas a nivel de la UE en múltiples frentes«, advierte la misión del FMI, para la que los objetivos incluyen fortalecer el crecimiento potencial en un contexto de envejecimiento de la población y un entorno externo más complejo, garantizar que las nuevas prioridades de gasto público se cumplan sin poner en riesgo la sostenibilidad fiscal y salvaguardar la estabilidad macroeconómica y financiera en general. En este sentido, para impulsar el crecimiento de la productividad y la resiliencia en la UE, consideran crucial impulsar la innovación y facilitar la expansión de las empresas , subrayando que «la clave para lograrlo es una mayor integración del mercado único de la UE». De tal manera, el análisis del personal del Fondo concluye que las barreras restantes dentro del mercado único equivalen, en promedio, a un arancel del 44% para los bienes y del 110% para los servicios , añadiendo que una mayor integración permitirá obtener beneficios de la especialización dentro de la UE, a medida que las cadenas de valor globales se reconfiguran y permiten a las empresas capitalizar las economías de escala. De cara a la culminación del mercado único y hacer realidad estas ambiciones, el personal destaca cuatro prioridades clave, incluyendo reducir la fragmentación regulatoria, impulsar la Unión de Mercados de Capitales (UMC) para facilitar una canalización más eficiente del ahorro hacia el capital riesgo para las empresas, mejorar la movilidad laboral intracomunitaria y la integración del mercado energético de la UE. «Los resultados de la simulación sugieren que unas pocas medidas prácticas en estos ámbitos podrían impulsar el proceso de una mayor integración y generar un beneficio significativo al aumentar el PIB potencial de la UE con respecto al valor de referencia en aproximadamente un 3% a lo largo de 10 años, lo que beneficiaría a todos los países«, explican. En este sentido, el FMI añade que el euro digital también puede desempeñar un papel importante , ya que, además de reforzar la soberanía monetaria ante la creciente presencia de monedas digitales privadas, puede contribuir a la integración de los servicios financieros en el mercado europeo al agilizar y unificar los pagos minoristas transfronterizos. Asimismo, la institución considera que el euro digital puede mejorar la eficiencia del sistema de pagos, reducir los costes de transacción y complementar la UIE y el mercado único de forma más amplia. En cualquier caso, si bien una mayor integración intraeuropea es un elemento clave para impulsar las perspectivas de crecimiento, el FMI recuerda que se requieren también medidas políticas complementarias a nivel nacional. «No hay margen para más demoras, ya que los principales socios comerciales de Europa avanzan con gran rapidez», ha advertido Kristalina Georgieva en la presentación de las conclusiones de la misión del FMI, subrayando que si Europa no avanza con medidas decisivas a nivel de la UE puede arriesgarse a caer a una posición de declive en relación con otras economías avanzadas y emergentes importantes. «Para que Europa tenga éxito, debe fortalecer su potencial de crecimiento y debe culminar lo que comenzó con éxito hace años. El mayor logro del siglo XX es el motor de la convergencia de Europa, pero se ha estancado en los últimos años, y esto tiene que cambiar», ha afirmado la economista búlgara. Por otro lado, el informe del personal del FMI apunta a que los esfuerzos coordinados a nivel de la UE y las inversiones específicas pueden ayudar a abordar los desafíos compartidos de forma rentable , para lo que subraya la importancia de identificar las brechas de inversión existentes y las áreas donde las iniciativas conjuntas podrían ofrecer soluciones rentables, incluyendo la innovación, la transición a energías limpias y la defensa colectiva. Para apoyar las inversiones en estas áreas, el FMI advierte de que el presupuesto de la UE «deberá aumentar al menos un 50% si se pretende mantener los programas existentes». Además, considera que se necesitan reformas para racionalizar el presupuesto, adaptarlo a las necesidades cambiantes y hacerlo más eficaz, con un enfoque basado en el rendimiento que vincule el apoyo financiero con la implementación de reformas a nivel nacional que respalden las prioridades de la UE y mejoren el potencial de crecimiento. Asimismo, el documento sostiene que «el uso de cláusulas de escape» para apoyar el aumento gradual del gasto en defensa de los Estados miembros «debe limitarse a su fase inicial» y afirma que los Estados miembros y la Comisión deben evaluar continuamente el impacto del aumento del gasto en defensa en la sostenibilidad de la deuda y desarrollar planes para situarla en una trayectoria estable/decreciente a medio plazo. En este sentido, advierte de que los riesgos fiscales y las estrategias óptimas de política fiscal difieren entre países, añadiendo que los países con un alto nivel de deuda y un margen fiscal limitado requieren de ajustes fiscales significativos para mitigar los riesgos, mientras que los países con margen fiscal pueden implementar un ajuste fiscal más concentrado al final de la crisis. «La necesaria reducción del déficit plantea disyuntivas complejas, ya que, al mismo tiempo, Europa se enfrenta a una presión de gasto elevada y creciente que se está materializando más rápido de lo previsto», destaca en referencia a que las presiones derivadas de los costes de los intereses, el envejecimiento de la población, la transición climática, la seguridad energética y la defensa alcanzarían el 4,4% del PIB anual para las economías de la zona euro en 2050. De este modo, subraya que los Estados miembros deberían tener en cuenta de forma transparente la creciente presión de gasto para definir las disyuntivas dentro del marco fiscal y desarrollar planes creíbles que garanticen la sostenibilidad. «En resumen, la UE y, por supuesto, la eurozona deben avanzar con políticas coherentes y eficaces para impulsar el crecimiento potencial y mejorar la resiliencia», ha concluido Georgieva, para quien también es importante garantizar que se cumplan las nuevas prioridades de gasto público sin comprometer la sostenibilidad.
