Publicado: diciembre 15, 2025, 7:23 pm
Las células del cáncer de mama alteran los ritmos diurnos (día-noche) de los niveles de corticosterona. Con ello, modifican el comportamiento de las neuronas y favorecen que el cáncer se afiance en el organismo. Lo ha visto un estudio que se publica en la revista ‘ Neuron ‘ realizado por un equipo del Laboratorio de Cold Spring Harbor. La corticosterona es la principal hormona del estrés en roedores. En humanos, es el cortisol. Normalmente, los niveles suben y bajan de forma natural a lo largo del día. En el cáncer de mama, el equipo descubrió que los tumores inhiben la liberación de corticosterona, lo que reduce la calidad de vida y aumenta la mortalidad. «El cerebro es un sensor exquisito de lo que ocurre en el cuerpo», afirma Jeremy Borniger , profesor adjunto del Laboratorio de Cold Spring Harbor . «Pero requiere equilibrio. Las neuronas necesitan estar activas o inactivas en los momentos adecuados. Si ese ritmo se desincroniza, aunque sea mínimamente, puede alterar la función de todo el cerebro». Las alteraciones de nuestros propios ritmos diurnos se han vinculado a respuestas al estrés como el insomnio y la ansiedad, ambos comunes en pacientes con cáncer. El cuerpo usa un sistema de control llamado eje HPA para regular la hormona del estrés y mantener ritmos normales entre el día y la noche. Este eje incluye al hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales. Borniger descubrió que, en ratones, el cáncer de mama altera estos ritmos muy temprano, incluso antes de que se puedan detectar los tumores . A los tres días de inducir el cáncer, la hormona del estrés (corticosterona) disminuyó entre un 40 % y un 50 %. Al estudiar el hipotálamo, el equipo vio que ciertas neuronas estaban demasiado activas pero producían poco. Cuando las estimularon para imitar el ciclo normal día-noche, los niveles de la hormona del estrés volvieron a la normalidad. Esto ayudó a que las células inmunitarias atacaran los tumores, logrando que se redujeran de forma significativa. «Aplicar este ritmo en el momento adecuado del día aumentó la capacidad del sistema inmunitario para eliminar el cáncer, lo cual es muy extraño, y aún estamos tratando de entender cómo funciona exactamente. Lo interesante es que si aplicamos la misma estimulación en el momento equivocado del día , ya no tiene este efecto. Por lo tanto, es realmente necesario mantener este ritmo en el momento adecuado para obtener este efecto anticancerígeno», explica el investigador. El equipo investiga ahora exactamente cómo los tumores alteran los ritmos saludables del cuerpo. Borniger espera que su trabajo pueda algún día contribuir a reforzar las terapias existentes. Añade que lo relevante del estudio es que no usaron fármacos contra el cáncer, sino que mejoraron el estado fisiológico del organismo , lo cual por sí solo ayudó a combatir la enfermedad y podría hacer los tratamientos más eficaces y menos tóxicos.
