Publicado: abril 22, 2025, 8:46 pm
Para vencer al CB Naturavia Morón en su cancha y mantener la ventaja de dos victorias sobre el Monbús Obradoiro (que ganó al HLA Alicante), el Real Betis Baloncesto tuvo que pagar el peaje de la primera parte, cuando a pique de descarrilar estuvo, y corregirse a tiempo para apagar el fuego de su rival sembrando el camino hacia la victoria. Los aruncitanos sorprendieron con un demoledor despegue en el partido gracias a su tremendo acierto en el triple . La idea de fotocopiarle la estrategia no le salió nada bien al Betis, que se estrelló contra la frustración de su nulo acierto en el tiro perimetral. Llegó vivo al intermedio y a partir de ahí se reordenó y cimentó la remontada. Mantuvo el control del rebote (49 en total al final) y, bajo la batuta de Cvetkovic , surgieron poco a poco alianzas en el juego y se impusieron los pívots verdiblancos, con Tunde (8+10), DeBisschop (12+5) y Kasibabu (11+6) muy destacados. No fue un partido nada fácil para el Betis, que se vio 15 abajo y sin poder contar con Benite ni Radoncic , ambos en la banda pero vestidos de calle. El Morón hizo un primer tiempo espectacular en el que llevó al límite a su rival para irse apagando en la segunda mitad. Tres triples encajados en apenas cinco minutos pusieron en alerta al Betis. Le costó aterrizar en el partido , demasiado, aunque muchos equipos han pasado por ese periodo de adaptación en una cancha tan peculiar como la aruncitana. Un rayo de sol se colaba al inicio por el lado de la pista hacia donde atacaba el Betis. Más fino en el tiro entró el Morón y consolidó una ventaja de cinco puntos que fue de once tras triples de Burgos y Marín (21-10). Con cinco triples de nueve intentos, le sacaba los colores al Betis y Gonzalo García tuvo que pararlo. De lo más incómodo se sentía su equipo, que estaba advertido por el técnico vasco. Pero de las palabras a los hechos va muchas veces un trecho. Y estaba atacando mal y defendiendo peor ante un elenco que jugaba suelto, sin presión y divirtiéndose , muy bien, y contando además con el aliento del sexto hombre de su bulliciosa grada. Ni un triple materializaba el Betis, que no tenía más plan que ése mientras su rival, en trance, seguía atizando desde fuera. La segunda diana de Burgos colocaba el 24-10. El colista parecía en esos momentos el Betis, obsesionado con el lanzamiento exterior, pero romo, sin munición . José Alberto Jiménez anotó el séptimo triple local (de doce intentos) y Cvetkovic descontó sobre la bocina de un primer cuarto espectacular del Morón (27-15) que desarboló al conjunto verdiblanco. M’Madi rompía a Renfroe en el uno contra uno para que los locales doblasen, imperiales, la ventaja (30-15). El Morón estaba zarandeando al Betis Baloncesto. Errático desde el arco, absolutamente miope (1/13), el invitado al menos atacó el rebote de ataque para gozar de segundas opciones mientras esperaba a que cesase el chaparrón. Sin Benite, jugaba el equipo con dos bases, pero su control era estéril y no descontaba (33-18). Mucho bote de Cvetkovic, el más activo; Renfroe fuera de partido, como Hughes… muchas fisuras en el casco verdiblanco. DeBisschop, de los más entonados, rebajó a diez (33-23) con más de cinco minutos hasta el descanso . Controlaba el Betis el rebote, pero su 1/15 en triple pesaba como un remordimiento. Cvetkovic se echó a su espalda la responsabilidad del ataque y, puntada a puntada, iba cosiendo la brecha (33-27). Jelinek acertaba al fin de tres (34-30) y Norris y Da Silva replicaban (39-30), este ‘posterizando’ a Tunde. Al descanso, el Morón mandaba aunque obviamente no con la autoridad del primer cuarto (39-32). Tenía al Betis desconcertado, penando con un 30% en el tiro de campo y un 10% en triples (2/20) . Con un 0-10, a toda máquina, arrancó el Betis Baloncesto el segundo periodo (39-42) hasta darle la vuelta al partido. El descanso le había sentado realmente bien para serenarse, refrescar conceptos y asentarse en el encuentro. Del 39-32 al 41-44 en menos de cinco minutos. Renfroe al fin se enchufó en la dirección y, a partir de ahí y del control del rebote por parte de u n hiperactivo Tunde , fantástico el sierraleonés en ambos aros, pusieron los verdiblancos las bases de la remontada. Las tornas habían cambiado. Dani García llamó a sus hombres a capítulo para evitar que la cosa fuera a mayores y ni mucho menos descabalgaron. Aún no. M’Madi ponía el 46-44 desde una esquina cuando el partido entraba en la autopista del intercambio de canastas que el Betis, sin la pausa de otros días, permitía. Kasibabu se animaba desde la cuerda perimetral (48-49), pero también José Jiménez (51-49), al que flotaron. Desde ahí, parcial 0-6 para un 12-23 que taladraba el 51-55 . El Betis, jugando con más cabeza, adueñándose del rebote y explotando el pick&roll con los pívots, había encontrado la fórmula para salir del agujero negro de la primera parte. Entonces, tras siete fallos, se apuntaba su primer triple Hughes en el intento ya de escapada y rotura del Betis. Kasibabu había tomado el testigo de Tunde e incluso se alió en el juego interior con D eBisschop, que machacó el aro aruncitano y puso la máxima (53-62) . Los diques de contención del Morón se resquebrajaban peligrosamente. El virus del desacierto perimetral se lo había contagiado el Betis y uno tras otro eran repelidas todas sus tentativas. De tres, talón de Aquiles bético toda la velada, amplió a diez Cvetkovic y Kasibabu, qué buen partido del congoleño, castigaba al Morón en rebote ofensivo (55-67). Ya le apretaba mucho menos el nudo de la corbata a Gonzalo García de Vitoria , que lo pasó realmente mal en el primer tiempo y se desgañitó en la banda. Cómo sufren los entrenadores. Una bombita de DeBisschop (57-71) bajó los decibelios del Alameda , indignado con los árbitros. Al Morón le tocaba quemar las naves y al Betis, tirar de cloroformo. A 1.30, un triple de Dallo (59-74) dejó listo para la sentencia un partido que el Betis entendió a tiempo para apagar el fuego de un corajudo y valiente Naturavia Morón , mucho mérito lo de este club, que empezó como un tiro y fue perdiendo gas a medida que avanzaba la noche. El Betis resistió todos los embates y acabó imponiendo su ley.