Publicado: julio 9, 2025, 3:15 pm
Durante la última década, la comida japonesa ha dejado de ser una rareza exclusiva para convertirse en una presencia habitual en el panorama gastronómico mexicano. Ya no se trata solo de sushi: el auge abarca desde experiencias omakase de alta cocina hasta cafeterías estilo kissaten, pasando por ramen, izakayas y conceptos híbridos que se adaptan al paladar local. Y todo apunta a que esta fiebre nipona no hará más que crecer.
Más allá del sushi: un crecimiento exponencial
De acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE), en 2023 existían en México al menos 4,654 negocios registrados que ofrecen sushi. Sin embargo, estimaciones sectoriales revelan que actualmente operan más de 1,600 establecimientos especializados en gastronomía japonesa en el país, incluyendo restaurantes de sushi, omakase, ramen, izakayas y cafeterías inspiradas en Japón.
Este fenómeno no es exclusivo de México. Según cifras del gobierno japonés, el número de restaurantes japoneses fuera de Japón se triplicó en la última década, pasando de 55,000 a 187,000 locales en 2023. En Centro y Sudamérica, el crecimiento fue notable, casi duplicando el número de establecimientos hasta alcanzar los 12,900.
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Sushi para todos: cifras que reflejan una nueva normalidad
La presencia del sushi en la vida cotidiana mexicana es cada vez más evidente. En 2025, los servicios de entrega como DiDi Food, Uber Eats y Rappi registraron más de 10 millones de pedidos de sushi en todo el país. Esta cifra lo posiciona como una de las categorías favoritas dentro de las aplicaciones de delivery: ocupa el séptimo lugar entre las más solicitadas, y se ofrecen más de 50,000 platillos diferentes bajo la etiqueta de sushi en estas plataformas.
Los domingos por la tarde son el pico más alto de consumo, y la demanda no se concentra solo en la capital. Las ciudades con mayor volumen de pedidos incluyen Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Mexicali y Culiacán. Esta última ha sido clave en el auge del “sushi culichi”, un estilo nacido en Sinaloa que tropicalizó el sushi con ingredientes como aguacate, carne asada, aderezos dulces y queso crema.
Además del delivery, el consumo casero también crece: cadenas de supermercados y tiendas de conveniencia ya ofrecen bandejas de sushi, arroz japonés, alga nori y otros básicos para preparar platillos nipones en casa.
La nueva ola: omakase, ramen, yakitori y kissaten
El boom japonés ha evolucionado en variedad y sofisticación. En la CDMX han proliferado restaurantes de alta cocina japonesa tipo omakase, Ichikani, Hotaru, La Botica o Ryoshi. En ellos, el comensal confía plenamente en el chef para una degustación que puede incluir entre 8 y 12 tiempos con ingredientes traídos desde Japón.
También han crecido los espacios especializados en ramen o donde se preparan brochetas de pollo a la parrilla al estilo tradicional.
En paralelo, han aparecido conceptos inspirados en la cultura nocturna de Japón, como Tokyo Music Bar, un bar de coctelería con vinilos y estética de listening bar tokiota.
Uno de los fenómenos más recientes es la llegada de las cafeterías japonesas tipo kissaten. El caso más emblemático es Enomoto Coffee, un espacio íntimo con diseño minimalista y menú que incluye sandos (sándwiches japoneses), café de especialidad y matcha latte. En las noches, se transforma en Le Tachinomi Desu, un bar de pie con atmósfera de barrio japonés. Este tipo de cafés ya se reproducen en otras zonas de la capital, apuntando a un público que busca diseño, ritual y una experiencia cultural completa.
¿Por qué nos gusta tanto la comida japonesa?
Detrás del boom hay razones culturales, sociales y comerciales:
Cultura pop: El auge global del anime y productos como One Piece o Demon Slayer despertaron el interés por platillos como ramen, onigiri o katsu sando.
Salud y estética: El sushi, el sashimi o el miso son percibidos como saludables, frescos y balanceados. Su presentación cuidada también los hace altamente “instagrameables”.
Reconocimiento internacional: Desde 2013, la cocina tradicional japonesa (washoku) es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (UNESCO).
Adaptación local: El sushi tropicalizado mexicano, en especial el estilo sinaloense, ha conquistado a quienes inicialmente se resistían a probar pescado crudo.
Accesibilidad: Hoy es posible comer un rollo de sushi por menos de 100 pesos o reservar una cena omakase de 3,000 pesos. El rango de precios permite que el público se expanda.
Un futuro aún más japonés
Cadenas como Sushi Roll, fundada en México en 1996, siguen creciendo: actualmente cuenta cerca de 100 sucursales en 15 estados, con una afluencia superior a los 8.4 millones de clientes anuales.
La Embajada de Japón en México ha señalado que el número de restaurantes japoneses “crece rápidamente” en el país. Aunque no hay cifras específicas, analistas del sector estiman que este nicho seguirá creciendo a doble dígito en los próximos años.
Se prevé una consolidación del segmento con más supermercados ofreciendo ingredientes japoneses, un aumento de locales especializados y una oferta que seguirá mezclando lo tradicional con lo urbano.