Publicado: noviembre 10, 2025, 3:23 pm
La llegada de la traducción en tiempo real de los AirPods también nos trajo otra noticia por contexto: la eliminación de la sincronización automática de redes Wi-Fi entre el iPhone y el Apple Watch. Esta función, presente desde hace años, permitía que el reloj se conectara automáticamente a las redes Wi-Fi conocidas por el iPhone, sin necesidad de que el usuario introdujera sus contraseñas. Pero a partir de iOS 26.2 y watchOS 11.2, esta comodidad desaparecerá en Europa.
El motivo tiene que ver con las exigencias de la Digital Markets Act (DMA), que obliga a Apple a ofrecer sus tecnologías clave a terceros desde el primer día. En este caso, la Comisión Europea exige que si el Apple Watch puede recibir credenciales Wi-Fi del iPhone, entonces otros dispositivos – como tabletas o relojes de otras marcas – también deben poder hacerlo. Apple se ha negado a abrir este canal de sincronización a terceros por cuestiones de privacidad, argumentando que compartir el historial de redes podría revelar información muy sensible: desde los hospitales que un usuario ha visitado, hasta clínicas de fertilidad o incluso juzgados.
Ante esta situación, Apple ha optado por una medida extrema: eliminar la función por completo en la Unión Europea. En lugar de modificar su sistema para permitir el acceso a terceros, ha preferido mantener cerrada la puerta y cumplir técnicamente con la ley retirando la funcionalidad. Para el usuario, esto significa que si el Apple Watch no tiene al iPhone cerca, tendrá que ingresar manualmente la contraseña de la red Wi-Fi a la que desee conectarse. Apple lamenta este cambio y lo presenta como un ejemplo de cómo ciertas regulaciones, en nombre de la interoperabilidad, pueden degradar la experiencia del usuario en lugar de mejorarla.
Qué es la sincronización automática de Wi-Fi y por qué era tan útil

Desde las primeras generaciones del Apple Watch, Apple incorporó un sistema de sincronización de redes Wi-Fi con el iPhone. La idea era simple: si tu teléfono se conectaba a una red, tu reloj lo sabría. Así, cuando el iPhone no estaba cerca – por ejemplo, si lo dejabas cargando en casa y salías a la calle, el Apple Watch podía seguir funcionando de forma casi completa, gracias a su conexión automática a la red Wi-Fi disponible.
Esto permitía recibir notificaciones, responder mensajes, hacer llamadas FaceTime Audio e incluso consultar información de apps como Tiempo o Bolsa. Todo sin intervención del usuario. No había que poner contraseñas, ni configurar nada. Era un ejemplo perfecto de la filosofía de Apple: tecnología que se vuelve invisible y sencillez al máximo.
Esta función no era solo un atajo de comodidad. También representaba una base sobre la cual Apple había construido experiencias más avanzadas, como la transferencia automática de llamadas, el desbloqueo del Mac con el reloj o incluso la integración con HomeKit. Era una de esas características que, aunque no se menciona, mejoraban el día a día de millones de personas sin que lo notaran.
Por qué Apple eliminará esta función en Europa

El detonante de esta eliminación es la DMA, la legislación de la Unión Europea diseñada para evitar que las grandes plataformas tecnológicas abusen de su posición dominante. Entre sus exigencias, la DMA establece que ciertas funciones internas de los sistemas operativos deben estar disponibles para terceros desde el primer momento. Y eso incluye, por ejemplo, el acceso a las redes Wi-Fi conocidas por un iPhone.
La Comisión Europea considera que, si Apple permite que su Apple Watch acceda automáticamente a esas redes, entonces debe permitir que cualquier dispositivo de terceros – como relojes inteligentes de otras marcas – pueda hacer lo mismo. Pero Apple ha puesto el límite en un punto claro: esa información es demasiado sensible como para compartirla. Según la compañía, las redes a las que nos conectamos pueden revelar detalles íntimos sobre nuestras vidas, desde la clínica médica hasta la ubicación de nuestro hogar o nuestro lugar de trabajo.
Frente a esa interpretación estricta de la DMA, Apple ha decidido retirar la funcionalidad por completo en Europa, porque no hay de momento otra alternativa intermedia: obedecer la norma de forma literal, aunque eso implique degradar la experiencia del usuario. En lugar de abrir el acceso al historial de redes Wi-Fi a terceros, Apple simplemente dejará de ofrecer esa comodidad, al menos en los países afectados por el reglamento.
Qué implica esto para los usuarios en su día a día

A partir de iOS 26.2 y watchOS 11.2, los usuarios europeos que quieran conectar su Apple Watch a una red Wi-Fi tendrán que introducir manualmente la contraseña desde el reloj si no está el iPhone cerca. No es una tarea imposible, pero sí claramente más engorrosa, sobre todo si se considera que hasta ahora esa conexión ocurría de forma automática, transparente y sin intervención.
Esto afectará especialmente a quienes usan el Apple Watch en modo independiente en entornos donde la señal celular no está disponible y la Wi-Fi es la única vía de conexión. También tendrá impacto en funciones como la sincronización de mensajes, llamadas o datos de apps que requieren Internet en segundo plano. Siempre que el iPhone no esté cerca, claro.
Apple ha aclarado que esta medida solo se aplicará en la Unión Europea, y que el resto del mundo seguirá disfrutando de la función como hasta ahora. Esto introduce un nuevo matiz en el ecosistema: por primera vez, funciones de conectividad fundamentales tendrán un comportamiento diferente según la región geográfica del usuario. Y aunque los cambios son técnicamente justificables, abren la puerta a una fragmentación funcional que Apple históricamente había evitado.
Una decisión que abre un debate más amplio

Más allá del impacto directo, lo que está ocurriendo con el Apple Watch y la sincronización Wi-Fi en Europa plantea una pregunta profunda: ¿cómo equilibrar la apertura del ecosistema con la protección de la experiencia de usuario? La DMA busca nivelar el terreno de juego para todos los fabricantes, pero lo hace a costa de eliminar funciones que, aunque propietarias, mejoran la vida de las personas.
Apple, por su parte, parece estar enviando un mensaje claro: no está dispuesta a abrir el acceso a ciertos elementos de su sistema si eso pone en riesgo la privacidad del usuario. Prefiere eliminar una funcionalidad antes que comprometer sus principios. Es una postura coherente con su visión del diseño y la seguridad, pero también desafiante frente a un entorno regulatorio que exige lo contrario.
Este caso podría ser el primero de muchos. Si los reguladores siguen exigiendo este tipo de accesos en nombre de la interoperatividad, Apple podría verse obligada a desactivar otras funciones o limitar experiencias que, hasta ahora, daban forma a su ecosistema. Y entonces, el verdadero afectado no será una plataforma ni un competidor, sino el usuario final, que verá lo que antes funcionaba «como por arte de magia», comienza a exigir pasos manuales, contraseñas, y una vuelta al pasado que ya habíamos superado.
En Applesfera | La traducción en tiempo real de los AirPods llega por fin a Europa
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La noticia
El Apple Watch en Europa va a perder la sincronización Wi-Fi: la DMA obliga a Apple a elegir entre privacidad e interoperabilidad
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Pedro Aznar
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